Secretos para madres cansadas: ejercicios de relajación

Como madre, es muy posible que estés ocupada con el trabajo, los niños, la casa... Si no tienes casi tiempo para relajarte esta lista con los mejores ejercicios de relajación son para ti. ¡Toma nota!

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Ser madre conlleva muchas responsabilidades. En ocasiones, la conciliación entre la vida personal y profesional, además de los distintos compromisos, propician estrés y falta de fuerza. Por eso, en este artículo queremos presentarte algunos ejercicios de relajación sencillos que seguro que te ayudarán.

Es un hecho que no resulta fácil encontrar el tiempo necesario para relajarte durante las incesantes jornadas cargadas de compromisos. Aún así, debes tratar de llegar a ese momento que te permita cargar las pilas y considerarlo no como un capricho sino como una necesidad. En este sentido, los ejercicios de relajación son un gran ejemplo de cómo las madres cansadas pueden recuperar la energía de una manera muy simple mientras concilian los distintos compromisos.

Tan solo necesitas unos minutos al día para descubrir los innumerables beneficios de los ejercicios de relajación. La mayoría de estos ejercicios provienen de disciplinas como el yoga o la meditación.

Los mejores ejercicios de relajación para madres cansadas

1. Rotación de cabeza

El primero de los ejercicios de relajación para madres cansadas es muy sencillo y puedes practicarlo en cualquier lugar. Para empezar, debes colocarte de pie y realizar un movimiento de barbilla de izquierda a derecha, como si estuvieras negando con la cabeza.

Después de una pausa, haz el movimiento de afirmación de manera suave, moviendo la barbilla de arriba a abajo. Para terminar, realiza una rotación completa disfrutando de los efectos de este simple masaje. A lo largo de la rotación, respira libremente y toma conciencia del cuerpo en movimiento.

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2. Establece un vínculo con tu respiración

Para llevar a cabo este ejercicio debes situarte recostado sobre tu espalda, con los brazos y las piernas ligeramente separados. Concéntrate en los puntos de apoyo del suelo antes de prestar atención a la respiración.

En ese momento, debes imaginarte en un lugar agradable, una playa, la montaña, un paisaje desierto… intenta que intervengan en tu imaginación elementos como el sonido del mar o el calor del sol. Finalmente, trata de establecer un vínculo entre la respiración y una ola, entre la inspiración y la espiración o entre la espiración y el flujo de agua.

3. Un baño caliente

En tercer lugar te recomendamos que, si tienes tiempo y una bañera, prepares un baño caliente y tranquilo en algún momento de la semana. El calor te ayudará a relajar los músculos para liberar algo de tensión en tu cuerpo y te hará sentir nueva, tanto por dentro como por fuera.

Puedes añadir elementos que te ayuden a relajarte, tales como velas aromáticas o aceites esenciales. Los aromas te ayudarán a calmarte y mantener tu mente clara y despejada.

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4. Respiración abdominal

Este último ejercicio de relajación elimina la tensión simplemente actuando sobre la respiración. Solo tienes que encontrar una respiración puramente abdominal. Durante la inspiración, el vientre debe inflarse ligeramente, mientras se relaja en la exhalación. No olvides que para que esta técnica de relajación sea ​​efectiva, el pecho debe permanecer inmóvil.

 La respiración abdominal puede ayudarte a recuperar el equilibrio. Cuando hayas practicado esta técnica por un tiempo, podrás hacer las secuencias más largas.

Por último, te recordamos que antes de comenzar estos ejercicios puede ser necesario calentar el cuerpo y luego evacuar todas las tensiones contrayendo la inspiración y liberando las diferentes partes del cuerpo al espirar.

Bibliografía

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  • García-Trujillo, M. R., & de Rivera, J. G. (1992). Cambios fisiológicos durante los ejercicios de meditación y relajación profunda. Psiquis, 13(6-7), 279-286. http://www.psicoter.es/_arts/92_A104_04.pdf
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  • Walker, C. E. (2002). Aprenda a relajarse: las técnicas y ejercicios más eficaces para la relajación física y mental. Editorial AMAT.
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