Mamá o papá son las personas más cercanas a un niño; esto, por lo general, es así. Sin embargo, no pocas veces, el menor desarrolla cierta preferencia por uno de sus progenitores ya sea que “el privilegiado” haya hecho mucho, poco o nada, por ganarse ese afecto.
Hoy te ayudaremos a entender por qué tu hijo prefiere a su mamá o a su papá y quiere siempre estar a su lado.
¿Por qué el niño prefiere a su mamá?
El niño prefiere a su mamá porque dentro de su útero vivió 40 semanas o más. Ella fue quien le proveyó alimentos, le transmitió el tan necesario oxígeno, y lo protegió.
Su voz fue la que más escuchó durante ese tiempo, los latidos de su corazón y todos los demás sonidos gracias a los cuales se sentía seguro dentro del saco protector que lo sostenía.
Una vez que nació, la leche materna se convirtió en su principal aliada. Cada vez que mamá se le acercaba le daba hasta hipo con tal de que lo pusiera a lactar lo antes posible.
Mamá lo bañaba, jugaba con él, le cambiaba el pañal, le cantaba, lo tenía mucho tiempo cargado en brazos y le mostraba el mundo.
Ella sabía lo que él quería y de qué forma lo quería. Con mamá todo era mejor.
Luego, después de haber crecido y ser ya “casi un hombre”. Con 2 años de edad el niño la prefiere porque ella sigue siendo su protectora, la persona que lo consuela, lo ama y la que siempre está a su lado para reírle todas las gracias que haga, responder a sus preguntas y secarle las lágrimas.
No hay nadie como mamá para darle afecto, besos, caricias y pasarle la mano por la frente cuando se siente mal.
Aunque no es médico ella sabe cómo curarlo y hacer que se sienta bien para jugar y dar brincos como a él le gusta hacer y a ella le encanta observar.
¿Por qué el niño prefiere a su papá?
El niño prefiere a su papá porque con él está poco tiempo. Cada mañana, cuando abre los ojitos, su papá ya no está a su lado.
Él no sabe hacia dónde se ha ido, a hacer qué cosa, ni cuánto tarda. Solo conoce que se separa un tiempo de su lado y vuelve a verlo más tarde, a la hora en que mamá le está dando la papilla. Mamá le habla mucho sobre su papá. Le repite su nombre, su oficio; le dice lo lindo que es, lo bueno, y lo mucho que se quieren.
El niño también prefiere a su papá porque él nunca le dice que tiene que bañarse, lavarse la cabeza y limpiarle las orejas. Él no lo obliga a tomarse los medicamentos ni lo lleva a poner las vacunas.
Con papá todo es juego, diversión, paseos, buenos momentos, regalos, la complacencia de caprichos…
Él siempre puede tirarse al suelo a jugar y no tiene que lavar, hacer la cena, ir de compras… así como hace mamá.
Papá es genial porque es fuerte, grande, tiene carácter y sabe cómo hacerlo todo, arreglarlo todo y resolverlo todo. Es una especie de mago del cual, el niño, se siente súper orgulloso.
Cuando él sea grande quiere ser como su papá.
¿Por qué prefiere a mamá o papá?
Hay niños que prefieren a mamá porque son ellas las que trabajan fuera y tienen poco tiempo para estar a su lado, o sienten más predilección por papá porque es él el que se ocupa todo el tiempo de su crianza.
La sociedad de hoy día ha variado los cánones que sostenían a las familias de antaño y tanto los hombres como las mujeres se quedan en casa para criar a sus hijos.
Aunque en este artículo nos hemos basado en algunos estereotipos de madres y padres, debemos aclarar que solo ha sido a modo de ofrecer diversas explicaciones de por qué los niños a veces prefieren a su mamá o a su papá.
Puede que tu hijo te prefiera precisamente porque eres todo lo contrario a lo que expusimos aquí.
Si es así, nos gustaría conocer tu experiencia.