Relación tóxica entre los padres, ¿cómo afecta a los hijos?

Cuando los padres mantienen una relación tóxica, los hijos se ven directamente afectados. Conoce más sobre este tema en este artículo.

Es normal que los padres tengan conflictos, pero el problema está cuando esos problemas son muy frecuentes. Es decir, cuando los enfrentamientos en la pareja son diarios y los niños los ven cada día como algo habitual en casa. Esto hará que sin duda les afecte. Por eso, es importante que los progenitores reflexionen sobre este tema: la relación tóxica entre los padres, ¿cómo afecta a los hijos?

Muchos padres piensan que si encubren los conflictos, los niños no se enterarán de nada. Sin embargo, los pequeños son muy hábiles en detectar un ambiente hostil en el hogar. En este sentido, no es posible fingir el dolor emocional al acabar una discusión tensa, ya sea con violencia física o psicológica de por medio.

Por muy pequeños que sean, los niños son capaces de percibir si hay tensión emocional en el ambiente. Además, cuanto más chicos sean, al estar dentro de la etapa egocéntrica, sienten el dolor como si fuese suyo. Incluso, pueden llegar a pensar que si algo malo pasa en casa es por su culpa. Y esto puede tener terribles consecuencias en su desarrollo.

Cómo afecta a los niños que sus padres tengan una relación tóxica

Es posible que los padres no sean conscientes de que tienen una relación tóxica. Incluso, si lo saben, puede que se hayan acostumbrado a eso y creen o sienten que no hay formas más saludables de relacionarse con la pareja. Esto es muy grave para los hijos, por lo que es necesario ser conscientes de cómo les afecta este tipo de relación.

Los padres con una relación tóxica aprenden a vivir sin ser felices y enseñan a sus hijos que el amor es sinónimo de sufrimiento.

Tendrán dificultades para mantener relaciones de confianza con otros

Si los niños no sienten seguridad física ni emocional por parte de sus padres, cuando crezcan será muy complicado que sean capaces de encontrar confianza en otros. Esto puede hacer que se conviertan en personas dependientes emocionalmente. Por ejemplo, pueden ser retraídas y no tener confianza en sí mismos ni en los demás.

Sentirán confusión

Cuando los hijos siempre están delante de los enfrentamientos de sus padres, pensarán que ese conflicto continuo es lo normal. De esa manera, crecerán y pensarán que los gritos, los insultos, los malos modos e incluso la agresividad física o verbal es lo normal para relacionarse con otros. También, creerán que el amor es un conflicto continuo. En consecuencia, al ser adultos, no encontrarán una pareja estable a causa del tipo de relación que tendrán de manera inconsciente.

Problemas psicológicos

No es fácil admitir esto, pero cuando existe una relación tóxica entre los padres, es habitual que en el futuro los hijos tengan muchas inseguridades. También, es posible que experimenten frustración e incluso que padezcan enfermedades mentales tan peligrosas como la depresión.

La agresividad como algo normal

Ante la relación tóxica de sus padres, los hijos pensarán al crecer que la agresividad es lo normal para resolver los conflictos. Así, pueden recurrir a los gritos, los golpes o a cualquier otra manera violenta. Además, encontrarán muchas dificultades para controlar las emociones más intensas y, muy probablemente, tendrán problemas con el manejo de la ira. Todo esto puede hacer que se conviertan en personas agresivas cuando sean adultas.

Los conflictos en el hogar repercuten negativamente en los niños y hacen que no sean capaces de prestar atención, por lo que disminuye su rendimiento académico.

Problemas en el ámbito académico

Un niño que no se siente bien emocionalmente tendrá problemas de concentración. Por eso, es habitual que tenga inconvenientes en la escuela y que su rendimiento escolar sea bajo. Incluso, esto se puede confundir con vagancia o con déficit de atención, cuando en realidad el problema está en su salud emocional.

En la escuela, también es posible que tengan problemas de relación con sus compañeros y todo esto afectará muy negativamente a su autoestima. Es necesario que desde niños aprendan a entender sus emociones y a gestionarlas. Hay que ser conscientes de que ellos no tienen la culpa de la relación de sus padres. Si crees que tienes una relación tóxica con tu pareja, poneros en manos de un especialista para que tus hijos no sufran las consecuencias en el futuro.

El daño a los niños puede ser irreparable

La influencia de los padres es fundamental para la salud mental de los hijos. Cuando una relación entre los adultos se vuelve tóxica o perjudicial para el niño, las consecuencias aparecerán tarde o temprano. Quizá, los progenitores hagan las cosas con su mejor atención, pero sin darse cuenta de que causan daño a los menores, puesto que son seres frágiles que están en pleno desarrollo.

Bibliografía

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  • Canales, J.,L. (2014) Padres tóxicos. Editorial: Paidós.
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