Prevenir la alergia en niños, ¿qué dice la evidencia?

El aumento exponencial de las alergias durante los últimos 20 años ha despertado el interés por descubrir cómo prevenir la alergia en niños.
Prevenir la alergia en niños, ¿qué dice la evidencia?
Silvia Zaragoza

Escrito y verificado por la nutricionista Silvia Zaragoza.

Última actualización: 03 febrero, 2022

La alergia cada vez es más común y, dada la gravedad que supone el contacto con cualquier alérgeno, se ha convertido en un problema de salud pública. Por eso, las investigaciones más recientes intentan buscar el origen y la manera de poder prevenir la alergia en niños, puesto que es la etapa más vulnerable frente a estas reacciones. Pero antes, dejad que os contemos las nociones básicas.

Alergia en niños

Una alergia es una reacción del sistema inmunitaria mediada por anticuerpos, células o inmunocomplejos. Se desencadena por las proteínas presentes en los alimentos, el polvo, el polen y los animales (animales y pelos de gato, entre otros). Además, pueden producirse por contacto, ingesta u inhalación, por lo que los síntomas son muy variados.

Dichos síntomas van desde las náuseas, vómitos y diarreas hasta erupciones y picores en la piel o dificultad para respirar. Por eso, es muy importante actuar lo más rápido posible y llevar siempre a mano la adrenalina para evitar la muerte.

Partiendo de todo lo comentado, es evidente que afecta negativamente en la vida social, al menos al principio. Así que, la ayuda psicológica y de un dietista-nutricionista son claves para ayudaros a gestionarlo.

Por último, el tratamiento es eliminar el alimento desencadenante y productos que lo lleven combinado con el uso de antihistamínicos. La adrenalina también, aunque solo en caso de reacción por consumo, ingesta o contacto accidental.

¿Qué factores predisponen a tener alergia?

Este tipo de reacciones siempre tienen un componente genético. Es decir, el hecho de que a un familiar de primer grado (madre, padre o hermanos) le hayan diagnosticado una alergia supone un incremento del 30 % de desarrollarla. Incluso, puede llegar al 70 % si afecta a 2 o más miembros.

Otros factores desencadenantes son:

  • La higiene constante. A pesar de que sea bueno en la prevención de enfermedades infecciosas, ocurre lo contrario con las alergias. Y es que, al nacer, las defensas del niño están desarrollándose, por lo que es necesario que tenga un primer contacto con los alérgenos. De esta manera, las próximas veces el cuerpo manifestará el rechazo, si es que no lo tolera.
  • La cesárea, que impide que la transmisión de las bacterias de la madre al bebé. Esto implica que la diversidad de la microbiota sea menor.
  • El ambiente y la contaminación. Por eso, es más frecuente manifestar las alergias en primavera. Incluso cuando apenas llueve y el clima es muy seco. O que la prevalencia sea más alta en las ciudades o zonas cercanas a las fábricas.
  • El estrés.
  • Los malos hábitos alimentarios. Consecuentemente, se produce déficit de nutrientes imprescindibles, como la vitamina A y D, y altera la diversidad microbiana intestinal.

A modo de resumen, la interacción entre todos los desencadenantes aumenta el riesgo de alergia.

Alergia, ejercicio y antiinflamatorios

A continuación, quisiera comentar que existe relación entre una mayor intensidad de los síntomas y la toma de antininflamatorios, como el ibuprofeno, y la práctica posterior de ejercicio. Sin embargo, es necesaria la combinación del alimento con alguno de los otros 2 factores, ya que, si no, la reacción no se manifestaría.

Principalmente, se observa en niños con asma y dermatitis atópica, puesto que el riesgo es mayor. Se manifiesta al cabo de 2 a 4 horas de haber comido el alimento como el trigo, la leche, la fruta, el pescado, el marisco o el apio.

Cómo prevenir la alergia en niños

El embarazo y la lactancia, el inicio para prevenir la alergia en niños

Desde hace años sabemos que el parto vaginal y la lactancia materna reducen el riesgo de alergia. Confieren protección mediante las bacterias e inmunoglobulinas de la madre que le llegan al niño a través del flujo y la leche respectivamente. Además, mientras el niño permanece en el vientre materno, está protegido por las defensas de la madre.

¿Y si cambiamos los hábitos?

Como hemos comentado anteriormente, el estilo de vida es fundamental para prevenir cualquier enfermedad relacionada con el sistema inmune. Respecto a la dieta, las frutas, verduras y hortalizas de colores vivos aportan los antioxidantes necesarios para combatir las infecciones o agresiones externas.

Además, son una fuente excelente de vitamina A, que estimula la producción de IgAs. Estos anticuerpos facilitan la tolerancia a los alimentos, igual que la vitamina D. La vitamina D se encuentra en el pescado azul (atún, sardinas, salmón, etc.), los huevos y los lácteos, así como en la exposición solar. Además, activan las células inmunitarias y mantienen la integridad de la barrera intestinal.

Niña sonándose la nariz con un pañuelo debido a que tiene alergia.

Incluso la fibra es el nutriente esencial para generar ácidos grasos de cadena corta que reducen la inflamación. Otros alimentos rico en fibra beneficiosa para la microbiota son los cereales integrales (arroz, copos de avena), los tubérculos (patata y boniato), el plátano y la manzana cocidas, y algunas hortalizas como el hinojo, la chirivia, los espárragos, las alcachofas, el puerro y la cebolla.

La microbiota, el ógano diana para prevenir la alergia en niños

Las investigaciones más recientes apuntan a la microbiota para reducir los síntomas. Es un conjunto de microorganismos vivos reguladores de la permeabilidad de la pared intestinal. Son los responsables de evitar el paso de sustancias dañinas que dificultan el funcionamiento del organismo. Por este motivo, disponer de una gran diversidad en la calidad y cantidad de bacterias reduce el riesgo de alergias.

Hasta ahora, se sabe que los niños alérgicos tienen unos niveles menores de bacteroides, bifidobacterias y enterococos, pero aumentados de clostridia. Por esta razón, han llevado a cabo estudios clínicos sobre la administración de probióticos, a pesar de que aún es demasiado pronto como para afirmar cuáles son las especies, la dosis y la duración más recomendables.

Como conclusión, estos son algunos de los aspectos a tener en cuenta para evitar la alergia que esperamos apliquéis. Así que, estad atentos, dado que la inmunoterapia oral está dando muy buenos resultados, aunque todavía queda mucho por descubrir.


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