¿Qué es la insuficiencia cervical en el embarazo?

La insuficiencia cervical en el embarazo puede provocar un parto prematuro. Aprende más sobre ella y su tratamiento en este artículo.
¿Qué es la insuficiencia cervical en el embarazo?
María Belén Del Río

Revisado y aprobado por la médica María Belén Del Río.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 01 mayo, 2019

La insuficiencia cervical en el embarazo, también denominada incompetencia cervical o incompetencia istmicocervical, representa un 10 % de las causas de parto pretérmino (antes de las 37 semanas de gestación) y está asocia a una morbimortalidad neonatal importante.

¿Qué es la insuficiencia cervical en el embarazo?

La insuficiencia cervical en el embarazo consiste en la aparición de dilatación en el cuello uterino en ausencia de contracciones, antes de las 37 semanas de gestación. Es la incapacidad funcional de retener la gestación antes de que el útero alcance un tamaño a término (entre las 37 y 42 semanas de gestación).

Algunas mujeres pueden manifestar sensación de presión pélvica, aumento del flujo vaginal o pequeño sangrado vaginal.

¿Qué causa insuficiencia cervical en el embarazo?

Aunque existen distintos factores de riesgo que pueden desencadenar en una insuficiencia cervical, en la mayoría de casos esta aparece sin historia previa.

Algunos de los factores de riesgo son:

  • Antecedentes de insuficiencia cervical en anteriores embarazos.
  • Infección intra-amniótica sin síntomas.
  • Malformaciones uterinas: útero tabicado, útero bicorne…
  • Defectos en el tejido conectivo del cuello del útero, ya sean defectos congénitos o tras una cirugía cervical.
  • Hipoplasia cervical congénita tras exposición a dietilestilbestrol, un tipo de estrógenos que se administraba antiguamente a las embarazadas para prevenir abortos espontáneos y partos prematuros.
  • Gestaciones múltiples.
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¿Cómo se comprueba si existe insuficiencia cervical en el embarazo?

Se puede evaluar la insuficiencia cervical antes y durante la gestación. El paso de un objeto de determinado diámetro a través del cuello uterino, llegando a la cavidad uterina, sin que se presente resistencia o dolor podría indicar una insuficiencia cervical. Dicha prueba informa de la permeabilidad del orificio cervical interno. Estas pruebas no se realizan en la práctica de forma habitual.

La prueba más empleada en la actualidad para valorar la insuficiencia cervical es la ecografía transvaginal. Mediante ella puede medirse la longitud y dilatación del cérvix, la longitud del canal endocervical, la dilatación del orificio cervical interno y también permite ver si las membranas están prolapsadas a través del canal cervical.

Otra de las pruebas que puede realizarse es la exploración vaginal (tacto vaginal), que permitiría valorar la consistencia del cuello uterino y su dilatación.

¿Qué tratamiento tiene?

Para prevenir o tratar la insuficiencia cervical en el embarazo el método más empleado es el cerclaje uterino. También pueden emplearse hormonas vía vaginal, como la progesterona, en determinados casos.

El cerclaje uterino consiste en suturar el cuello del útero para disminuir su dilatación y aumentar su resistencia, y que así pueda aguantar el peso de la gestación y evitar que se desencadene un parto prematuro.

Existen diferentes técnicas a la hora de realizar la sutura, y será el ginecólogo o la ginecóloga quien decida cuál es la más apropiada para cada caso. Así pues, existen diferentes tipos de cerclajes según su indicación:

Cerclaje preventivo o primario

Se realiza antes de que aparezca ninguna modificación en el cuello del útero a aquellas mujeres con antecedentes de pérdidas gestacionales debidas a insuficiencia cervical o que ya fueron tratadas por el mismo motivo en gestaciones previas.

Cerclaje indicado por ecografía o secundario

Es el que se realiza a las gestantes con antecedentes de parto prematuro que presentan un acortamiento cervical (menos de 25 milímetros) antes de la semana 26 de gestación. Inicialmente se suele indicar el tratamiento hormonal vía vaginal con progesterona y, si continúan las modificaciones, ya se valora realizar el cerclaje.

Cerclaje indicado por la exploración física, terciario o de emergencia

Es aquél que se indica cuando, tras la exploración física, se objetiva una dilatación del cuello uterino mayor o igual a 2 centímetros con las membranas visibles a través del orificio cervical externo, antes de las 26 semanas de gestación. Está recomendado realizar una amniocentesis previa al cerclaje para comprobar que no exista infección intra-amniótica.

Contraindicaciones del cerclaje

Existen algunas circunstancias en las que el cerclaje cervical está contraindicado:

  • Infección intra-amniótica sin síntomas o sospecha de corioamnionitis clínica.
  • Sangrado vaginal debido a patología placentaria (por placenta previa, por ejemplo).
  • Presencia de contracciones.
  • Rotura de bolsa amniótica.
  • Muerte fetal, interrupción legal de la gestación o malformación fetal severa incompatible con la vida.
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Otras pruebas necesarias

Antes de realizar el cerclaje uterino, cuando este está indicado, es necesario realizar otras pruebas médicas complementarias:

  • Analítica sanguínea.
  • Visita preanestésica.
  • Cultivos endocervicales y cultivo vagino-rectal (Streptococcus beta agalactiae); este último a partir de las 23-24 semanas de gestación.
  • Amniocentesis si se sospecha de infección intra-amniótica.

También se administrará un tratamiento antibiótico y corticoides para la maduración pulmonar fetal si el cerclaje se realiza a partir de las 24 semanas de gestación, por si se produjera un parto prematuro.

También es habitual que se administre medicación para relajar el útero y evitar que haya contracciones.

A tener en cuenta

Tras la realización del cerclaje, será necesario un seguimiento médico más estricto para controlar que no exista infección y que el cerclaje continúa bien colocado. Se realizarán cultivos endocervicales de control.

Asimismo, será necesario disminuir el nivel de actividad física, y también evitar mantener relaciones sexuales hasta la semana 34 de gestación.

El cerclaje se retirará una vez se alcancen las 37 semanas de gestación, si aparecen síntomas de infección intra-amniótica o si se desencadena antes el parto de forma espontánea y este no se consigue frenar.


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