Cuando somos padres, nos preocupamos por cualquier molestia que puedan presentar nuestros bebés. Esto se debe a que, en ocasiones, ellos no saben cómo indicar el tipo de malestar que están sintiendo, sobre todo en sus oídos. Por esta razón, es importante conocer los tipos de infección en el oído y sus síntomas para detectarlas rápidamente.
A continuación, te queremos proporcionar toda la información al detalle para que actúes lo antes posible si crees que tu pequeño puede estar pasando por este problema: causas, consecuencias, síntomas, consejos y muchos más… ¡Sigue leyendo!
¿Cómo saber si un bebé o niño tiene una infección en el oído?
Es fundamental que los padres estén muy atentos a su actitud y al más mínimo cambio en su comportamiento. Ya sea porque se toquen los oídos de una manera inusual o por otros factores como olores desagradables que podamos percibir en sus oídos.
Además, otras señales como la pérdida de apetito, el llanto, la gripe y el quebranto, entre otros, pueden ser indicadores de que algo anda mal.
Los tipos de infección en el oído que afectan a los bebés pueden ser agudos —espontáneos y dolorosos— o crónicos —que duran mucho tiempo—. Estas infecciones son comunes en los bebés y en los niños porque sus trompas de Eustaquio se obstruyen fácilmente.
Síntomas que se pueden presentar
Cuando el pequeño está padeciendo de algún tipo de infección en el oído, presentará diversos síntomas que podrán alertar a los padres. Por esa razón, es fundamental acudir a un pediatra que pueda indicar el tratamiento a seguir. Estos son los síntomas más comunes:
- Temperaturas altas o medias: Debido a que la fiebre y los resfriados suelen ocasionar infecciones en los oídos.
- Tocarse los oídos: Si los bebés lo hacen de manera excesiva, se muestran irritables o lloran al hacerlo, es probable que les duela.
- Vómito o diarrea: Un virus que causa una infección de oído puede afectar al tracto estomacal.
- Pérdida del apetito: Se produce un malestar general ocasionado por el dolor que el bebé siente en su oído.
- Secreción líquida amarilla o blancuzca: No es común que le suceda a todos los bebés, pero es un indicativo seguro de infección.
- Mal olor en los oídos: Puede percibirse al abrazar al bebé.
- Dolor en los oídos: En especial cuando el bebé trata de dormir, debido a que siente mayor dolor al estar recostado.
Tipos de infección en el oído
Los niños (sobre todo en sus primeros dos a cuatro años de vida) contraen infecciones de oído más a menudo que los adultos debido a que sus trompas de Eustaquio son más cortas y permiten la entrada de bacterias y virus con más facilidad. Además, se puede obstruir también sin complicaciones.
Según los desencadenantes y los factores que intervengan en el desarrollo de esta afección, existen dos tipos de infección en el oído que pueden afectar al bebé: la otitis media y otitis externa.
1. Otitis media
La otitis media afecta al oído medio por la acumulación de fluidos detrás del tímpano a causa de resfriados. En este sentido, según describe un artículo publicado por el Hospital Vargas de Caracas, esta misma según su gravedad o su facilidad para desarrollarse dependiendo de las estaciones del año se puede subdividir en:
- Otitis media aguda.
- Otitis media recurrente.
- Otitis crónica con exudado.
2. Otitis externa
Por otro lado, la segunda ocasiona la inflamación del conducto auditivo externo por la entrada de agua o lesiones con hisopos. Es por ello que, tal y como describe un estudio publicado por la Revista Clínica Médica los Condes, el pequeño también pueda sentir dolor al masticar:
En un 90% de los casos tiene una etiología bacteriana y se denomina otitis externa difusa u oído del nadador […] A pesar de no ser una enfermedad grave, produce una gran morbilidad principalmente por el dolor y discapacidad transitoria.
-Francisca Larach (2016)-
Causas más comunes de los tipos de infección en el oído
La causa más común de la otitis media en los bebés y niños es la entrada de fluidos en el oído medio a causa de un resfriado. Al no poder salir a través de la trompa de Eustaquio —por estar tapada—, es el lugar más adecuado para que se produzca una infección, que da lugar a una inflamación, dolor y fiebre.
Por otra parte, la otitis externa se produce en los niños por la entrada de agua en el oído al nadar, que luego se agrava al limpiar muy fuerte con hisopos. Al nadar, se exponen los oídos a mucha humedad y por un período de tiempo prolongado; cuando se usan los hisopos con fuerza, se ocasiona una inflamación del conducto auditivo externo.
“Es importante que, al momento de sospechar de la existencia de alguna infección de oído, el pequeño no acuda a piscinas, porque esto podría empeorar la afección”
¿Cómo podemos prevenir estas infecciones?
La primera medida será mantener al bebé con todas sus vacunas al día. Estas ayudan a prevenir algunas enfermedades que pueden ocasionar una infección de oído, por bacterias como Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae o Moraxella catarrhalis o virus como los rinovirus, el virus influenza y el adenovirus, entre otros.
Además, es esencial amamantarlo en los primeros seis meses de vida como mínimo. Los especialistas señalan que, a través de la leche materna, las madres transfieren anticuerpos que fortalecen el sistema inmunológico del bebé; eso ayuda a que tenga menos probabilidades de desarrollar infecciones en los oídos.
Por último, se debe mantener al bebé lejos del humo de cigarrillo y tabaco. Los hijos de adultos fumadores tienen mayor probabilidad de contraer una infección en los oídos y de tener problemas auditivos en comparación con los niños cuyos padres no fuman.
¿Las infecciones de oído pueden afectar a la audición?
Como bien afirman los expertos de The Nemours Foundation, hay que estar atentos ante cualquier posible inicio de infección; ya que la acumulación de líquido detrás del tímpano puede impedir el paso del sonido, provocando problemas auditivos de carácter temporal (sobre todo, en caso de otitis media con derrame o efusión) que provocan que el pequeño:
- No responda ante sonidos tenues.
- Necesite subir más el volumen.
- Hable más alto.
- Parezca distraído en clase.
¿Cuándo consultar con un especialista?
Las infecciones del oído medio suelen remitir por si solas en dos o tres días, pero en otros casos pueden ser capaces de prorrogarse por más tiempo. Por eso, debemos acudir al pediatra para un examen de oído ante la primera señal de molestia del bebé.
Una de las razones por las que hay que llevarlo al médico es para determinar qué tipos de infección en el oído está presentando; así, se le podrá dar el tratamiento necesario, dependiendo del caso. Desde ya, no es apropiado realizar ningún tipo de tratamiento sin la aprobación del profesional.
En última instancia, es importante llevar un seguimiento de la infección yendo a consultas médicas de control para asegurarse de que la patología ha desaparecido y de que el tímpano se encuentre bien. Una infección fuerte o no tratada puede perforar el tímpano del bebé y causar pérdida de la audición.
Bibliografía
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