Los beneficios de las cosquillas en los niños

Dicen que la risa es la mejor medicina. Es la verdad más grande. Cuando te ríes te sientes bien en el momento sin necesidad de nada más, los pensamientos se vuelven positivos y sin duda es una sensación de lo más agradable. Las cosquillas ayudan a sentirte de este modo, y a los niños les encanta (excepto si les haces cosquillas demasiado fuertes que puedan hasta doler o tan fuertes de que lleguen al punto hasta de mojar los pantalones, entonces no es agradable).

Hay personas que consideran que las cosquillas son algo negativo, pero la realidad es que pueden ser una experiencia muy positiva. Muchos padres hacen cosquillas a sus hijos recién nacidos para provocar risas dulces y placenteras, o simplemente se utilizan para crear una bonita conexión entre padres e hijos. Las cosquillas nos provocan risas, nervios o placer… por eso a los niños, no les pueden faltar las cosquillas. ¿Quieres conocer algunos beneficios que les aportará?

Potencia el vínculo entre personas

Las cosquillas no sólo desencadenan risa en los niños y adultos, también construyen relaciones y las fortalecen. De hecho, el experto en evolución Charles Darwin observó a finales del siglo XIX que las cosquillas son un mecanismo de vinculación social. Por ejemplo, cuando una madre le hace cosquillas a su bebé, el pequeño se ríe y si la madre le hace aún más cosquillas, sirve como una forma de comunicación entre el niño y la madre.

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Ayudan a los niños a conocer mejor el entorno

Las cosquillas también pueden tener una función evolutiva importante que ayuda a los niños a conocer mejor el entorno. Por ejemplo, un niño puede sentir a través de las cosquillas estímulos externos como que tiene una mosca o una araña en el brazo y le ayudará a deshacerse de ella. Este tipo de cosquillas se llama ‘knismesis’ y rara vez produce risa ya que es una reacción evolutiva, pero necesaria para todas las personas y seres vivientes (como un caballo que mueve su cola porque tiene una mosca que le está molestando).

Son buenas para la salud del niño

Las cosquillas son beneficiosas en muchos aspectos ya que además de ayudar a que el niño pase un rato agradable estarás mejorando su salud en muchos aspectos. Las cosquillas estimulan todos los sentidos del niño, ayudándole a que esté más alerta a lo que ocurre a su alrededor, potencia también un buen desarrollo cognitivo a estimular un pensamiento positivo, estimula las terminaciones nerviosas y el corriente sanguíneo, además también fortalece el sistema inmune.

Además, las risas y el movimiento que acompañan las cosquillas ayudan a ejercitar los músculos de todo el cuerpo,mejora el aparato respiratorio al inhalar y exhalar el aire con la risa y hasta fortalece el corazón.

Les ayuda a establecer límites

Si a los niños no les gustan las cosquillas o no se sienten cómodos aprenderán habilidades comunicativas para poder decir a la otra persona que pare porque no se siente bien o que no quiere tener más momentos de ese tipo. También será una oportunidad para poder hablar y expresar sus sentimientos y emociones en un momento determinado.

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Los padres si ven que sus hijos están molestos ante las cosquillas pueden hablar de lo que no le gusta o de qué les ha hecho sentir molesto, así se podrán buscar soluciones para el futuro como hacer cosquillas más suaves. Se deberá respetar en todo momento si un niño no quiere más cosquillas.

Les hace sentir más felices

Gracias a la liberación de endorfinas, los niños se sienten mucho mejor porque las endorfinas son conocidas como las hormonas de la felicidad. Es una forma de que los niños disfruten plenamente del juego gracias al estímulo positivo que recibe el cerebro. Además los niños van tomando conciencia de su cuerpo y del respeto hacia sí mismos y hacia los demás.

Las cosquillas según la edad

A los niños les suele gustar las cosquillas pero dependerá de la edad el que puedas hacerle las cosquillas de una forma u otra para fomentar el vínculo emocional:

  • A los bebés les gustan las cosquillas suaves en las mejillas, el mentón, por la boca, en las manos o en las plantas de los pies.
  • A partir de los dos años a los pequeños les encantan las cosquillas en la espalda, el estómago  o las extremidades. A medida que van creciendo seguramente disfrutarán también con juegos más enérgicos de cosquillas.
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