Señales de que tu hijo está a punto de tener una rabieta

Las rabietas son parte del desarrollo de tus hijos pero, cuando las entiendas, podrás prevenirlas muchas veces.
Señales de que tu hijo está a punto de tener una rabieta
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 16 abril, 2020

Que apoyes a tu hijo en mitad de una rabieta es la parte más desafiante para los padres. Todos los niños tienen rabietas, por lo que todos los padres deben pasar por estos momentos de crisis emocionales de sus pequeños.

Es posible que te sientas frustrado, pero eso es lo que menos importa. Lo realmente importante es que puedes estar seguro de que es una parte normal del desarrollo infantil y tienes que estar a la altura.

Tu hijo no está intentando molestarte o enfadarte con plena intención. Solo pretende mostrarte, a través de sus acciones, que está emocionalmente afectado y que necesita de tu consuelo y de tu guía para poder reencontrar su equilibrio interno. El cómo reacciones es fundamental para poder mejorar su comportamiento.

La rabieta no es culpa de nadie

Cuando tu hijo está teniendo una rabieta, puedes sentirte tentado a pensar que es tu culpa. No lo es. Las rabietas son una parte normal del desarrollo infantil y no ocurren porque hayas sido un mal padre o porque hayas hecho algo mal.

Afortunadamente, la mayoría de las rabietas están precedidas por una lista de señales que son signos reveladores de que tu hijo está a punto de tener una crisis emocional o rabieta. A continuación, vamos a explicarte cuáles son las señales más habituales que los niños muestran antes de tener una rabieta. Así, podrás predecir el momento.

Niña llorando por una rabieta para expresas sus emociones.

¿Qué puedo hacer para ayudar a prevenir una rabieta?

Hay varios factores que pueden contribuir a la propensión de un niño a tener una rabieta en cualquier momento dado:

  • Hambre. Los pequeños se ponen hambrientos, como nosotros. Tener bocadillos a mano y asegurarse de anticipar los momentos en que tu hijo necesita un poco de sustento adicional puede ser muy útil.
  • Fatiga o cansancio. Cuanto más cansado esté tu hijo, más luchará con la comunicación y el razonamiento a través de dificultades y desafíos.
  • Tentación. Caminar con tu hijo por el pasillo de dulces en la tienda de comestibles cuando tiene hambre y cuando no tienes intención de permitirle que tenga dulces es una receta para crear una rabieta con seguridad.

¿Cuáles son las señales que puedo buscar y que, a menudo, indican que se está gestando una rabieta?

A continuación, vamos a comentar cuáles son las señales que te indicarán que tu hijo está a punto de tener una rabieta, por lo que podrás evitarla.

Lucha de comunicación antes de la rabieta

Los niños, a menudo, se enfadan porque todavía no tienen la capacidad de expresarse y comprender de una manera clara. Si encuentras a tu pequeño luchando por expresar su punto de vista, o si tiene dificultades para pedir lo que quiere, puede haber una rabieta en camino, a menos que le ayudes en su expresión.

Señales físicas de frustración

Si un niño comienza a golpear un juguete, lanza un objeto o levanta las manos con frustración, podría haber una crisis en el horizonte. Cuando la exasperación comienza a moverse dentro del cuerpo, tu niño puede estar llegando a su límite.

Gritos antes de la rabieta

Si tu pequeño comienza a levantar la voz, puede ser una señal de que está teniendo dificultades emocionales. Cuando su voz se eleva de una manera que es menos que alegre, puede mirar para ver si es necesaria una intervención para evitar una rabieta.

Niño tumbado en el suelo con una rabieta.

Dar golpe o patadas a cosas o personas

Golpear, patear e incluso morder puede ser común durante la infancia, ya que los niños aprenden a navegar interactuando con otros pequeños que también tienen una capacidad limitada para comunicarse. Este tipo de comportamiento es una señal de que tu hijo está teniendo problemas para obtener lo que quiere o está deteniendo cierto comportamiento en un amigo, por lo que se siente empujado más allá de su límite.

Un acortamiento de la capacidad de atención antes de la rabieta

Nunca se debe esperar que los pequeños tengan largos periodos de atención, pero cuando un niño está claramente perdiendo el enfoque durante un momento en que se le dice que haga lo contrario, su frustración, ciertamente, crecerá. Usar la distracción o ayudar a tu hijo a encontrar una actividad que le interese puede ayudar a prevenir una crisis inminente.

Sentirse fuera de control

Así como los adultos se sienten cómodos al tener control sobre las situaciones, también lo hacen los niños. Si un pequeño se encuentra en una situación en la que no puede experimentar la elección, esto puede llevar sus emociones a un lugar donde son difíciles de manejar, lo que también puede provocar una rabieta.

También es posible que tu pequeño tense su cuerpo, llore, repita algo muchas veces debido a su inseguridad emocional o que se ponga nervioso si se le cambian las rutinas sin previo aviso. Esto también puede ser señales de que una rabieta se avecina con fuerza.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.