La crianza de un niño está llena de nuevos desafíos parentales a medida que crece. En este artículo te explicaremos la importancia de establecer límites a los hijos desde que son pequeños, para que comprendan que hay ciertas reglas que deben seguirse para vivir en sociedad.
Más allá de la obediencia, enseñarles a los niños a establecer límites es inculcarles, desde el amor y la disciplina, que hay cosas posibles y otras inaceptables.
Entre más temprano se empiece con esta educación en valores, más sencillo será para los papás transmitirlos y para sus pequeños incorporarlos.
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La etapa entre los 3 y los 6 años es clave para establecer límites
Las maternidades y paternidades saludables deben estar al pendiente de las exigencias y del comportamiento de sus hijos, con el fin de suplir sus necesidades emocionales y corregirlos con cariño cuando se equivoquen.
Y aunque la puesta de límites puede iniciarse desde que los pequeños entienden el significado de la palabra no, lo cierto es que entre los 3 y los 6 años son más capaces de acatar y registrar mejor las enseñanzas.
Durante los primeros años dela vida, los niños suelen ser más obedientes y receptivos. Pero a medida que crecen, se vuelven más reticentes a las normas. Y así, los padres se enfrentan a nuevos retos que deben aprender a manejar con el fin de educar bien a sus hijos.
¿Cómo establecer límites con nuestros hijos?
Cuando los pequeños alcanzan los tres años ya son capaces de expresar sus sentimientos o deseos y de interactuar con los adultos, los otros niños y los animales que están a su alrededor. Esto genera que las mamás y papás deban enfrentarse a rabietas continuas y nuevos desafíos, que deben ser afrontados con cariño y disciplina.
Es deber de los padres enseñarles a sus hijos mediante el ejemplo, con el fin de que tengan buenos modelos para seguir en su hogar. Además, cuando se presentan situaciones en las cuales los pequeños se portan mal, es clave infundir amor, respeto y autoridad para que entiendan la importancia de no repetir el error.
Inculcarles que deben hacer caso a mamá y a papá, respetar los valores del hogar y ser buenas personas son elementos fundamentales para criar niños felices. Además, les permite desarrollar las habilidades sociales necesarias para comportarse de manera correcta cuando están fuera de casa. Por ejemplo, cuando ingresen a la escuela o vayan a la biblioteca.
Enséñales que toda acción tiene su consecuencia
Cuando los niños tienen entre 3 y 6 años, empiezan a interactuar más con su entorno y salen poco a poco de la burbuja protectora del hogar. Esto hace que se enfrenten a situaciones inevitables de la convivencia, las cuales pueden terminar muy mal si los pequeños no conocen o manejan los límites para ese entonces.
Situaciones como hacer rabietas en los lugares públicos, ser grosero con los mayores, pegarles a los niños o no reparar en los sentimientos de los demás, pueden ser recurrentes si no se hace algo a tiempo.
Establecer límites positivos con nuestros hijos significa enseñarles desde el amor y la disciplina que hay algunas normas indispensables y universales. Y que el incumplimiento de estas conlleva a ciertas consecuencias, porque esa clase de acciones no pueden ser permitidas.
Para establecer límites con nuestros hijos es necesario dar ejemplo
Si comienzas a notar que tu pequeño empieza a tener malos comportamientos, como decir mentiras, burlarse de los demás o decir groserías, es hora de que prestes atención a la forma en la que tú te comportas. Reflexiona al respecto y aplica la consecuencia que consideres apropiada. Esto forjará su carácter y le inculcará la importancia de ser una buena persona.
Por último, recuerda ser congruente con tus acciones, ya que los niños solo replican las actitudes y los comportamientos cotidianos que ven en su hogar. Así que establece normas claras y prémialas con un refuerzo positivo cuando se cumplan, para hacerles saber que lo han hecho bien esta vez.
Bibliografía
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