Las primeras patadas del bebé: todo lo que necesitas saber

Las primeras patadas del bebé representan el primer encuentro sensorial entre madre e hijo. Son muy importantes en varios sentidos y te vamos a contar todo sobre ellas.
Las primeras patadas del bebé: todo lo que necesitas saber
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Escrito por Leidy Mora Molina

Última actualización: 21 enero, 2022

No hay nada más hermoso en el embarazo que sentir las primeras patadas del bebé. Dichos movimientos fomentan que se establezca esa conexión perfecta entre la mamá y su hijo, la cual les permite comunicarse más allá de las palabras.

Aparte de llenarse de emoción por el hecho de sentir a su bebé moverse, la gestante puede cerciorarse de su bienestar. Pues un bebé que se mueve con frecuencia es un bebé que está sano, que crece y que se desarrolla. ¿Pero cuándo se comienzan a sentirse estas pataditas y cada cuánto deben percibirse? Te lo contamos todo a continuación.

¿En qué semana podemos notar las primeras patadas del bebé?

Los primeros movimientos del embrión aparecen alrededor de la 8va semana del embarazo. En esta etapa, el bebé nada, hace movimientos involuntarios y se mueve con libertar dentro del líquido amniótico. Sin embargo, la madre aún no los percibe porque su hijo es muy pequeño.

En general, las primeras patadas del bebé comienzan a sentirse alrededor de la semana 20 de gestación. Para ese entonces el feto ya ha adquirido un tamaño considerable y logra empujar con fuerza las paredes del abdomen de su mamá.

Las madres primerizas pueden percibir estos movimientos un poco más tarde que las que ya han tenido otros hijos. Así mismo, algunos factores como la obesidad, la cantidad de líquido amniótico y el lugar de ubicación de la placenta también pueden incidir en la percepción de los mismos.

El desarrollo de los óvulos empieza de forma muy temprana.

La intensidad de los movimientos fetales

Al principio, los movimientos fetales suelen sentirse como un suave burbujeo dentro del vientre, pero luego se vuelven más intensos e incluso, pueden llegar a producir molestias.

La intensidad máxima de los movimientos del bebé ocurre alrededor de la semana 28 del embarazo. A partir de ahí tiende a disminuir, conforme se reduce el espacio dentro del útero. En general, más cerca de la fecha de parto estas pataditas suelen ocurrir en momentos precisos del día y con una fuerza considerable.

Sin importar la frecuencia o la intensidad, es importante remarcar que los movimientos fetales siempre deben estar presentes hasta el final de la gestación.

Cada madre puede percibirlos de forma particular, pero debe sentirlos todos los días. Esto es uno de los aspectos que se evalúan en el control médico prenatal para determinar la salud y el bienestar del pequeño.

¿Cuántas veces al día debo sentir las patadas del bebé?

Otra de las dudas que invaden a las gestantes es cada cuanto tiempo deben sentir las patadas del bebé y esto depende del trimestre de la gestación.

A partir de la semana 20, las pataditas están presentes pero se sienten poco, por lo que no puede valorarse su frecuencia diaria. A medida que pasan las semanas, los movimientos se hacen más frecuentes y es ahí cuando la madre puede determinar el patrón de movimientos diarios de su bebé. Idealmente, esto debe ser registrado en un cuaderno con el fin de conocer el ritmo diario del pequeño.

Hacia el tercer trimestre, lo habitual es que el bebé tenga al menos unos 10 movimientos diarios. Si realiza menos que esto o se percibe una disminución marcada del ritmo habitual, es necesario consultar con el especialista cuanto antes.

¿En qué momento del día se hacen más frecuentes estos movimientos?

Existen ciertos factores que guardan relación con los movimientos fetales, como el momento de la alimentación materna y el tipo de comida que ingiere. Los alimentos dulces incrementan la glucosa en sangre y esto genera un aumento de la actividad del bebé.

Además de este factor, el feto percibe las emociones de su mamá a través de las hormonas que viajan por la sangre de ambos. De esta forma, el bebé “vive” estas emociones también.

Si la madre esta estresada o tiene una pelea durante el día, su cuerpo libera cortisol y adrenalina. Ambas hormonas llegar a la circulación de su hijo y dan lugar al aumento de las patadas. De hecho, diversos estudios afirman que esto puede traer otras consecuencias a futuro en el organismo del bebé.

Finalmente, otro condicionante importante para los movimientos fetales es el estado de sueño y vigilia. En general, el bebé suele estar más activo durante las primeras horas del día (entre las 9 y las 14 horas) y por la noche (luego de las 19 horas). El resto del tiempo, duerme y repone energías. En general, sus siestas son de 40 a 60 minutos y durante las mismas no se percen patadas ni movimientos.

Muchas madres manifiestan que su bebé se pone más enérgico luego de recostarse. En realidad, lo que sucede es que durante el reposo se lo percibe más que durante la actividad. Por eso, la noche se convierte en el momento de exclusividad para ponerse a “conversar” sin interrupciones.

pareja recostada en la cama manos de mama y papa sobre barriga de embarazada sienten los movimientos fetales del bebé

Los beneficios de las patadas del bebé dentro del útero

Los movimientos fetales dentro del útero son beneficiosos para el desarrollo neuromuscular en general. Le permiten al bebé fortalecer el tronco, los miembros, la deglución y también, los músculos implicados en la respiración. Además, estos ejercicios favorecen a la coordinación entre el cerebro y los demás órganos.

Vale tener en cuenta que más que contar las pataditas diarias del bebé, lo fundamental es prestar atención al ritmo y al patrón de movimientos. Pues así se logra valorar qué tipo de actividad realiza el bebé hace habitualmente y comenzar a familiarizarse con su ritmo de sueño y vigilia.

En el caso de que se note que este patrón de actividad disminuye o si han pasado más de 24 horas sin sentir los movimientos del bebé, lo indicado es acudir al médico para corroborar que todo marche bien con el embarazo.


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