La pluviofobia, también conocida como ombrofobia, es un tipo de fobia específica que se caracteriza por la experimentación de un miedo persistente, intenso e irracional hacia todo aquello que tiene que ver con la lluvia.
Este es un trastorno que presentan pocas personas, pero quienes lo sufren lo pasan verdaderamente mal, ya que los fenómenos meteorológicos no se pueden controlar y, por tanto, no se puede evitar de ninguna manera la exposición ante este tipo de situaciones. ¿Quieres saber más sobre esta extraña fobia, cuáles son sus síntomas y cuál es el posible tratamiento? Presta atención a lo que te explicamos a continuación.
¿Qué es la pluviofobia?
El término pluviofobia etimológicamente procede de la palabra “pluvial”, que viene del latín pluvialis y se puede traducir como ‘relativo a la lluvia’, y de la palabra “fobia”, que proviene de phobos y que en griego significa ‘miedo’, ‘pánico’, ‘terror’. Por tanto, la pluviofobia se puede definir como el miedo a todo aquello relativo a la lluvia.
Este tipo de fobia puede darse junto con otras fobias, como las siguientes:
- Astrafobia: miedo a los rayos o a las tormentas eléctricas.
- Homiclofobia: miedo a la niebla o a la nubosidad.
- Antlofobia: miedo a las inundaciones.
- Hidrofobia: miedo al agua.
Los síntomas relacionados con la pluviofobia suelen detectarse cuando los niños son pequeños y, desde ese momento, es importante tratar el problema, con el fin de que puedan hacer una vida normal lo antes posible, sin tener que sentirse atemorizados cada vez que hay un día lluvioso.
Síntomas en los niños
Los niños que presentan pluviofobia sienten un temor excesivo, constante e irracional ante la lluvia. La sintomatología relacionada con este trastorno puede aparecer ante lluvias fuertes (con tormenta y rachas de viento elevadas) o ante lluvias ligeras o lloviznas, dependiendo de la gravedad del caso.
Algunos de los síntomas más comunes que muestran los niños con pluviofobia cuando tienen que enfrentarse a un día lluvioso son los siguientes:
- Necesidad de resguardarse de la lluvia.
- Incapacidad de salir al aire libre cuando llueve.
- Altos niveles de ansiedad.
- Temblores.
- Sudoración.
- Sequedad de la boca.
- Alteraciones gastrointestinales.
- Náuseas.
- Mareos.
- Disminución de la temperatura corporal.
- Obsesión por los objetos que protegen de la lluvia, como los paraguas, los chubasqueros y los toldos.
- Pataletas, gritos y llantos excesivos.
Hay que tener en cuenta que dichos síntomas, así como la intensidad de los mismos, pueden variar entre unos niños y otros.
Posible tratamiento
Los pequeños que presentan los síntomas anteriormente descritos deben comenzar un tratamiento adecuado cuanto antes, para evitar complicaciones mayores. Para ello, se recomienda pedir ayuda profesional y ponerse en contacto con un psicólogo especializado en el tratamiento de fobias infantiles.
Normalmente, estos profesionales llevan a cabo intervenciones de psicoterapia individuales y personalizadas, utilizando técnicas como las siguientes:
- La exposición gradual en vivo.
- La desensibilización sistemática.
- El modelado.
- El refuerzo positivo.
- La relajación.
Además, las madres y los padres de los niños con esta fobia deben implicarse activamente en el tratamiento, seguir los consejos del psicólogo y actuar como fuente de apoyo y comprensión a lo largo de todo el proceso.
De esta forma, gracias a la ayuda profesional y familiar, los pequeños con pluviofobia puedan llegar a superar con éxito el temor que sienten hacia todo lo relacionado con la lluvia.
La importancia de tratar la pluviofobia en la infancia
Cabe señalar que el miedo es una emoción que, a lo largo de los años, ha permitido al ser humano sobrevivir y alejarse de las situaciones de alto riesgo. Por tanto, se trata de una emoción evolutiva y adaptativa que es normal que los niños sientan con frecuencia durante la infancia, ya que aún están explorando y conociendo el mundo que les rodea.
Sin embargo, cuando el miedo se da de forma extrema, incapacitante e irracional, como en el caso de la pluviofobia, puede suponer un problema muy grave, tanto a corto como a largo plazo.
De hecho, se sabe que sin el tratamiento adecuado, el miedo a la lluvia se puede prolongar hasta la edad adulta, limitando significativa y negativamente la vida de aquellos que lo padecen y de su entorno cercano.
Y tú, ¿crees que tu hijo puede presentar este tipo de fobia? Si es así, ponte en manos de un especialista y acaba cuanto antes con el problema.
Bibliografía
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- Olesen, J. (2018). Fear of Rain Phobia – Ombrophobia. Fearof.net