Politraumatismo y embarazo

La asociación entre politraumatismo y embarazo es más frecuente debido a los cambios en la actividad laboral de las embarazadas y sus desplazamientos. Aprende más sobre politraumatismo y embarazo en este artículo.
Politraumatismo y embarazo

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 09 mayo, 2019

La asociación entre politraumatismo y embarazo cada vez es más frecuente debido al aumento de la actividad laboral de las mujeres embarazadas, al hecho de continuar en su trabajo hasta el final de la gestación y al mayor uso del automóvil para los desplazamientos.

La unión de estos factores ha provocado un aumento de los traumatismos obstétricos y de la morbi-mortalidad de la mujer embarazada y del feto.

La mujer embarazada presenta unas características físicas y fisiológicas diferentes a las de la mujer no embarazada, y es importante conocerlas para tratar de la mejor manera posible el politraumatismo y embarazo.

Politraumatismo y embarazo

Los traumatismos se han convertido en la principal causa de muerte no obstétrica durante el embarazo, y dentro del binomio madre-feto, este puede sufrir lesiones tanto derivadas del propio traumatismo como derivadas de la situación materna.

Los cambios anatómicos y fisiológicos que se producen en la mujer durante el embarazo son capaces de modificar la respuesta de su organismo ante un mismo traumatismo. Así pues, los efectos de un traumatismo en el embarazo estarán condicionados por los siguientes factores:

  • Edad gestacional.
  • Tipo y gravedad del traumatismo.
  • Alteraciones producidas en la fisiología feto-placentaria.

Es imprescindible centrar los cuidados iniciales en la madre para, posteriormente con la madre estabilizada, poder atender al feto.

Politraumatismo y embarazo.

Sistema cardiovascular

Debido a los cambios que se producen durante el embarazo, la mujer embarazada presenta un aumento del volumen sanguíneo, lo que convierte en imprescindible el controlar cualquier hemorragia materna que pudiera presentarse tras el traumatismo.

Este aumento en el volumen de sangre ocasiona que, en el caso de hemorragia, la madre tarde más en entrar en shock. La oxigenación del feto se vería comprometida mucho antes. Es por ello que, aunque la pérdida sanguínea no parezca que afecte al estado materno, se debe tratar con rapidez.

Órganos perineales

También será importante explorar las lesiones que pudieran aparecer en vagina, periné y recto tras el traumatismo, ya que esto podría indicar afectación de estructuras ginecológicas-obstétricas.

Reanimación cardiopulmonar (RCP)

En lo que respecta a practicar una RCP en la mujer embarazada, existe controversia sobre el momento de realizar una cesárea de urgencia en el caso de que no se obtenga respuesta tras las maniobras: si después de un tiempo establecido de maniobras de RCP o mientras estas se practican.

Para la toma de decisiones se han de tener en cuenta otros factores, como la viabilidad fetal (feto mayor de 24 semanas de gestación), el estado materno…

Traumatismos penetrantes

El aumento de tamaño del útero durante el embarazo hace que los órganos abdominales se desplacen, aumentando, así, el riesgo de daño al útero y disminuyendo el daño en otras vísceras.

El músculo uterino, el líquido amniótico y el feto permiten absorber gran cantidad de energía de los proyectiles penetrantes, minimizando, de esta manera, el daño en otros órganos.

Politraumatismo y embarazo: lesiones específicas de la embarazada

Existen determinadas lesiones que únicamente pueden aparecer cuando existe un politraumatismo y embarazo:

Traumatismo uterino

Un golpe a nivel uterino puede llegar a provocar la rotura del músculo uterino (miometrio) y del resto de sus capas, suponiendo una situación de urgencia para la madre y el feto.

La rotura uterina puede ser completa o incompleta y, generalmente, va acompañada de estos signos y síntomas:

  • Bradicardia fetal (la frecuencia cardíaca del feto disminuye).
  • Dolor abdominal.
  • Disminución o cese de las contracciones (si las hubiera).
  • Taquicardia o hipotensión maternas, debido a la pérdida de sangre.
  • Hemorragia vaginal.
  • Hematuria (sangre en orina).
  • Ascenso de la presentación fetal y partes fetales fácilmente palpables, si el feto es expulsado a la cavidad abdominal.

El tratamiento en el caso de una rotura uterina se centra en la estabilización y anestesia materna, y en cirugía (laparotomía) para extraer al feto.

Politraumatismo y embarazo.

Contracciones uterinas

Las contracciones uterinas pueden presentarse antes del momento del parto: tras un traumatismo, ante situaciones estresantes, si existe deshidratación… Es el problema obstétrico más frecuente causado por los traumatismos.

Dependiendo de la situación que presenten la mujer y el feto (bolsa amniótica íntegra o no, semanas de gestación, estado fetal y materno), existen diferentes actuaciones que se adaptarán a cada situación individual:

  • Monitorización materna y fetal.
  • Administración de medicación tocolítica (para frenar las contracciones).
  • Permitir que el parto evolucione.
  • Actitud expectante.

Desprendimiento de placenta

Derivado de un traumatismo durante el embarazo, también se podría producir un desprendimiento prematuro de placenta normoinserta. Consiste en el desprendimiento total o parcial de la placenta antes de la expulsión fetal en una gestación de más de 20 semanas.

Esta situación supone una urgencia vital, ya que la placenta es el órgano que oxigena y nutre al feto y, si se desprende por completo, el feto dejaría de recibir aporte sanguíneo.

Algunos de los signos y síntomas que pueden aparecer son:

  • Hipoxia fetal.
  • Hemorragia visible (vaginal) o interna.
  • Dolor abdominal.
  • Coagulación intravascular diseminada.
  • Shock y otras complicaciones.

El tratamiento ante esta situación se centra en estabilizar a la madre y en la extracción fetal (cesárea o parto vaginal).

Hemorragia feto-materna

El paso de sangre fetal a la circulación materna es más frecuente en mujeres que han sufrido un traumatismo. Las consecuencias de esta hemorragia están relacionadas con la intensidad de la misma y pueden ser:

  • Sensibilización Rh en madres con Rh – y feto con Rh +.
  • Arritmias.
  • Anemia.
  • Muerte fetal por exceso de pérdida sanguínea.

Para evitar la sensibilización Rh, a todas las mujeres con Rh – se les administrará de forma preventiva inmunoglobulina Rh. Asimismo, se evaluarán el estado materno y fetal para valorar la actitud a seguir.

Rotura prematura de membranas

Consiste en la rotura de la bolsa amniótica antes de que se inicie el trabajo de parto de forma espontánea. Se deben de evaluar los siguientes factores para determinar la actitud a seguir:

  • Semanas de gestación y madurez fetal.
  • Cantidad de líquido amniótico perdido.
  • Riesgo de infección.
  • Características del líquido amniótico.
    Politraumatismo y embarazo.

Politraumatismo y embarazo: lesiones fetales

En el traumatismo que ocurre durante el embarazo, la salud fetal también está en juego. Uno de los problemas que puede presentar el feto, además de los expuestos anteriormente, es el riesgo de sufrimiento fetal.

Las consecuencias de los traumatismos sobre el feto se deben a las alteraciones en la oxigenación y perfusión placentarias. El sufrimiento fetal se diagnostica mediante monitorización externa y sus signos son:

  • Alteraciones en la variabilidad de la frecuencia cardíaca fetal.
  • Desaceleraciones fetales después de las contracciones uterinas.

Sobre el politraumatismo y embarazo recuerda…

Cada situación se debe valorar de forma individual y, según sean el estado materno y fetal, se tomarán unas medidas u otras.


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