Nunca dejes de hablarle con amor a tus hijos por más difíciles que sean

A pesar de lo estresantes que puedan llegar a ser algunas situaciones, mantener la calma y elegir las palabras correctas para corregir a los niños se hace indispensable.
Nunca dejes de hablarle con amor a tus hijos por más difíciles que sean

Última actualización: 12 julio, 2022

Existen algunas ocasiones en las que los pequeños no miden las consecuencias de sus actos y terminan por enfadar a sus padres. Sin embargo, aunque pueda parecer muy difícil el momento, nunca dejes de hablarle con amor a tus hijos. Las palabras tienen un impacto directo que puede dejar heridas profundas en el corazón de los niños.

Aprender a generar una comunicación positiva en el hogar en donde se utilice el diálogo como herramienta de resolución de conflictos es ideal para pensar en el bienestar emocional de los hijos. Porque a pesar de que los niños necesitan ser corregidos por sus malos actos, en la manera en la que se brindan las lecciones radica gran parte de su entendimiento.



Hablarle con amor a tus hijos es crucial para demostrar respeto

El amor es uno de los alimentos indispensables en la relación que tenemos con los hijos y la forma en la que nos comunicamos con ellos revela mucho de ese afecto. Y a pesar de que en ocasiones los niños atraviesen etapas en donde su comportamiento es más desafiante, saber mantener la calma y corregir desde el respeto y el amor se hace necesario.

Los niños aún no saben cómo manejar sus emociones y debemos tener empatía y respeto para saber que no se comportan mal de forma intencional. Educar con amor es clave en la crianza postitiva.

No se trata de permitir que los pequeños hagan lo que quieran con el fin de evitar una pataleta. Todo lo contrario, los niños necesitan de lecciones que les permitan establecer límites y saber que hay cosas que no están permitidas. No obstante, gritar para corregir o hacer sentir mal a los hijos no lleva a ningún lugar. Por el contrario, crea muros que nos alejan de ellos.

Por tal motivo, el maltrato psicológico o la violencia solo hará que los niños repliquen esos comportamientos y no comprendan en qué se equivocaron. Recuerda que los padres somos el principal ejemplo para los hijos. Así que, si quieres que en el futuro sean adultos emocionalmente inteligentes, procura hacer del diálogo un aliado.

Nunca emplees etiquetas si quieres hablarle con amor a tus hijos

Está demostrado que las palabras con las que nos referimos a los pequeños tienen un gran impacto en su confianza y autoestima. Más aún cuando esos comentarios provienen de figuras tan importantes como lo son la mamá o el papá. Esto se debe a que los niños creen que esas cosas que se dicen a la ligera son una realidad, aun cuando eso no es verdad.

Mantén alejadas las etiquetas negativas de tu hogar y no permitas que cohíban a tus hijos de dar su máximo potencial. Emplear calificativos como ‘perezoso’, ‘grosero’, ‘inútil’, ‘tonto’, ‘malcriado’ o ‘fastidioso’ cuando pretendemos que los niños comprendan sus errores únicamente genera que esas actitudes se sigan replicando.

Esto se debe a que cuando esas etiquetas se repiten constantemente, los hijos terminan por incorporarlas como parte de su identidad. Las palabras tienen un gran poder y deben saberse escoger para evitar malentendidos, por eso fomenta el diálogo para que los niños aprendan sus lecciones.



Utiliza las enseñanzas de la crianza positiva

Si deseas que tus hijos sean personas con una gran inteligencia emocional es necesario brindarles los conocimientos para que aprendan a gestionar sus sentimientos. Y a través de la crianza positiva se puede lograr ese cometido, al eliminar todo rastro de violencia y reemplazarla por amor, respeto y comunicación.

Requiere de mucha paciencia y amor mantener la calma frente a los niños tercos. Sin embargo, recuerda que tus acciones son ejemplo para tus hijos, así que deja que se calmen y luego hablen de lo sucedido.

Asegurar un espacio de diálogo en donde se puedan escuchar los motivos e impartir a su paso lecciones de vida es indispensable. Ya que tras un regaño sin reflexión no queda ningún tipo de enseñanza, solo etiquetas que hacen daño.

Así que asegúrate de que los niños comprendan que, aunque en ocasiones debes corregirlos y reprenderlos por sus errores, lo haces porque los amas y quieres que sean mejores personas. Que tu amor incondicional no conoce de límites, pero que eso no significa que se deban permitir malos comportamientos en el hogar.


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