No eduques en el miedo y prepara a tus niños a hacer de este mundo un lugar mejor

A pesar de que la Tierra tiene su lado malvado, ese no es motivo para inculcar en los pequeños miedos que solo les impedirán florecer y dar lo mejor de sí mismos.

El mundo y su humanidad pueden llegar a ser muy crueles y aterradores. Y es algo lógico que como madre o padre desees proteger a tus hijos de cualquier potencial peligro. Sin embargo, no eduques en el miedo a tus pequeños; por el contrario, prepáralos para que hagan de este mundo un lugar mejor a pesar de las dificultades que se presenten en el camino.

Es natural que quieras salvaguardar a los niños en una pequeña burbuja de cristal para evitarles cualquier sufrimiento que pueda hacerles daño. Pero, si somos realistas, debemos comprender que no siempre podremos estar a su lado para advertirles de todas las cosas malas que abundan en el mundo. Por tal motivo, es fundamental erradicar el miedo del hogar y mejor cultivar valores que los acompañen durante toda su vida y les permitan tomar las mejores decisiones.

Si no quieres que tus hijos tengan una visión negativa del mundo, no eduques en el miedo

Muchos padres piensan que inculcar en sus hijos el pensamiento de que el mundo es un lugar lleno de potenciales peligros los ayudará a identificarlos más fácilmente y huir de ellos cuanto antes. No obstante, esa idea está lejos de ser efectiva. Ya que cuando los niños interiorizan y dan por hechas esas afirmaciones se sienten temerosos de enfrentar su día a día. Lo que conlleva a experimentar trastornos como la ansiedad y la depresión.

Una reciente investigación académica reveló que las creencias primarias del mundo (aquellas que se inculcan desde la infancia), influyen de manera negativa en el desarrollo de los niños cuando se plantea la idea de que el mundo es un lugar peligroso y al que hay que tenerle miedo. Puesto que, en el futuro cercano, ese pensamiento nocivo solo generará en ellos insatisfacción, peor salud, poca inteligencia emocional y más intentos de suicidio.

Y aunque es una realidad de que en el mundo no todo es color de rosa, eso no significa que debamos influir de manera negativa en nuestros hijos y cimentar en ellos ideas erróneas. Esto debido a que la percepción que tenemos de la realidad influye de manera profunda en la personalidad y puede llegar a cohibir a los niños de entregar su máximo potencial. Llegando incluso a afectar su bienestar emocional y físico.

Los niños no necesitan del miedo para defenderse ante los peligros el mundo

Cuando se les enseña a los hijos de que el mundo es un lugar aterrador y lleno de peligros, solo estamos cultivando en ellos prejuicios que los acompañarán durante toda su vida. Y un estudio de la Universidad de Washington Tacoma, confirman esa teoría. Puesto que, aquellas personas que viven constantemente preocupadas por su seguridad tienden a ser más propensas a estereotipos negativos frente a grupos que en el imaginario colectivo están relacionados como una amenaza.

Debido a esto, es fundamental que como madre o padre no eduques en el miedo irracional hacia el mundo y algunos de sus habitantes. En vista de que esto solo crea prejuicios e ideas rígidas que están lejos de la realidad y solo cohíbe a los hijos de dar lo mejor de sí mismos. Por este motivo, no es de sorprender que algunos niños piensen “no voy a aprender a montar en bicicleta porque me puedo caer y hacer daño, mejor me quedo en casa sano y salvo”.

No eduques en el miedo y mejor instruye con sinceridad

Todo lo expuesto anteriormente no quiere decir que debamos mentirles a los niños y hacerles creer que el mundo es un lugar tierno y armonioso en el que todo siempre sale bien. Debido a que esa tampoco es la realidad y algunas personas sufren mucho todos los días a raíz de las guerras, los desastres naturales, las pandemias y la maldad humana en general.

Así que, es importante hablarles a los pequeños sobre ese lado oscuro del mundo, pero no haciéndoles creer que su vida está en constante peligro. Cuando cuenten con la madurez suficiente para que comprendan estos hechos, debemos tener tacto para hablar de ellos. Siendo sinceros y honestos, más no fomentando el miedo hacia los demás. Ya que el amor y la bondad también hacen parte del ser humano.

Por estos motivos, no pretendas endurecer a tus hijos para protegerlos de los potenciales peligros. Mejor háblales de ellos con sinceridad y motívalos a ser el cambio que el mundo necesita para avanzar. Asimismo, edúcalos mediante el ejemplo y el fomento de valores (tales como la empatía, el respeto, la bondad y la generosidad). Con el fin de que sean mejores personas y representen ese punto de luz en medio de la oscuridad que brinda esperanza a los demás.