Regalar muchos juguetes al niño le puede perjudicar en el futuro

Tener muchos juguetes puede hacer que el día de mañana nuestros hijos sean caprichosos y egoístas

Más que regalar muchos juguetes, un niño necesita del tiempo, la compañía y la guía de sus padres, quienes muchas veces se matan trabajando para poder complacer los gustos y necesidades de sus hijos y a veces son los causantes del síndrome del niño hiperregalado.

A medida que los niños van creciendo y empiezan a ver la televisión, es normal que influenciados por la publicidad pidan algún juguete de moda o que quieran que se les compren todos los juguetes del mundo. En este momento, los padres deben alcanzar el equilibrio y darles solo los juguetes que necesitan, sin excesos. Regalar muchos juguetes a los niños puede ser perjudicial para su correcto desarrollo emocional.

¿Qué le puede pasar a un niño que recibe demasiados juguetes? Pues en principio solo ocurrirá que no los usará todos y –a medida que vaya acumulando más y más juguetes- perderá la ilusión de recibir un regalo y disfrutarlo hasta la saciedad. En definitiva, la acumulación de juguetes podría convertir a un niño en una persona caprichosa, egoísta y consumista.

Regalar muchos juguetes no suple la ausencia

Ciertamente, ningún padre del mundo desea que su hijo se convierta en una persona materialista. No obstante, hay muchas circunstancias que promueven este tipo de conductas; una de ellas es el bombardeo constante de publicidad al que la mayoría de los niños se ven sometidos diariamente. Otra de ellas es la falta de tiempo de muchos padres para jugar y hablar con sus hijos.

Muchas veces, y de manera inconsciente, los padres deciden regalar muchos juguetes a sus hijos para suplir con juguetes sofisticados el tiempo que están fuera de casa y que idealmente deberían invertir en jugar y disfrutar con sus hijos. Sin embargo, en la mayoría de los casos los hijos lo que prefieren es pasar más tiempo con sus padres.

Regalar muchos juguetes no suple el tiempo en familia

No se trata de quitar el valor a los juguetes, muchos de ellos tienen funciones creativas que ayudan al desarrollo de los pequeños, si no de saber elegirlos bien, de evaluar su calidad y función y de saber si verdaderamente el niño lo necesita o se lo merece.

Si convertimos en costumbre el acto de regalar juguetes a los niños, les estamos quitando poco a poco la ilusión de recibirlos

Aprender a dosificar los juguetes

Además de dosificar la cantidad de juguetes –lo cual concierne también a los amigos y demás familia- es bueno que aprendas a elegirlos. Recuerda que el mejor juguete no es necesariamente el que cuesta más o aquel que está de moda; el mejor juguete para tu hijo es el que se adapta a sus necesidades, a su edad y el que le ayude a evolucionar como persona a través del desarrollo de sus habilidades y potencialidades.

Jugar es una de las principales tareas de los niños; ellos aprenden a manejarse en el mundo a través del juego, por eso su relación con los juguetes es tan importante. Los padres deben estar muy atentos a los juegos de sus hijos, porque la manera de jugar y la relación con los juegos pueden dar muchas pistas de lo que el niño siente en su interior.
Lo ideal es que los juguetes que rodean al niño lo inviten a desarrollar su imaginación, su creatividad y a afinar sus destrezas. Por eso hay juguetes que nunca pasan de moda, ya que fomentan hábitos sanos en los niños. Pasear en bicicleta, jugar a la pelota, aprender a vestir una muñeca o jugar con los coches son juegos que no necesitan de implementos costosos e invitan al niño a resetear el botón del consumismo y cambiarlo por ratos buenos compartidos en familia.

Jugar con tus hijos les hará más felices que tener muchos juguetes

Más juegos en familia

El mejor regalo que puedes hacerle a tus hijos es pasar tiempo con ellos, enseñarles a entender el valor de las cosas, a ganarse los juguetes y a aprovechar el tiempo con una sana recreación lejos de los excesos y de los vicios que nos trae la vida moderna, esa que nos invita a llenarnos de cosas materiales para suplir la ausencia de amor.

Y recuerda que el “exceso de amor” expresado en el tiempo que compartes con tus hijos, a diferencia del exceso de juguetes, jamás lo va a malcriar. Así que antes de llenar la habitación de tu hijo con muchos juguetes, trata más bien de esforzarte como padre en llenar su vida de momentos inolvidables que lo llenen de experiencias reales y positivas.

Bibliografía

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