Cómo reanimar a un bebé tras un accidente

Cómo reanimar a un bebé tras un accidente

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 18 noviembre, 2021

Nunca se sabe cuándo se va a estar frente a un niño que sufre un accidente o un atragantamiento y deja de respirar. Por eso, es bueno que conozcas algunas maniobras claves a la hora de auxiliarlo, lo mejor es que estés preparada. Si el caso es de un golpe en la cabeza o un accidente, el niño puede necesitar primeros auxilios como reanimación o el masaje cardíaco, cada una de estas tienen sus peculiaridades.

La maniobra de reanimación puede perjudicarle si aún respira. Cerciórate de que no lo hace antes de proceder, para ello mira durante diez segundos si se mueve el pecho, también puedes acercar la mejilla a su boca para escuchar el paso del aire y verificar.

Antes de empezar con la maniobra asegúrate de que no le moleste nadie alrededor, su espacio debe estar libre y despejado.

Si tu intención es saber si está consciente, puedes hacerlo pero sin zarandearlo ni sacudirlo, pues eso puede ser traumático para el niño, solo tócale para ver si responde o pon tu dedo bajo su nariz para comprobar. Y si está desmayado entonces pide a una persona que te ayude poniéndolo en una superficie dura boca arriba y con el cuerpo estirado.

Luego coloca tu mano en su frente para sujetarle la cabeza y obligar a que su mentón se eleve. Con dos dedos de la otra mano sujétale la barbilla y ábrele la boca. Si el bebé es menor de un año entonces hazle cinco ventilaciones. Sopla aire en su boca y nariz a la vez durante un segundo cinco veces. Luego observa si hace efecto.

Si el niño no responde, hazle un masaje cardiaco. Haz 30 compresiones en el tercio inferior del esternón, eso queda aproximadamente un dedo por debajo de la línea de los pezones y lo harás con los dedos índice y corazón. Después, haz dos ventilaciones boca a boca-nariz y otros 30 masajes cardiacos.

Si el niño es mayor de un año entonces haz una pinza en su nariz con los dedos pulgar e índice y mantén su boca abierta con la otra mano. Haz 5 ventilaciones de un segundo cada una soplando aire en su boca. Observa si hay algún cambio. Si el niño no responde, hazle 30 compresiones en el tercio inferior del esternón con la almohadilla de la palma de la mano.

Cómo reanimar a un niño más grande

Si el niño es mayor y fuerte, presiona con las dos manos, poniendo la almohadilla de una mano sobre la otra. Aprieta hasta hundir un tercio de la anchura del tórax. A continuación, haz dos ventilaciones boca a boca y después 30 compresiones torácicas. Si estás solo con el niño, haz estas maniobras durante un minuto. Después puedes dejarle un momento para llamar por ayuda.

Puedes empezar la reanimación con el masaje cardíaco, saltándote las cinco primeras ventilaciones. Lo más importante es seguir la secuencia de 30 masajes por cada dos respiraciones.

Es importante saber que las compresiones deben tener un ritmo constante y bastante rápido como de tres secuencias de 30/2 por minuto. Debes detenerte si ves que el niño empieza a respirar o cuando te sientas muy cansado.

Si estás solo con el niño, haz estas maniobras durante un minuto. Después puedes dejarle un momento para llamar o pedir por ayuda. La rapidez a la hora de actuar es la clave en la reanimación del niño. Conocer la información y mejor forma de proceder es una ventaja a la hora de atender estos casos.

En un accidente es vital actuar

El choque por accidente es el estado previo al paro cardíaco. Se produce cuando, por diversas causas el niño no recibe suficiente oxígeno. Es una situación muy grave, que requiere atención inmediata. Para eso es muy importante reconocer los signos.

Por ejemplo, observa la apariencia del niño. Cuando está entrando en estado de choque no tiene buen tono de piel, no responde a los estímulos, no mira si le hablan, está inconsolable, muy agitado y tiene más pulsaciones de lo normal.

También puedes comprobar su respiración. Fíjate si está acelerada o le cuesta respirar y hacer ruidos.

Para ayudar mejor actúa guiándote por los signos que observas. Si respira rápido pero sin dificultad llévale a urgencias. Si le cuesta respirar o hace ruidos y está pálido, llama una ambulancia.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.