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Los niños que reciben amor, de adultos sabrán amar

Si quieres conocer cuál es la mejor manera para que tus hijos refuercen su inteligencia emocional y aprendan a amar a los demás, solo sigue leyendo.

El amor y el cariño que reciban los niños durante su infancia será crucial en el futuro a la hora de relacionarse afectivamente con otras personas. Así que si quieres que tus hijos tengan la capacidad de amar incondicionalmente a sus parejas o amigos cuando sean adultos, ten en cuenta qué tanto reciben amor en su día a día.

La falta de un hogar cariñoso perjudica directamente la forma en la que los niños perciben las relaciones de afecto. Lo que genera traumas internos que son difíciles de superar. Y es que muchos padres desinteresados, o sin la información necesaria sobre crianza positiva, replican patrones y comportamientos nocivos aprendidos que sus pequeños terminan heredando.

Cuando los hijos reciben amor sincero también aprenden a darlo

Valores fundamentales como el respeto, la empatía y la honestidad se enseñan mediante el ejemplo. Por lo que la inteligencia emocional que los niños deberían comenzar a cultivar cuanto antes, dependerá en gran medida por el comportamiento de los padres y la manera en la que educan y crían a sus hijos.

Los hijos necesitan del amor y la seguridad que solo sus padres pueden brindar. Por eso procura ser una buena persona para que tus comportamientos instruyan mediante el ejemplo.

Está demostrado que los pequeños no solamente imitan los comportamientos de sus padres, sino también sus sentimientos, emociones y reacciones. Pues en el momento en el que un bebé llega el mundo es como una hoja en blanco, que se ve influenciada por su entorno para terminar convirtiéndose en una obra única.

Cuando los hijos reciben amor de sus papás, aprenden a compartirlo con sus compañeros. Así que ten cuidado de cómo te comportas con tus pequeños y con los demás. Procurando ser ese alguien a quien ellos puedan admirar e imitar. 

Para poder amar, hay que hacerlo primero con nosotros mismos

El amor es un elemento crucial en cualquier relación de afecto, pero más aún en el vínculo entre una madre y un hijo. Las muestras de cariño, las palabras de aliento, el apoyo constante y un amor incondicional les brindan a los niños la confianza necesaria para permitirse ser ellos mismos.

Una pequeña que crece rodeada del amor de sus padres y observa en ellos una relación sana donde no hay cabida a la violencia, muy seguramente en el futuro será una mujer segura de sí misma y de su valor como persona. Lo que la llevará a buscar relaciones sanas y llenas de amor, respeto y afecto; tal como era su hogar cuando era solo una niña.

Los hijos que encuentran en su familia una red de apoyo basada en el amor y el respeto, fortalecen su identidad y mejoran su autoestima. Lo que será de gran ayuda cuando tengan edad de tener pareja, ya que serán ellos mismos y sabrán tratar bien a los demás. Pero, más importante aún, tendrán la capacidad de buscar lo que realmente merecen.

Los niños que reciben amor en su infancia lo podrán compartir en su adultez

Ser padre o madre no es una tarea sencilla y esconde tras hermosos momentos de felicidad algunos retos que deben saber superarse. Como todo en la vida, habrá altos y bajos. No obstante, todo radica en la forma en la que reaccionamos ante las adversidades. Corrigiendo los malos comportamientos y siendo un buen ejemplo para los hijos.

Aunque el amor de ambos padres siempre será mejor para los pequeños, una madre comprometida y cariñosa puede enseñar por su cuenta las lecciones necesarias para ser una mejor persona.

Esto significa estar presente en la vida de los niños, brindando un afecto sincero y enseñándoles lecciones que les permitan ser mejores versiones de ellos mismos. Además, fomentar siempre el diálogo como una herramienta para resolver conflictos. Evitando la violencia, controlando la ira, enseñando técnicas de autocontrol y teniendo una fuerte inteligencia emocional.

Por último, recuerda que para que los niños conozcan el significado del amor necesitan aprenderlo de la mano de aquellos seres que más los aman incondicionalmente: sus padres. Por eso, edúcalos con cariño a través de una crianza positiva y respetuosa. Con el fin de que sepan darse su valor, pero también brinden un amor sincero y honesto sus seres queridos.

Bibliografía

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