3 motivos científicos para no saltarse el desayuno

Te vamos a mostrar los motivos por los cuales no es la mejor idea plantear un protocolo de ayuno intermitente en los niños y en los adolescentes.
3 motivos científicos para no saltarse el desayuno
Saúl Sánchez Arias

Revisado y aprobado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 26 marzo, 2022

Los protocolos de ayuno intermitente han ganado popularidad en los últimos años. Y es que resultan útiles para perder peso y han evidenciado múltiples beneficios para la salud. Ahora bien, saltarse el desayuno en ciertos grupos etarios puede no ser lo más indicado. Un ejemplo de ellos son los niños y los adolescentes.

Antes de comenzar es clave destacar que para lograr una dieta sea saludable es preciso garantizar que sea equilibrada y variada. Cuantos más alimentos distintos aparezcan en el plato, menores serán los riesgos de experimentar déficits nutricionales que afecten la salud de los niños. Por este motivo, no conviene hacer restricciones en esta etapa de crecimiento.

Motivos para no saltarse el desayuno

Como comentamos, saltarse el desayuno en ciertos grupos poblacionales no resulta la mejor opción. De hecho, conviene plantear una primera comida completa y con un aporte nutricional óptimo, para que el organismo funcione de forma eficiente durante toda la jornada.

A continuación, te contamos por qué no es adecuado prescindir del desayuno en la infancia.

concepto de niño con personalidad fuerte
La masa muscular de los niños depende del aporte suficiente de proteínas desde las primeras etapas del crecimiento. Por eso, no deben saltearse oportunidades para ingerirlas.

1. Se pone en riesgo el aporte proteico

La mayor parte de las dietas se caracterizan por ser deficitarias en la cantidad de proteínas.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Annals of Nutrition & Metabolism, es preciso consumir al menos 0,8 gramos de proteína por kilo de peso en el caso de las personas sedentarias.

Pero en los niños y adolescentes estos requerimientos se incrementan, pues se encuentran en pleno crecimiento. En caso de déficits, los músculos podrían no desarrollarse de manera adecuada. Además, si la tendencia es hacia no cubrir las necesidades proteicas, el hecho de retirar una comida de la pauta aumenta el riesgo de carencias.

Por este motivo, no solo se recomienda ofrecer el desayuno a los niños, sino también elaborar opciones que incluyan a las proteínas de alto valor biológico.

Que aparezcan los lácteos y los huevos a primera hora de la mañana es una buena noticia.

2. El apetito puede incrementarse

El ayuno intermitente suele generar una buena adherencia en los adultos, pero no en todos los casos. En algunas personas despierta ansiedad y ganas de comer algún alimento dulce y poco saludable. De este modo, si en medio de la mañana se recurre a un ultra procesado por el hecho de no haber desayunado, el efecto obtenido será aún más negativo.

Hay que tener en cuenta que dichos comestibles concentran una cantidad significativa de ácidos grasos de tipo trans, los cuales han demostrado incrementar los niveles de inflamación en el organismo. A la larga, esto se podría traducir en una mayor incidencia de patologías crónicas y complejas, como la diabetes.

Las grasas son buenas, pero cuando hablamos de las de tipo cis, que son las que naturalmente están presentes en los alimentos frescos.

3. Se incrementan las probabilidades de sufrir otros déficits nutricionales

Según hemos enunciado, lo mejor para garantizar que una dieta sea saludable es conseguir una óptima variedad. Cuantas menos comidas se realicen a lo largo del día, menores oportunidades habrá para incluir alimentos distintos.

Esto finalmente podría aumental el riesgo de sufrir déficits nutricionales que condicionen el estado de salud del niño. Pues muchos de los minerales y de las vitaminas que se obtienen de la dieta, nuestro cuerpo no las produce.

De este modo, si se eliminan ingestas, habrá que optimizar al máximo la pauta nutricional para no correr riesgos. Incluso, podría resultar necesario recurrir a los suplementos farmacológicos en ciertos contextos.

Ahora bien, en el caso de los adolescentes y de los niños, será más adecuado confeccionar un esquema de 5 comidas diarias, con la presencia de alimentos muy distintos a lo largo de la jornada. 

Eso sí, si se sospecha de que aun así el consumo de algún elemento esencial no es el adecuado, lo mejor será acudir a la consulta con un profesional de la nutrición.

Mujer preparando un porridge de avena y frutas durante el primer trimestre del embarazo.
Ofrece alimentos frescos y variados a lo largo del día, a fin de evitar los déficits nutricionales en tus hijos.

Saltarse el desayuno en ciertas poblaciones no es adecuado

Según hemos comentado, saltarse el desayuno en la infancia y en la adolescencia puede no ser la mejor opción. Esto no quita que el protocolo de ayuno intermitente tenga muchos beneficios, sino que hay que saber en qué poblaciones aplicarlo. Durante la etapa de crecimiento lo mejor es asegurar 4 o 5 comidas diarias y de calidad.

Para terminar, ten en cuenta que no solo importa la dieta cuando hablamos de salud. También es clave plantear otros hábitos de vida saludables, como la realización de ejercicio físico y un descanso nocturno suficiente. Así se conseguirá un desarrollo óptimo de los pequeños.


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