¿Niños movidos o hiperactivos?

Existe un debate entre si un niño puede ser movido o hiperactivo. A veces, se hacen diagnósticos de hiperactividad cuando solamente es inmadurez cognitiva.
¿Niños movidos o hiperactivos?
Mara Amor López

Escrito y verificado por la psicóloga Mara Amor López.

Última actualización: 16 junio, 2020

¿Niños movidos o hiperactivos? Seguramente, si tu niño es pura energía y no para quieto, te has llegado a plantear esta pregunta y, en realidad, es una cosa que nos preocupa a los padres, sobre todo cuando entran al colegio y recibimos las quejas de la maestra de que nuestro niño no para quieto.

Cada vez son más los niños que a edades tempranas llevan la etiqueta de “hiperactivo”, y a estas edades es muy difícil hacer un diagnóstico como para etiquetar al niño para el resto de su vida. Esto es algo con lo que tenemos que tener mucho cuidado. Puede que alguno de esos niños sea hiperactivo, pero otra gran parte simplemente son niños con mucha energía y necesidad de movimiento.

Niños movidos o hiperactivos en el colegio

En muchas ocasiones, los padres observamos que nuestros hijos, desde que son pequeños, no pueden estar quietos; son niños dinámicos a quienes les gusta investigar y descubrir cosas; están poco tiempo sentados. Cuando tu pequeño entra al colegio, lo primero que te dice la maestra es “tienes un niño muy inquieto, quizás tenga TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), se lo diré a la orientadora para que le eche un vistazo”.

¿Pero de un niño que acaba de entrar en el primer año de Infantil con 3 añitos ya se puede decir que es hiperactivo? No debería ni tiene que ser así. Son muchos los especialistas que dicen que el diagnóstico de TDAH no debe hacerse hasta 2º de Primaria (alrededor de los 7-8 años), que es cuando se puede comenzar su evaluación.

La hiperactividad en niños pequeños es un trastorno diagnosticado por los médicos, en el que a los pequeños les cuesta tener autocontrol.

Si desde una edad tan temprana ya le ponemos la etiqueta de hiperactivo, esta la arrastrará durante toda su etapa de educación y marcará negativamente su autoestima y forma de ser. Y quizás solo sea un niño con una necesidad de experimentar, tocar, moverse, etc.

Cada niño es diferente

Niños con necesidad de movimiento, que no paran, los hay y los habrá siempre, y no tienen por qué tener un problema de hiperactividad. Hoy en día, lo primero que se hace es poner la etiqueta y, de inmediato, empezar a medicar.

Todos los niños son diferentes y, en principio, solo nos preocupamos cuando su conducta pasa a dar problemas. Hay niños a quienes les cuesta relacionarse, pero no sueltan los libros, y otros niños con problemas de aprendizaje, pero que no molestan en clase.

En ambos casos está claro que hay problemas emocionales, pero no se les etiqueta, como sí se hace con un niño que no para quieto, por el simple hecho de que sus características pueden molestar a la maestra en clase. En muchas ocasiones, se medica a niños de los que todavía no se tiene un diagnóstico fiable, pero, de esta manera, se comportan mejor en clase.

Niños movidos o hiperactivos: soluciones

A continuación proponemos algunas soluciones para tener en cuenta el comportamiento y la forma de ser nuestros pequeños antes de etiquetarlos como hiperactivos.

Atención a la diversidad en el colegio

No todos los niños son iguales y no por eso tienen que tener un problema. Desde este planteamiento se debería comprobar la necesidad de los pequeños por tocar, moverse, experimentar con sus manos para que, así, entendamos las dificultades que tienen para estar sentados durante periodos largos. Además, si en el colegio hay atención a la diversidad, esto se ha de tener en cuenta.

Terapia farmacológica

Desde el planteamiento fisiológico, nos encontramos con la medicación del niño para controlar esa hiperactividad, pero, a veces, medicamos sin que haya de verdad un TDAH. Hay que tener cuidado y esperar a una evaluación en el momento que hay que hacerla.

Importancia de la atención psicológica

Cada vez son más las familias y educadores los que piden que este problema se trate teniendo en cuenta que puede tener un origen y tratamiento psicológico. Algunas causas de este pueden ser:

  • Falta de estímulos a edades tempranas que facilitan el vínculo de los niños con sus padres.
  • Exceso de estímulos artificiales, como televisión, móvil, videojuegos, tablet, etc.
Niña saltando en una cama elástica con mucha energía porque es una niña movida.

Alimentación saludable

Son muchos los nutricionistas que han indicado que un exceso de azúcares refinados y los aditivos químicos pueden producir excitabilidad en los más pequeños.

Atender sus necesidades

Tenemos que tener en cuenta la naturaleza de cada niño, sus necesidades, sus deseos y, por supuesto, hay que establecer unos límites y normas, pero sin un exceso de rigidez.

En casa podemos trabajar con el niño actividades relacionadas con el tacto: tocar el agua, el barro, la pintura…, y establecer una zona en la que pueda soltar esa energía para moverse, saltar, correr.

Facilitar la expresión de sus emociones

Dejaremos que el niño exprese sus emociones y nos diga cómo se siente y, por supuesto, darle caricias y masajes.

Sobre los niños movidos o hiperactivos

Como veis, este es un tema delicado. Hay pequeños diagnosticados y medicados y no son niños con un trastorno de hiperactividad. Las etiquetas a edades tempranas tampoco son un favor para los niños.

Los padres debemos evitar que a nuestros hijos se les haga un diagnóstico antes de los 7 u 8 años, puesto que todavía no ha podido hacerse una evaluación completa. En los niños más pequeños, su exceso de movimiento puede deberse todavía a una falta de maduración cognitiva.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.