La frustración infantil se mejora con padres tranquilos

La frustración infantil nunca mejorará con ansiedad en los padres o enfado. La frustración mejora siempre a través de la tranquilidad.
La frustración infantil se mejora con padres tranquilos
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 23 febrero, 2020

La frustración es un problema que afecta a las emociones tanto de los niños como de los adultos. Es importante buscar la forma de calmar la frustración infantil a través de la calma de los padres. Para ello, es buena idea, antes de nada, tener en mente las siguientes cuestiones:  ¿Cuál es tu respuesta cuando su hijo está frustrado? ¿La frustración de tu hijo te lleva a tu propia frustración?

Piensa en la siguiente situación: tienes prisa por salir por la puerta para ir a algún lado y tu hijo no se ha preparado aún. ¿Como te sientes? ¿Te estás volviendo emocionalmente molesto? ¿Cómo podrías reaccionar si tu hijo te dice: “No puedo entender esto” después de que hayas pasado 20 minutos tratando de ayudarle con una serie de problemas matemáticos?

Tu estado emocional afecta a tu hijo

Cuando los padres se mantienen tranquilos ante una situación de frustración infantil, los niños son capaces de autorregularse. El contagio emocional ocurre cuando los niños perciben inconscientemente las emociones de sus padres. Se conoce como sintonización o corregulación. La conexión de los padres con el niño ayuda al pequeño a regularse emocionalmente o ‘calmarse’.

Niño llevándose las manos a la cabeza debido a la frustración infantil.

Desde el primer día, la forma en que, como padre o madre, respondes a tu hijo cuando está molesto determinará tu capacidad de autorregulación. Si un padre le dice a un niño que está llorando que deje de llorar, lo supere o  que no es para tanto, es probable que el niño permanezca molesto.

Gritarle a un niño o decirle que vaya a su habitación hasta que se calme no hace nada para ayudarlo a aprender a autorregular o controlar sus emociones y, generalmente, conduce a la repetición e, incluso, a una escalada de reacción exagerada a circunstancias frustrantes. Si un bebé llora, es probable que deje de hacerlo en cuanto sus padres le carguen en sus brazos.

Abrazar y compartir empatía para vencer la frustración infantil

Abrazar y compartir la empatía con un niño pequeño y darle tranquilidad cuando está molesto le ayuda a calmarse. Con niños mayores, puede motivarlos a usar palabras para expresar sus sentimientos.

Cuando los padres ignoran repetidamente o responden de manera negativa o punitiva a un niño cuando están emocionalmente alterado, a medida que el niño se desarrolla, es probable que reaccione de manera exagerada a situaciones frustrantes con mayor frecuencia e intensidad.

Cuando te enfrentas a un bebé que llora o un niño molesto, lo primero que debes hacer es mantener la calma. Respirar profundamente ayuda mucho. Cuando puedas responder con calma o neutralidad, ayudarás a tu hijo porque, inconscientemente, estás recogiendo su calma, lo que, a su vez, hará que su sistema nervioso se calme. Se sentirá seguro.

Luego, utilizarás el momento para ayudar a un niño mayor a aprender habilidades como la respiración profunda, el replanteamiento (ver la situación con una luz más positiva), así como el uso de palabras para transmitir sus pensamientos y sentimientos.

Un padre puede asumir que su hijo está eligiendo llorar, gritar o pegar en lugar de usar palabras. Lo más probable es que el niño no haya desarrollado un vocabulario emocional adecuado cuando esto ocurre.

Niña frustrada llorando porque no consigue expresar bien lo que siente.

Las crisis son oportunidades de aprendizaje

Una crisis puede ser el momento perfecto para enseñarle a tu hijo formas apropiadas de expresar cómo se siente. Una vez que un niño puede decirte cómo se siente y por qué se siente de esa manera, puedes ayudarlo a aprender a resolver problemas o aceptar algunas situaciones, a pesar de que te gustaría que fueran diferentes.

Cuanto más tiempo pasen los padres ayudando a sus hijos a desarrollar habilidades de afrontamiento, menos tiempo pasarán respondiendo a los arrebatos emocionales. Esto les permitirá ayudarlos a expresar sus necesidades a los demás.

También abre la oportunidad de comenzar a ayudar a tu hijo a sintonizarse con las necesidades de los demás. Escuchar a tu hijo no significa que cederás o concederás todos sus deseos, pero sí le ayuda a sentirse aceptado y más abierto a escucharte para que puedas enseñarle habilidades de afrontamiento, incluida la regulación emocional y la resolución de problemas, con empatía y comprensión hacia los demás.

Es importante que sientas las crisis emocionales como oportunidades de aprendizaje para tu hijo y de crecimiento personal para ti. Respira hondo, piensa qué le vas a decir a tu hijo y olvida para siempre el estado iracundo para intentar educar a tus hijos. Se educa a través de la disciplina en calma.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.