La mielitis flácida aguda en niños

La poliomielitis es una enfermedad erradicada en gran parte del mundo. Sin embargo, otros enterovirus no-polio han comenzado a emerger. ¿Lo sabías?
La mielitis flácida aguda en niños
Marcela Alejandra Caffulli

Revisado y aprobado por la pediatra Marcela Alejandra Caffulli.

Última actualización: 23 octubre, 2021

En el verano de 2012, comenzaron a notificarse casos de niños con parálisis muscular flácida de aparición súbita en California (EEUU). Hasta ese momento estos pequeños eran por lo demás sanos y la causa de este suceso no quedaba del todo clara. Si bien la presentación clínica del cuadro era muy similar a la poliomielitis, no se lograba aislar al virus causal en las muestras de los infantes.

En un primer momento se denominó a esta condición como “síndrome similar a la polio” y finalmente, se le otorgó el nombre propio de mielitis flácida aguda (MFA).

Años más tarde, en el verano de 2014, CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) notificó un nuevo brote de esta enfermedad. En esta oportunidad, se la vinculó a otros enterovirus no-polio, los cuales también tienen afinidad por el sistema nervioso central. Entre los más destacados, se identificaron el enterovirus A71 y el enterovirus D68.

Los brotes de MFA se reiteraron en 2016 y en 2018, entre fines del verano y principios del otoño en ese país. Aunque el porcentaje de afectación rondaba el 1 %, para 2019 ya se habían confirmado más de 600 casos a lo largo del territorio estadounidense y se habían reportado brotes en los 5 continentes.

A pesar de ser una enfermedad es poco frecuente, la importancia de conocerla radica en la gravedad potencial y en la falta de un tratamiento. Por este motivo queremos contarte qué medidas preventivas se pueden implementar en casa, a fin de reducir la circulación de los virus que la provocan.

¿Qué es mielitis flácida aguda?

La MFA es una enfermedad neurológica de tipo inflamatoria, que afecta a la médula espinal y produce la parálisis de los distintos músculos del cuerpo. Cuando esto ocurre, se vuelven flácidos, reducen su respuesta refleja y no logran contraerse lo suficiente como para llevar a cabo sus funciones.

Entre los grupos musculares más afectados se encuentran los siguientes:

  • Miembos superiores e inferiores.
  • Tronco y dorso.
  • Cuello.
  • Cara.
  • Diafragma y otros músculos respiratorios.

En general, el compromiso suele ser de inicio repentino y ocurrir unos días después de un cuadro respiratorio común. El niño, hasta entonces sano, comienza a padecer una debilidad muscular que le impide llevar a cabo ciertos movimientos de su cuerpo.

Desafortunadamente, el 90 % de las veces la MFA afecta a los niños y la edad promedio son los 6 años (CDC, 2020).

Causas de la mielitis flácida aguda en niños

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Hasta el momento se ha determinado una fuerte correlación entre los casos de MFA y los brotes estacionales del enterovirus D68.

No obstante, se han postulado otros virus como causas posibles de esta condición. Entre ellos, el enterovirus A71, algunos arbovirus (como el virus del Nilo, zika y dengue), algunas cepas de la familia del virus Coxsackie, entre otros.

Síntomas de la enfermedad

Los niños que padecen MFA suelen iniciar con síntomas banales y poco específicos, los días previos al inicio de la parálisis. Estos pueden ser de tipo respiratorio (fiebre, tos, rinitis, broncoespasmo) o gastrointestinales (diarrea o vómitos).

Entre el día 3 y el día 5 del inicio de este cuadro, aparece la debilidad muscular de forma repentina. En general, se debilitan los miembros superiores (brazos, manos, hombros) de uno de los dos lados y esto se acompaña de dolor y ausencia de reflejos en estos sitios.

Si bien los miembros inferiores también pueden afectarse, lo más común es que mantengan el tono y la fuerza habitual. Esto genera una asimetría característica entre los brazos y las piernas, que permite el diagnóstico diferencial con otro tipo de parálisis musculares.

Además de los miembros, la parálisis puede aparecer en los músculos del tronco o los de la cara, lo cual provoca dificultades para respirar, para hablar o para tragar. 

A modo de resumen, los síntomas característicos de la MFA son los siguientes:

  • Debilidad muscular de inicio súbito.
  • Compromiso de miembros superiores y tronco, con menor afectación de miembros inferiores.
  • Pérdida de reflejos tendinosos en las zonas afectadas.
  • Síntomas catarrales o gastrointestinales los días previos.
  • Puede cursar con dificultades en el habla, en la deglución y en la respiración.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de MFA es clínico y se realizan algunos exámenes complementarios a fin de descartar otras causas que generan cuadros similares. Por ejemplo, la mielitis transversa, el síndrome de Guillain Barré o la poliomielitis.

En primer lugar, el médico debe recurrir al interrogatorio detallado para conocer la evolución del cuadro actual. Así mismo, es necesario constatar el calendario de vacunas del pequeño.

Luego, se practica un examen físico completo, especialmente enfocado al estado neurológico del niño.

Finalmente, se puede solicitar algunos estudios de imágenes o de laboratorio a fin de confirmar el diagnóstico sospechado. Entre ellos, se destacan los siguientes:

  • Punción lumbar para obtención de líquido cefalorraquídeo. Se usa para analizar el aspecto de este fluido y para detectar la presencia de gérmenes.
  • Resonancia magnética de cerebro y columna, a fin de detectar el sitio del compromiso neurológico.
  • Cultivo de fluidos corporales, como heces y sangre.
  • Laboratorio de sangre, para chequear parámetros de inflamación e infección.

En cuanto al tratamiento de esta condición, al momento no se dispone de ninguna medida curativa. Solo se limita a ofrecer el sostén vital necesario hasta que el organismo del pequeño logre reponerse del daño provocado por el virus.

En general, se ofrecen los mismos cuidados que en el resto de las parálisis fláccidas: asistencia respiratoria mecánica, control del ritmo urinario, hidratación endovenosa, entre otros.

Al momento no hay evidencia que asegure la eficacia de algunos tratamientos de uso habitual, como los corticoides endovenosos, la terapia con inmunoglobulinas o la plasmaféresis. Es necesario realizar más estudios a fin de determinar el grado de beneficio sobre el riesgo de su uso.

¿Se puede prevenir?

Niña lavándose las manos.

Si, es posible prevenir la infección por aquellos virus que causan la mielitis flácida aguda con algunas medidas sencillas:

  1. Lavarse las manos con agua y jabón de manera frecuente.
  2. Ventilar los ambientes y limpiar los objetos de uso cotidiano.
  3. Usar repelentes de insectos y tules en la cuna de los bebés.
  4. Evitar el contacto con personas enfermas y en caso de enfermar, guardar reposo en casa hasta curarse por completo.
  5. Estornudar sobre una toalla de papel o en el pliegue del codo, para evitar diseminar los virus.
  6. Mantener el calendario de vacunas de los niños al día.

La mielitis flácida aguda en niños no es la polio

Si bien en un momento se pensó que se trataba de un rebrote de poliomielitis, esta enfermedad ha sido erradicada en varios países del mundo gracias a la vacunación. No obstante, otros integrantes de la familia del virus polio con características similares van a emerger y dar lugar a cuadros como este.

Lo fundamental es estar alertados, conocer ante qué síntomas consultar al médico e implementar todas las medidas de prevención que estén a nuestro alcance. Entre ellas, garantizar la vacunación de nuestros niños, como una forma de cuidarlos y cuidar a todos los que los rodean.


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