La técnica de la tortuga es un instrumento para ayudarles a los niños a controlar sus emociones. Contribuye a la educación social de los pequeños. También permite reparar algunos errores de crianza en los que se haya podido incurrir.
Muchos padres de hoy en día tienen confusión y no saben cuál es la mejor manera de educar a sus hijos. Temen imponer demasiadas restricciones; al mismo tiempo, saben que es necesario fijar límites. Esa ambigüedad termina alimentando la falta de control emocional en los niños.
La falta de autocontrol en los niños se manifiesta habitualmente con la típica “rabieta”. También le llaman “pataleta” o “berrinche”. Se echan a llorar y a gritar sin control, incluso a veces vencen a sus padres y con ello logran su objetivo. La técnica de la tortuga ayuda a que eso no suceda.
La técnica de la tortuga
Muchos padres catalogan a sus hijos como hiperactivos, cuando en realidad solamente son inquietos. Una crianza deficiente los confunde y les lleva a la angustia. Expresan su inquietud mediante una conducta errática, desobediente, y extrema en cuanto a emociones.
Si este es el caso, la técnica de la tortuga es un medio eficiente para promover el autocontrol. Solo se deben aplicar cuatro pasos. Son los siguientes:
Enseñar a meterse en el caparazón
La técnica de la tortuga se inspira en la historia de la “Tortuga Manolita”. Ella vivía metida en problemas, le respondía mal a la profesora y le daba patadas a sus amigas cuando la empujaban.
Su profesora le enseñó que si estaba muy enojada, podía meterse en su caparazón. Luego contar hasta diez. Ella aplicó el consejo y todos sus problemas se resolvieron, como por arte de magia.
Lo que se le debe enseñar al niño es a adoptar la posición de una tortuga, como Manolita. Que se encoja y meta la cabeza entre los brazos. Se trata de actuar como si tuviera un caparazón en donde meterse.
La técnica de la tortuga es una forma física, tangible, evidente de enseñarles introspección a los niños.
Trabajar la tensión muscular
Cuando esté metido en el caparazón, debe respirar muy fuerte. Se le puede decir que esta es la posición “tortuga alfa”, inspirar y expirar profundamente. Esto le ayudará a relajar los músculos y eliminar la tensión que acompaña a la ira.
Buscar soluciones
El niño debe pensar qué hará cuando salga del caparazón. Se trata de pensar en cuáles son las soluciones que hay para eliminar el problema. En este punto es bueno proponerle ideas o sugerencias para que encuentre una salida por sí mismo.
Abandonar la posición de tortuga
Una vez sepa cómo va a enfrentar la situación es hora de abandonar el caparazón. El niño debe salir de la postura adoptada para llevar a cabo su estrategia de solución.
Al final entenderá que esto es más eficaz que hacer berrinches. Se debe practicar una y otra vez, hasta que lo interiorice.
Los beneficios de la técnica de la tortuga
La técnica de la tortuga es especialmente eficaz para los niños más pequeños. Básicamente es apta para niños entre los 3 y los 7 años de edad. Se puede emplear un mecanismo similar con los más grandes. Solo hay que adaptarlo a sus intereses y preferencias.
El principal beneficio de la técnica de la tortuga es que enseña a mantener el autocontrol.
Sin embargo, también hay muchos otros aportes. Algunos de ellos son los siguientes:
- Desarrollo de la autonomía. Si el niño se siente más dueño de sus emociones, también será más dueño de su conducta. Esto le brinda mayor autonomía y seguridad en sí mismo
- Aprende a confiar en la razón. El pequeño entenderá, poco a poco, que siempre es mejor pensar antes de actuar. Notará que sus acciones son más eficaces de este modo. Esto será de gran ayuda en su vida adulta
- Disminuye los niveles de ansiedad. Si el pequeño siente que tiene más control sobre sí mismo, también se sentirá más seguro. Al desarrollar conductas más asertivas, también sus relaciones serán menos conflictivas.
- Incremento de la autoestima. La técnica de la tortuga permitirá que el pequeño tenga una mejor opinión de sí mismo. Esto, a su vez, incidirá en un incremento de su autoestima.
- Aumento de la conciencia responsable. Finalmente él es quien evalúa y decide cuál será la solución. Esto le ayudará a entender que él es el responsable de sus actos.
Bibliografía
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- Schneider, M., & Robin, A. (1990). “LA TECNICA DE LA “TORTUGA”: UN METODO PARA EL AUTOCONTROL DE LA CONDUCTA IMPULSIVA”. T. Bonet. Problemas psicológicos en la infancia. Valencia: promolibro-Cinteco. https://www.orientacionandujar.es/wp-content/uploads/2019/12/la_tecnica_de_la_tortuga.pdf