Cómo ayudar a un hijo con depresión

La depresión es una enfermedad mental que merece toda la atención para poder tratarla cuanto antes. Si tienes un hijo que la padece o lo sospechas, este artículo puede ayudarte.
Cómo ayudar a un hijo con depresión
Mara Amor López

Revisado y aprobado por la psicóloga Mara Amor López.

Escrito por Mara Amor López

Última actualización: 23 junio, 2022

Todos los padres queremos que nuestros hijos sean felices y nos sentimos preocupados cuando vemos en ellos algún tipo de malestar. Pueden ser muchos los motivos que los llevan a estar tristes o con un estado de ánimo bajo. Aquí vamos a explicarte qué puedes hacer para ayudar a un hijo con depresión.

Este trastorno mental se da con más frecuencia de lo que nos imaginamos, tanto en adultos como en adolescentes y niños y afecta al funcionamiento natural de las personas. Es importante que sepamos identificar las señales que indican que nuestro hijo atraviesa un cuadro depresivo para brindarle la mejor ayuda posible. Sigue leyendo.

¿Qué síntomas podemos observar en nuestro hijo con depresión?

Podemos sospechar que nuestro hijo tiene depresión cuando observamos determinados comportamientos en él. Te detallamos algunos a continuación:

  • Estado de ánimo bajo durante gran parte del día: puede estar triste, casi con lágrimas en los ojos o de mal humor.
  • Poca energía y dificultades para hacer cualquier tarea, por muy sencilla que sea.
  • Baja autoestima, sensación de que no vale para nada.
  • Pérdida del interés por cosas que solían gustarle.
  • Problemas de sueño, ya sea que duerme mucho durante el día o muy poco por la noche.
  • Preferencia por la soledad, no quiere estar acompañado de su familia y amigos.
  • Cambios en el peso y en los hábitos o maneras de comer (puede ingerir pocos alimentos o muchos).
  • Dificultades de aprendizaje, con afectación del rendimiento escolar.
  • Dolores o síntomas físicos sin una causa médica que los justifiquen.
  • Falta de interés o preocupación por el futuro.
  • Pensamientos sobre la muerte o el suicidio.

Hay que tener en cuenta que algunos de estos síntomas pueden darse en niños o en adolescentes que no tienen depresión y que, simplemente, están pasando por un mal momento. Lo que nos hace sospechar que nuestro hijo padece depresión es el hecho de que todos estos síntomas aparezcan juntos y todos los días.

Chico adolescente con depresión.
La depresión es más que un estado de ánimo bajo. Es una condición que afecta la calidad de vida de quien la padece y que se vuelve crónica.

¿Qué debemos hacer si sospechamos que nuestro hijo tiene depresión?

Si tenemos sospechas de que nuestro hijo tiene depresión, lo primero que debemos hacer es hablar con él y escucharle. Conversar sobre sus sentimientos y sobre las cosas que le pueden estar pasando o que lo hacen sentirse triste les servirá como punto de partida para abordar el problema.

Otra de las cosas que hay que hacer es hablar con el médico de cabecera del menor y ponerlo al tanto de la situación. Debemos explicarle los síntomas que observamos para que pueda determinar si existe alguna causa médica que provoque el desánimo. Además, podrá sugerir iniciar una terapia o prescribir algún medicamento para atenuar la depresión.

Es muy importante hacerle una evaluación exhaustiva a nuestro hijo para poder detectar la depresión cuanto antes y comenzar el tratamiento. Si ha existido alguna ideación o intento de suicidio, debe considerarse a esta condición como una emergencia y comunicarlo con el médico para que el menor comience el tratamiento de inmediato.

¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestro hijo con depresión?

Para ayudar a nuestro hijo con depresión, lo primero que tenemos que hacer es intervenir y darle nuestro apoyo. Mostrarnos comprensivos y hablar con él para saber qué es lo que le está pasando y si hay un motivo concreto detrás es un paso clave.

Veamos entonces algunas cuestiones que podemos abordar el tema con nuestro hijo deprimido:

  • Asegurarse de que la tristeza no venga derivada del acoso escolar. Para ello, hay que hablar con el joven al respecto y darle espacio y tiempo para que manifieste su sentir.
  • Considerar que la irritabilidad y la falta de entusiasmo por las actividades cotidianas puede ocurrir en el contexto de la depresión y no siempre responde a la pereza.
  • Comunicar al médico si hay antecedentes familiares de depresión.
  • Mostrarse cercano, afectuoso y cariñoso con el menor y brindarle todo el amor que se le tiene.
  • Hablar y escucharle lo ayudará a expresar sus sentimientos.
  • Apuntarlo a actividades que le gusten. Puede ser algún deporte, arte, pintura o baile, entre otros.
  • Si el joven cree que no puede hacer algo, es posible ayudarlo con un listado de pequeñas tareas que lo conduzcan hasta su objetivo final. Esto le ayudará a ver cada actividad superada como un logro.
  • Corroborar que mantenga el tratamiento y que tome la medicación de la forma indicada.
  • Si debe asistir a terapia, hay que cerciorarse de que lo haga y acompañarlo.
  • Intentar reducir su estrés en la medida de lo posible.
  • Poner atención a cualquier señal de alarma que sugiera la existencia de pensamientos suicidas o relacionados con la muerte.
  • Tener a mano siempre los teléfonos de emergencia, como el de su terapeuta, psiquiatra o médico, por si sucede cualquier crisis o empeoramiento de su salud mental.
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Hay que tener en cuenta que los resultados de la terapia no son inmediatos, sino que demoran unas semanas en mostrar una mejoría.

Sobre qué puede ayudarnos si tenemos un hijo con depresión…

Si tienes un hijo con depresión o sospechas de que puede padecerla, es importante que consultes con un médico para ponerle una solución cuanto antes. La depresión es una enfermedad compleja, que condiciona el bienestar de la persona y que puede derivar en consecuencias graves. Por eso, aquí hemos incluido una serie de consejos para que tengas algunas ideas de cómo ayudarle.

Recuerda lo relevante que es que establezcas un vínculo de comunicación fluida con tu hijo, para generar un entorno de confianza. Y así, mantenerse cerca para contar lo que le está pasando o si tiene algún problema que no puede resolver por sí solo.


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