Cómo saber si estás lastimando a tus hijos con tus palabras

Tu hijo recuerda para siempre todas las palabras que le dices, por eso debes evitar herirlo y afectar su salud emocional. ¡Conoce cómo lograrlo!

Desde el primer momento, los hijos tienen la mejor conexión del mundo con sus padres. Pues, ellos son las personas que les brindan seguridad, les hacen sentir que todo estará bien y se convierten en su apoyo incondicional.

De esa manera, los padres se vuelven los grandes referentes de la vida. Esto es porque en cada etapa les transmiten a sus hijos las enseñanzas más esenciales y les resuelven cada uno de sus interrogantes.

Para los niños cada palabra de sus padres es sagrada, pues reconocen que en ellas siempre hay una oportunidad de aprendizaje. Además, están seguros de que ellos fortalecen su autoestima porque resaltan cada una de sus habilidades.

Sin embargo, en los momentos de rabia ese poder de la palabra se puede transformar en un grave detonante. Pues, todos los pensamientos que se expresen de mala manera causarán un dolor profundo y difícil de curar en los pequeños.

Resulta fundamental que los padres tengan claro cuáles son las palabras con las que le pueden causar daño a sus hijos. De esa manera, podrán evitarlas en todos los momentos para mantener protegido el vínculo afectivo y cuidar la salud emocional de los niños.

Las palabras que afectan a los niños

Es común que los padres y los hijos puedan tener algún desacuerdo. Sin embargo, en esos momentos se debe preservar el respeto para que la convivencia sea óptima y ninguna de las dos partes quede con una culpabilidad constante.

A continuación, detallaremos todo lo que nunca se le debe decir a un niño para no afectar sus sentimientos.

Nunca hacerlos sentir como una carga

En algunos momentos los padres sienten que se les hace difícil cumplir con tantas obligaciones. Debido a ello, pueden expresar frases sueltas que manifiestan que algo es caro o que resulta complicado satisfacer las necesidades del bebé.

Lo mejor es que el niño nunca escuche esas palabras, ya que estas pueden alejarlo más de sus padres, esconder sus deseos y no volver a contarles qué necesita.

Compararlo

Es común que los padres comparen a su hijo con algún otro pequeño para tratar de que adquieran un comportamiento específico. Sin embargo, esta conducta se debe evitar a toda costa porque ocasiona que el niño sienta que es inferior a los demás y que no tiene habilidades que merezcan ser reconocidas.

Cuestionarlo de manera excesiva y con malas palabras

Es normal que los padres no estén de acuerdo con algunos comportamientos de sus hijos. No obstante, es vital hacérselos saber con buenas palabras para que el niño dimensione por qué debe dejar de hacerlo.

Del mismo modo, hay que respetar la forma de ser del niño. Pues, cuando se le cuestiona de manera desmedida se le hace sentir que solo tiene cosas malas y que nadie lo comprende.

Ofender la imagen personal del niño

Hablarle mal al niño de su apariencia física es una de las maneras más graves de agredirlo. Esto debido a que le genera una inseguridad y un trauma psicológico irremediable.

Debido a ello, pueden llegar a sentir que todas las personas los van a rechazar constantemente. Y en los casos más graves, los niños se pueden llegar a hacer daño a sí mismos porque se sienten culpables.

Fomentar el diálogo sano es el mejor camino

Hablar frecuentemente con un hijo es la mejor decisión que pueden tomar los padres. Pues, es así como se pueden convertir en sus confidentes, también pueden alertar a tiempo las dificultades y lograr sacarlos adelante.

De ese modo, es indispensable seleccionar las palabras justas para dialogar con el bebé, para  hacerle sentir que está respaldado y que se lo cuida de la mejor manera.