Ser madre en tiempos de redes sociales

Las redes sociales tienen su lado negativo, por lo que presentan un serio peligro en nuestro día a día. Pueden hacernos comparar con otras madres y preguntarnos si lo estamos haciendo bien. En muchos casos, causan depresión y problemas emocionales. Lee este artículo para poder hacer un uso responsable de ellas.

Los tiempos de redes sociales nos han llevado a estudiar situaciones nuevas. Se han producido enfermedades, condiciones y modificaciones de la conducta relacionadas a este hecho. Por tal motivo, al fenómeno también alcanza a la maternidad. Ser madre en tiempos de redes sociales, según algunos estudios, es un reto que atenta contra la confianza.

Las madres no escapan a las consecuencias que generan el uso irresponsable de herramientas digitales como por ejemplo Pinterest o Instagram. También se conoce que la red social Facebook, puede desencadenar episodios de depresión, según la ciencia.

¿Nos preguntamos cómo pueden afectarnos las redes sociales? Pues, no nos afectan por sí solas. Para que las redes puedan llegar a perjudicar nuestras emociones, es preciso que estemos cayendo en extremos. A continuación te contamos cómo sucede.

En busca de la perfección de las redes sociales

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En condiciones normales una madre puede intentar ser perfeccionista en su rol. Sin embargo, cuando comienza a hacer comparaciones con otras madres, la búsqueda de la perfección es más estricta.

Como sabemos, las redes sociales son unas ideales herramientas de comunicación y expresión. Nos brindan la oportunidad de estar en contacto con familiares, amigos e incluso personas que admiramos y no pertenecen a nuestro círculo. Sin embargo, a algunas personas les afecta emocionalmente la respuesta que reciben o la ausencia de esta.

Lo más común es que las madres publiquen imágenes de sus hijos todo el tiempo. Pero no siempre son imágenes espontaneas, a veces la idea consiste en presumir de ciertos aspectos. Por lo tanto, la madre que tiene la posibilidad de hacer mejores fotografías, o tiene más anécdotas interesantes, puede hacer sentir mal a las que no.

Sin embargo, esto solo puede ocurrir si la persona que recibe el mensaje, en realidad le da importancia a estas cosas. Si comenzamos a hacer comparaciones de nuestra labor con la de otras madres, quizá sintamos que no hacemos lo suficiente. Lo que tal vez no nos detenemos a pensar, es que no todo lo que se publica en las redes es verdad.

Podemos estar esforzándonos por presentar la imagen perfecta, pero es probable que solo estemos fingiendo. Por ejemplo, hacemos mucho por nuestros hijos y estos son felices, pero nuestra amiga publica una foto con ellos en el parque o tomando un helado.

Esto puede hacer sentir a algunas madres que ellas han fallado porque hace tiempo que no salen. Sin embargo, no estamos enteradas de que quizá esta madre nunca está con sus hijos y apenas los lleva al parque una vez cada tres meses.

Madres perfectas juzgan a madres imperfectas en tiempos de redes sociales

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Para comenzar, las madres perfectas o imperfectas no existen. Cada madre lleva la crianza de su hijo según su criterio y posibilidades. No obstante, en algún momento de este estallido digital, se usan algunos medios para comparar negativamente la vida de unos y otros.

En los adolescentes, las opiniones sobre ellos suelen afectar gravemente sus emociones. Por ejemplo, si su foto fue criticada o no recibió la aceptación que esperaba, esto puede significar una profunda derrota. También se cree que una baja cantidad de aprobaciones (likes) puede provocar síntomas de depresión en los jóvenes.

Según estudios, este patrón parece estar afectando no solo a los adolescentes. Otras poblaciones pueden estar padeciendo las consecuencias de la popularidad en las redes sociales.

En el caso de las madres, los consejos van y vienen. Madres que creen tener la verdad universal, dan recomendaciones a las que consideran desviadas. Aunque no nos parezca razón de aflicción, puede estar ocurriendo con más frecuencia de lo que creemos.

Anteriormente era difícil que nos juzgaran más personas que la familia cercana o amigas. Hoy en día,  madres de todo el mundo pueden dar opinión acerca de la manera en que estamos criando. Además, cuando no podemos dejar de publicar todo lo que hacemos, pues estamos más expuestas.

Si ella puede, yo también puedo

Catálogos como el de Pinterest, pueden llegar a afligir hasta a la madre más optimista. En este se presentan incontables recetas, ideas de decoración y propuestas de aprendizaje en casa. Las madres reales (e ilusas) creemos poder hacerlo posible algún día, pero nunca damos la talla. Tristemente competimos contra modelos, que nos ponen muy altas expectativas.

El trabajo de los influencers en redes sociales, parece ser el de “desinfladores de sueños”. Creemos que son madres de verdad las que publican en Instagram casas e hijos perfectos. Soñamos poder conseguir al menos la mitad… “Si ellas pueden con tres hijos, yo también puedo que tengo solo dos.”

Los expertos han encontrado signos de depresión en madres jóvenes, lo cual relacionan con el uso de las redes sociales. El lado negativo de estas herramientas digitales puede ser muy dañino. El llamado es usar conscientemente estos espacios, comprendiendo que nadie es perfecto. Además, recuerda que la vida real puede llegar a ser mucho más divertida.

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