3 cosas que te hacen sentir culpable como madre y cómo actuar

Hay cosas que te hacen sentir culpable como madre, pero es imprescindible saber cómo actuar correctamente.
3 cosas que te hacen sentir culpable como madre y cómo actuar
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 09 enero, 2023

Desde que te conviertes en madre, no puedes evitar sentirte culpable en muchos aspectos de tu vida. Sin embargo, la culpabilidad no hace ningún bien. Por eso, vamos a hablarte sobre cómo actuar en estas situaciones.

Si una cosa está clara, es que las madres nos sentimos culpables por cuestiones similares a lo largo de los días. Por este motivo, resulta fundamental que todas seamos conscientes de que esa culpa solo nos bloquea emocionalmente y que no nos ayuda para nada en nuestro día a día.

Algunas cosas que te hacen sentir culpable

La culpabilidad es un sentimiento que consideramos como negativo porque nos hace sentir mal. Es como un monstruo oscuro que nos susurra con su fétido aliento al oído y, lo peor de todo, ¡es que dejamos que lo haga! Pero, no deberíamos permitírselo, porque ese monstruo acaba con nuestra felicidad y bienestar emocional. Por eso, no dejes que esa culpa te atrape nunca más.

A continuación, te contamos sobre ciertos momentos de culpabilidad y algunos trucos de actuación para que esa vocecita interna que intenta hacerte sentir mal todo el tiempo se calle y te deje tranquila.

Es probable que, cuando dejas a tu hijo ver la televisión por más tiempo de lo normal, te sientas tremendamente culpable como madre al verlo hipnotizado frente a la pantalla.

1. Cuando usas la televisión como niñera

Esto puede que no lo quieras admitir en público, pero es algo que un gran porcentaje de las madres hemos hecho alguna vez. Cuando queremos cocinar, limpiar, hablar por teléfono, hacer ejercicio en casa o leer, entre otras actividades, solemos apelar a este recurso.

Un truco para evitar sentirte frustrada cuando dejas a tus hijos ver la televisión es escoger el contenido y estar atenta a lo que ven y hacen en ese rato. La clave está en la moderación y que cuanto más pequeños, menos tiempo frente a la pantalla. Por ejemplo, si tienes que cocinar y tienes un hijo de 2 años, puedes espaciar el tiempo de televisión en 15 minutos.

2. No cocinar siempre de manera saludable

Todo el mundo te dice que debes darles de comer a tus hijos de manera saludable. Por supuesto, te tienes que olvidar de los hidratos de carbono y de todos los alimentos que más les gustan a los pequeños. Quizá por eso, las noches en que les preparas para cenar unos Nuggets con ketchup te sientes como si les envenenaras.

Sin embargo, no deberías sentirte mal por esto. De hecho, es habitual que en los días más estresantes y caóticos sintamos que no llegamos a hacer todo lo previsto y cocinemos recetas fáciles. Sabemos que, además, a los niños les va a gustar y no van a rechistar. Por supuesto que hay días en que no tenemos ganas de discutir sobre la comida. La clave está en la moderación. Por ejemplo, una buena opción es hacer un calendario de comidas cada fin de semana.

3. Cuando le gritas a tus hijos

Si has gritado a tu hijo, no te sientas culpable. Cuando estés más tranquila, pídele perdón, explícale la situación y prométele que la próxima vez intentarás gestionar mejor tu comportamiento.

Como madre, gritar a los hijos en momentos de estrés o vulnerabilidad emocional y sentirte culpable puede ocurrir. No te obsesiones con este tema porque a nadie le gusta levantarle la voz a sus pequeños. Y, por supuesto, te sentirás culpable cada vez que lo hagas. Entonces, cuando sientas que vas a gritar, lo mejor será que te retires del lugar y respires hondo antes de provocar una situación estresante.

Tómate esos momentos como oportunidades de aprendizaje. Si ya has gritado, pide perdón a tus hijos y diles que todo está bien para que no se asusten. Explica lo que ha pasado, explícales que a veces las personas gritan cuando se enfadan y que eso puede hacer sentir mal a otros.

Si te has dado cuenta de que gritas demasiado en tu casa y que eso se ha convertido en un hábito, es fundamental que reduzcas tus niveles de estrés. Si es necesario, puedes buscar ayuda de un terapeuta profesional para que comprendas tu base de estrés y actúes sobre ello. Para actuar sobre las cosas que te hacen sentir culpable, puedes trabajar menos, hacer más ejercicio y no preocuparte tanto por todo. Si lo consigues, merecerá la pena.

Toma los errores como un aprendizaje

Como madre, siempre querrás lo mejor para tus hijos y nada te parecerá suficiente. Sin embargo, no puedes tener todas las respuestas, algunas veces levantarás la voz y no siempre gestionarás las situaciones conflictivas de la mejor manera. Pero esto no es un problema, ya que te darás cuenta de que los errores siempre serán tus mejores maestros.

Finalmente, intenta controlar tus impulsos, busca reducir los niveles de estrés y, de ser necesario, acude a la ayuda de un profesional para lograr no sentirte tan culpable como madre y actuar de la mejor manera posible.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.