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Tener un hijo no deseado

4 minutos
Cuando la maternidad no es deseada, se vive con angustia y frustración. Además, el desarrollo emocional de ese hijo no querido puede verse seriamente afectado. Te mostramos por qué.
Tener un hijo no deseado
Última actualización: 13 enero, 2023

Para algunas mujeres la maternidad es un regalo. Y estas, sin duda, son las mejores condiciones en las que un niño puede crecer. Pero, ¿qué ocurre cuando la mujer que queda embarazada no desea ser madre?, ¿qué sucede si, en ese momento, no cuenta con los medios económicos o los recursos emocionales para hacerse cargo de otra vida? Cuando nace un hijo no deseado, las consecuencias tanto para la madre como para el niño pueden llegar a ser graves.

Se estima que, en España, se producen cerca de 240.000 embarazos no deseados al año, de los cuales, aproximadamente la mitad terminan en aborto. Esto conduce a unos 120.000 niños que nacen sin que su llegada haya sido planificada y buscada por sus progenitores. Y aunque esto no siempre indica que ese hijo no sea amado, en muchas ocasiones la maternidad se vive con angustia y frustración. Esto, indudablemente, repercute en la mujer y en el niño a nivel psicológico y emocional.

Las consecuencias de tener un hijo no deseado

Un embarazo no planificado se vive generalmente como un evento estresante o una responsabilidad impuesta que no deseamos o no podemos asumir. Y, por lo mismo, desde el primer instante puede generar altos niveles de ansiedad en la mujer.

En algunos casos, tras reflexionar y sopesar la situación, se logra una percepción diferente, más flexible y positiva al respecto. No obstante, cuando esta evolución no se produce, tener un hijo no deseado puede implicar importantes consecuencias emocionales en los padres.

En primer lugar, existe un mayor riesgo para la mujer de desarrollar depresión durante el embarazo o en el posparto, incluso, pueden aparecer ideaciones suicidas.

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Al tener un hijo no deseado, pueden presentarse alteraciones emocionales, como episodios depresivos y desórdenes de ansiedad, así como un excesivo sentimiento de culpa o insatisfacción profunda con la propia vida.

Consecuencias de ser un hijo no querido

Más allá de las repercusiones que esta situación puede tener en los padres, generalmente, es el hijo quien sufre un mayor impacto. Se ha encontrado que ya desde el útero el bebé percibe las emociones de la madre y se ve impregnado por ellas. Así, estos niños experimentan el estrés, el miedo y la ansiedad materna durante la gestación.

Además, tras el nacimiento, es común que existan dificultades para establecer un vínculo de apego con el bebé. Los padres pueden estar ausentes físicamente o emocionalmente no disponibles para el niño, por lo que este puede sufrir la privación de afecto y la negligencia, maltrato o abandono de sus progenitores. De ese modo, puede crecer sintiéndose inadecuado, poco valioso y desamparado.

En otros casos, los padres pueden tratar de compensar sus sentimientos hacia el hijo al sobreprotegerlo o controlarlo excesivamente. Pero, de este modo, solo impiden su pleno desarrollo individual.

Posibles problemas psicológicos del hijo no deseado

Las condiciones emocionales en las que tiene lugar la crianza hacen que los hijos no deseados crezcan sintiéndose rechazados o indignos de amor. Por eso, la necesidad de aprobación suele ser una constante en sus vidas. La baja autoestima, la ansiedad y la depresión son condiciones muy presentes, pero además existe un mayor riesgo de iniciarse en el consumo de sustancias y experimentar el fracaso escolar.

Por otra parte, las relaciones con los otros también se ven afectadas. Por lo mismo, es posible que se aíslen o que establezcan relaciones de dependencia. Además, son más propensos a experimentar dificultades laborales a causa de esa inseguridad intrínseca que les acompaña.

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Muchas veces, los hijos no deseados pueden tener la sensación persistente de no encajar en ninguna parte, de no pertenecer y de no ser suficientes.

Cómo superar y afrontar la situación

Tener un hijo no deseado es, probablemente, uno de los mayores retos que enfrentarás a lo largo de tu vida. Sin embargo, a la vista de las posibles consecuencias negativas, es importante que tomes acción para tratar de minimizar el impacto. Para ello, resultan fundamentales las siguientes cuestiones:

  • Acepta la realidad de tu situación, sin juzgarte o castigarte. La culpa solo causa sufrimiento y no nos mueve a tomar acción. En cambio, la responsabilidad sí.
  • Si has decidido llevar el embarazo a término y criar a tu hijo, es importante que busques ayuda. Es posible que la maternidad te resulte estresante y angustiante y que encuentres dificultades para establecer un lazo emocional con el bebé. Consultar con un psicólogo perinatal puede ayudarte enormemente en estos aspectos.
  • El acompañamiento profesional también puede enseñarte a regular tus emociones, modificar tu perspectiva y encontrar estrategias de afrontamiento que te permitan sentirte más satisfecha con tu situación y ofrecer un mejor entorno de crecimiento a tu hijo.

Aceptar la realidad y buscar apoyo

Aceptar tu realidad te permitirá gestionarla y mejorar tu satisfacción y tu bienestar emocional. Además, así le evitarás a tu hijo múltiples problemas de desarrollo psicológico que podrían afectarle seriamente en el futuro. Por tanto, por el bien de ambos, busca los recursos de apoyo que necesites.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Monchietti Cocco, M. C. (2016). Prevención de abandonos físicos y psicológicos en hijos no deseados (Doctoral dissertation).
  • David, H. P. (2011). Born unwanted: Mental health costs and consequences. American journal of orthopsychiatry81(2), 184.
  • Francisco, J. C. (2020). La memoria emocional de la vida uterina. Punto Rojo Libros.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.