La teoría del aprendizaje de Jerome Bruner supone un cambio importante de paradigma con respecto a la educación tradicional. Sus ideas profundizan en la necesidad del aprendizaje constructivista, como producto de la interacción entre los conocimientos previos del estudiante y los de sus pares bajo el acompañamiento dinámico y flexible del docente.
A continuación veremos algunos de los aspectos más relevantes de esta interesante teoría.
¿En qué consiste la teoría del aprendizaje de Bruner?
Este psicólogo y pedagogo estadounidense, autor del libro El proceso de la educación, se opuso al paradigma conductista al proponer un aprendizaje basado en la ciencia cognitiva y el constructivismo.
Desde el Departamento de Psicología de la Universidad de Harvard, impulsó cambios en la educación de la década de los 60 y aún se considera una de las guías docentes más aceptadas en todo el mundo.
Jerome Bruner plantea una teoría de aprendizaje basada en la acción y el descubrimiento, en la que el estudiante tiene una gran participación. De hecho, concibe que el docente no entrega los conocimientos de forma acabada sino que ofrece metas y, para alcanzarlas, media y guía al estudiante que recorre por sí mismo el camino.
Bruner observó que la mente no era pasiva y que la motivación y las condiciones sociales y culturales permitirían comprender la realidad de forma integral.
Teoría del Andamiaje
Por supuesto, este proceso debe estar guiado por un tutor quien, según su teoría, funciona como un andamio: una vez que ayuda e instruye, se retira. Todo ello motivado por la curiosidad e imaginación del alumno.
Dicha teoría, propuesta en 1976, refiere que la intención de enseñar algo adecua la ayuda al nivel de la competencia. Es decir, a medida que el estudiante gana capacidades, el docente va retirando la ayuda, entregándole así cada vez más control y responsabilidad.
Para Bruner, el objetivo de la educación es «ayudarnos a encontrar nuestro camino dentro de nuestra cultura, a comprenderla en sus complejidades y contradicciones». Parte del hecho de que la información no puede ser dada sin más, sino que debe ser procesada y dotada de sentido por cada individuo.
Por ello, es importante que la curiosidad sea la guía principal en todo el proceso. En ese sentido, Bruner creó un sistema de categorización con el cual es posible clasificar de forma efectiva la información recibida del exterior y así facilitar la comprensión de la realidad.
Aspectos básicos de la teoría del aprendizaje de Bruner
Para Bruner, el individuo no debe comportarse de forma pasiva mientras recibe la información del exterior. Por el contrario, debe ser protagonista durante la dinámica del aprendizaje, ya que de ese modo comprenderá y procesará de forma mucho más efectiva el conocimiento.
Basado en ello, la teoría del aprendizaje maneja tres representaciones de la realidad, cada una de las cuales corresponde a diferentes momentos evolutivos.
1. Representación icónica
Esta utiliza diferentes elementos visuales que no tengan una carga muy simbólica, pero que sean reconocibles. Esta técnica es perfecta a partir de los 3 años, que es cuando se alcanza un mayor nivel de desarrollo cognitivo.
El niño recurre al empleo de la imaginación, las imágenes y los esquemas espaciales. Desde la percepción, precisa un nivel de destreza y práctica motriz que le permita desarrollar la imagen correspondiente, la cual, a partir de entonces, será la que represente las acciones de la conducta.
2. Representación enactiva
En los primeros meses de vida la representación enactiva es la forma de aprendizaje por excelencia. Este aprendizaje se obtiene a través de la interacción directa con los elementos. Un ejemplo de ello es, por ejemplo, aprender a utilizar los cubiertos o a andar en bicicleta.
Los acontecimientos, experiencias y hechos se representan por medio de la acción, al tiempo que los músculos captan el contorno de los objetos. En efecto, las sensaciones cenestésicas y propioceptivas son fundamentales en esta etapa.
3. Representación simbólica
La representación simbólica es el aprendizaje que se obtiene a través de lenguaje, palabras, imitaciones, abstracciones y conceptos. En este caso, el grado de desarrollo a nivel intelectual debe ser considerablemente mayor que en las dos representaciones descritas con anterioridad.
Implicaciones pedagógicas de la teoría de Bruner
Entre las implicaciones pedagógicas, los teóricos señalan la actitud de los estudiantes, la compatibilidad, la motivación, la práctica de habilidades y el uso de la información para resolver problemas.
En lo que a la actitud se refiere, los estudiantes y docentes presentan una disposición activa al aprendizaje basada en la curiosidad, en una entrega a lo que se desea saber en función de una realidad que demanda ciertos conocimientos.
Es así como se establece una compatibilidad entre lo que se sabe y se quiere conocer, con respecto a la realidad y su transformación. No se da entonces un encuentro pasivo entre realidad y conocimiento, sino en función del diálogo creador del estudiante y su participación en la construcción del entorno.
Todo esto genera un sistema que se retroalimenta, expresándose en el desarrollo de habilidades que se ponen a prueba en la práctica, que dialogan e interactúan con elementos internos y externos. Que moldea las personalidades y forma parte consciente y voluntaria de lo que rodea y va más allá, de los estudiantes y docentes.
El objetivo clave del aprendizaje: la resolución de problemas
Como lo afirma el propio Bruner: «La realización de toda acción puede ser considerada como consecuencia de unas decisiones cada una de las cuales corresponde a una serie de posibilidades».
«Estas decisiones son determinadas a la vez por la intención que motiva la acción y por la estructura de los medios empleados o del medio ambiente que sirve de marco a esta acción. Para ejecutarla correctamente, el autor de la acción debe disponer de la información que le permitirá elegir entre diferentes posibilidades».
Es en esta interacción entre la realidad y los objetivos o las metas planteadas, que se da la resolución de problemas, en específico cuando el estudiante con creatividad y necesidad encuentra soluciones razonables.
Aprendizaje por descubrimiento
Jerome Bruner postuló tres tipos de aprendizaje basados en el descubrimiento:
- Inductivo: el cual permite coleccionar y reordenar datos para llegar a una nueva categoría o concepto.
- Deductivo: combina y relaciona ideas generales para lograr enunciados.
- Transductivo: relaciona y compara elementos particulares y advierte similitudes.
Para lograr este aprendizaje se requiere un ámbito restringido y que los objetivos y medios estén especificados y sean atractivos. Además, se debe contar con conocimientos de base y manejar procedimientos como observación, búsqueda, medición y control de variables.
Afirma la pedagoga Alejandra Baro Cálciz que, para que un niño sea un «pensador crítico y creativo», y ponga en acción estos complejos mecanismos cognitivos y conductuales, la tarea tiene que tener sentido y valer la pena. El descubrimiento, dice, es fuente primaria y generador único de motivación y confianza en sí mismo.
Ahora bien, una vez motivado, debe procurarse que la emoción del niño se mantenga en el tiempo, para lo cual la dirección docente es clave, al permitirle avanzar en las nociones y los conceptos de forma paulatina y en espiral: de lo simple a lo complejo, de lo concreto a lo abstracto y de lo específico a lo general.
Como lo plantea Moisés Esteban Guilart, al comentar las ideas de Bruner: «El conocimiento verdaderamente adquirido es aquel que se redescubre».
Beneficios de la teoría del aprendizaje
La autonomía, la conciencia y la responsabilidad, entre otros valores, son cualidades emergentes que colocan al estudiante frente al mundo no como algo dado, sino ante un espacio de debate y recreación.
El que aprende se interpreta como un sujeto activo de conocimiento, y no un mero objeto; se valora y se asume protagonista de su propia realidad. En este orden de ideas, el aprendizaje:
Refuerza la autoestima
Uno de los grandes beneficios de la teoría del aprendizaje es el reforzar y fomentar la seguridad y autoestima en los niños. Con este tipo de aprendizaje se superan las limitaciones que surgen en la educación tradicional.
Fomenta la creatividad
Esta teoría estimula la creatividad en los niños. Los pequeños deben buscar diferentes soluciones a los problemas de forma creativa. Además, potencia el desarrollo de estrategias metacognitivas, con las que el niño aprende.
Introduce el pensamiento crítico
La teoría del aprendizaje de Bruner incentiva el pensamiento crítico e individual. Según tales consideraciones, los alumnos no solo plantean sus propias hipótesis basadas en la curiosidad natural, sino que también aprenden a pensar y resolver los problemas por sí mismos. Deben tratar de demostrar sus hipótesis a través de un sistema mecánico.
Una teoría que no pierde vigencia
Las propuestas de Bruner continúan rompiendo hoy en día, las barreras de la educación tradicional. El autodescubrimiento, la curiosidad, la clasificación del aprendizaje y las representaciones de cada etapa evolutiva forman parte sustancial de este tipo de aprendizaje.
Como sugiere el filósofo Axel Aceituno al relacionar el pensamiento de Bruner con el método socrático, la capacidad de análisis del estudiante debe ser fomentada y fortalecida en las instituciones educativas, como el primer paso para transformar las actitudes y en consecuencia la sociedad. «Si se necesitan estudiantes que actúen, se debe enseñarles inicialmente a que cuestionen».
Bibliografía
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