Qué hacer si tu hijo tiene un amigo imaginario

Tener un amigo imaginario no tiene por qué ser algo necesariamente malo. Hasta cierto punto, es interesante analizar sus beneficios y desventajas desde un punto de vista objetivo. Aquí te ayudamos con ello.

imaginario

Aunque cuando lo descubras te va a parecer muy raro, no te asustes si tu hijo o tu hija tiene un amigo imaginario. Muchos niños a partir de los 2 o 3 años de edad tienen amigos y héroes imaginarios. No te tienes que preocupar si tu hijo tiene un amigo imaginario porque es algo totalmente normal.

A esa edad los niños comienzan a desarrollar un mundo de fantasía paralelo a la realidad en que viven. En este mundo conviven con él fantasmas, duendes, hadas o superhéroes que han conocido por la televisión o los libros infantiles.

Los niños crean un mundo alejado del real en el que todo es posible y todo puede pasar. Un mundo en el que al final todo se soluciona o se arregla.

El amigo imaginario puede ser algún juguete como un peluche o algún muñeco que para ellos tiene vida y con el que hablan, juegan o incluso se enfadan. También puede ser la presencia  de otro niño de su edad o un poco mayor que solo ellos ven. Aunque al principio lo veas raro, tienes que saber que tener un amigo imaginario puede ser bueno para los niños.

Beneficios de tener un amigo imaginario

Los niños que tienen un amigo imaginario proyectan en sus juegos y conversaciones con él sus miedos y problemas. Por ejemplo, un niño al que no le gusta ir a la Escuela infantil contará a su imaginario los problemas que le crea acudir a ella todos los días. Los niños le cuentan a su amigo imaginario los problemas, las dudas y las interrogantes que más les preocupan.

Aunque parezca complicado para los adultos,  los niños intentarán resolver sus problemas gracias a los consejos y ayuda de su amigo imaginario. En su lógica infantil los niños buscan gracias a su amigo imaginario una forma para resolver sus problemas.

En realidad ellos van encontrado gracias a sí mismos la solución a cosas que les preocupan. Los niños se sentirán más fuertes y confiados en lo que tienen que hacer ante un problema gracias al apoyo de su amigo imaginario.

El amigo imaginario suele ser un héroe que le ayuda cuando tiene problemas y que logra derrotar a los malos. También puede ser el amigo fiel que quiere darle compañía y que evita que se sienta solo. Suele ser frecuente este último tipo de amigos imaginarios en hijos únicos o que no tienen hermanos de su edad y que se sienten habitualmente solos.

La reacción de los padres y familiares

Seguramente que las conversaciones de tu hijo o hija con su amigo imaginario, aunque al principio te parecerán raras, luego te resultarán graciosas. Pero es importante que los padres y otros familiares no intervengan y menos que se rían de estas conversaciones.

Hay que dejar que los niños jueguen con su amigo imaginario tranquilamente sin inmiscuirse en ningún momento. También es necesario que los padres no les regañen o les digan que no tienen que hacerlo. Los niños pensarán entonces que están haciendo algo malo y o dejarán de hacerlo o lo harán a escondidas.

Los padres deben ejercer solo su papel de observadores y estar atentos a ver si esta relación imaginaria le está afectando de alguna manera. Si le interrumpes seguro que tu hijo dejará de hacerlo delante de ti y se esconderá para jugar con su amigo imaginario.

Es importante fijarse si ha cambiado la conducta del niño desde que tiene su amigo imaginario. Si detectamos que nuestro hijo se ha vuelto retraído, distraído o agresivo, habría que consultar con el especialista. El niño puede tener algún problema que nosotros desconocemos y solo el especialista nos podrá ayudar.

También es esencial que los padres y familiares no se rían nunca del niño o decirle que miente. Hay respetar su juego con su amigo imaginario porque si no lo hacemos el niño no se sentirá comprendido. Tampoco es buena idea interrogarle sobre las conversaciones que tiene con los amigos imaginarios.

Tener un amigo imaginario es muy frecuente para muchos niños a partir de los dos o tres años. Hay que dejar que nuestros hijos pasen por esa etapa y se diviertan. También tenemos que procurar que tengan amigos reales y que no juegue solo con su amigo imaginario.  No te olvides de que tener un amigo imaginario es algo totalmente normal.

Bibliografía

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