¿Qué es la ecografía transvaginal y cuándo se realiza?

El uso de la ecografía durante el embarazo está bastante extendido. La ecografía transvaginal es una de las técnicas. A continuación, hablaremos sobre algunas de sus características.
¿Qué es la ecografía transvaginal y cuándo se realiza?
Diego Pereira

Escrito y verificado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 13 mayo, 2021

Existen muchos métodos diagnósticos de enfermedades ginecológicas, y aquellos que permiten obtener imágenes son unos de los más utilizados. La ecografía transvaginal, por su técnica sencilla, beneficiosa e indolora, es una de las más utilizadas de este grupo.

Es muy útil para detectar enfermedades importantes como el desprendimiento prematuro de placenta, la placenta previa y los problemas del líquido amniótico. Interesante, ¿verdad? Si quieres saber un poco más sobre el tema, te invitamos seguir leyendo.

La ecografía transvaginal

Ecografía transvaginal en los inicios del embarazo
Esta técnica permite obtener imágenes nítidas dentro y fuera del embarazo.

La ecografía es una técnica que se basa en la emisión y posterior captación de ondas sonoras de alta frecuencia. Para ello, el médico posiciona un aparato llamado transductor sobre el cuerpo de la paciente, siempre con ayuda de una delgada capa de gel que facilita la técnica.

Dicho transductor emite las ondas sonoras -inaudibles para el ser humano- que, posteriormente, chocan contra la superficie de los órganos sólidos. En este momento, la onda es devuelta hacia el transductor. Gracias a una computadora integrada, se crea una imagen bidimensional o tridimensional que el médico debe interpretar.

Este método de diagnóstico por imágenes es muy común en los centros de salud. La ecografía transvaginal no es más que una modalidad especial en la que se pueden obtener imágenes más nítidas del aparato reproductor femenino, a diferencia de la ecografía abdominal típica.

¿Por qué tienes que hacértela?

Al ser una prueba tan habitual, lo común es que el ginecólogo te la indique cuando sea necesario. Es útil tanto en el embarazo como fuera de él y permite diagnosticar una gran variedad de enfermedades.

Las ventajas de esta técnica, por encima de otros métodos, son su bajo costo, facilidad de acceso, rapidez, nula emisión de radiación y escasas molestias para la persona que se realiza la ecografía. En caso de presentar las siguientes alteraciones, es probable que tu médico te realice este estudio:

  • Sangrado uterino anormal.
  • Problemas de infertilidad.
  • Alteraciones en el ciclo menstrual.
  • Sospecha de enfermedad inflamatoria pélvica (fiebre, dolor pélvico, secreción vaginal…).

Por supuesto, también es útil para confirmar un embarazo y hacer seguimiento ecográfico en las primeras semanas.

¿Qué esperar de este tipo de prueba?

La ecografía transvaginal es una técnica muy sencilla, por lo que la preparación para la misma es escasa. A diferencia de la eco abdominal, no deberás ir con la vejiga llena, ya que el útero y demás estructuras pueden observarse con relativa facilidad sin necesidad de ello.

Una vez te hayas acostado en la camilla ginecológica, el médico introducirá poco a poco el transductor -cuya forma es alargada- acompañado de un poco de gel. Una vez alcance el cuello uterino, empezará a explorar poco a poco las estructuras adyacentes.

Puede sonar doloroso, pero en realidad no lo es. La mayoría de las pacientes no siente nada y algunas refieren una leve incomodidad. Por supuesto, esto se puede realizar mientras la entrada a la vagina esté permeable, por lo que suele usarse en mujeres que ya hayan tenido sus primeras relaciones sexuales.

Problemas en el embarazo que se detectan con este tipo de prueba

Diagnostico de enfermedades gracias a la ecografía transvaginal
Algunos problemas de la placenta pueden diagnosticarse con este método.

Uno de los principales objetivos de la ecografía transvaginal es detectar anormalidades en el embarazo. Si el médico te indicó este estudio, es probable que sufras alguna de estas condiciones:

  • Placenta previa: en esta patología, la placenta se ubica de forma anormal, muy cerca del cuello uterino. Según una publicación de la Clínica Mayo, el síntoma principal es el sangrado durante el segundo trimestre del embarazo. Como el riesgo de complicaciones durante el parto es elevado, se requiere realizar una cesárea llegado el momento.
  • Problemas con el líquido amniótico: tanto el exceso (polihidramnios) como el déficit (oligoamnios) de esta sustancia puede diagnosticarse a través de este método. Las causas son muy variadas y pueden orientar sobre posibles malformaciones congénitas, según algunos estudios.
  • Embarazo ectópico: esto sucede cuando el embrión empieza a desarrollarse fuera de la matriz endometrial, por lo que el embarazo no podrá llevarse a cabo. Las pacientes suelen presentar fuerte dolor pélvico y sangrado a través de los genitales, según una publicación de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
  • Desprendimiento prematuro de placenta: es una emergencia médica en la que la placenta se separa de las paredes del útero. Pone en riesgo la vida del bebé, ya que interrumpe de forma rápida el suministro de oxígeno y nutrientes.

Esta técnica también permite detectar malformaciones anatómicas en el útero, además de la presencia de tumores benignos, como los pólipos.

La ecografía transvaginal, una técnica muy útil

Tanto si te encuentras fuera como dentro del embarazo, este método de diagnóstico por imágenes puede serte de utilidad. Tu médico será el encargado de indicártelo, por lo que, en caso de presentar cualquiera de las alteraciones que mencionamos antes, acudir a consulta de manera temprana es la opción más indicada.


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