La regla de los cuatro regalos navideños

La regla de los cuatro regalos navideños
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Raquel Aldana

Última actualización: 09 noviembre, 2020

Entre luces, adornos y la amplia oferta de juguetes y turrones nos pasamos esta época tan mágica entre catálogos y anuncios llenos de efectos especiales y de deseos encapsulados en estrategias de marketing.

Esto puede hacer que decidir qué vamos a regalar a nuestros niños por navidad nos genere grandes quebraderos de cabeza, que no sepamos qué puede gustarles más o qué es lo que les resultará más útil.

De hecho, habitualmente optamos por pedirles a los pequeños que escriban sus cartas de Reyes mientras alimentamos que estas sean extensas listas de juguetes, deseos y objetos de su interés.

Sin embargo, probablemente gran parte de nosotras nos planteemos que quizás hay algo que estamos haciendo mal y que en este momento debemos plantearnos otra cuestión muy diferente a la que comentábamos en el inicio.

Así, si en vez de preguntarnos qué regalar nos preguntásemos primero cuánto regalar y con qué criterio hacer la selección, probablemente la noche de los regalos sea mucho más atractiva y, por supuesto, mucho más educativa para nuestros hijos.

Niño abriendo un regalo navideño

La cantidad de regalos determinará la satisfacción

Entonces, ¿cuántos regalos navideños deben tener? La respuesta a esta pregunta según los expertos es que la cantidad ideal de regalos navideños es cuatro. Ni cinco ni seis ni doce. Cuatro es la cifra perfecta.

Además, estos cuatro regalos deben estar sujetos a unas reglas, condiciones o normas que determinarán la satisfacción personal de cada niño con sus nuevas adquisiciones y, del mismo modo, la utilidad que los mismos tengan para ellos.

¿Cuáles son las premisas que debemos seguir a la hora de elegir nuestros regalos?

Básicamente la regla de los cuatro regalos viene a consistir en que los presentes que obtengan los niños tengan un objetivo educativo, evitando así que se empachen de regalos. ¿Cuál es el guión que debemos seguir? Veámoslo:

  • Algo que se lleve puesto (ropa, zapatos, complementos, etc.).
  • Aquello que les ayude a fomentar el hábito de la lectura y el disfrute de las palabras (libros, cuentos, cómics, juegos de mesa de palabras, etc.).
  • Un regalo que ellos deseen. Si es el caso aquí podemos dar cabida a aquellos juguetes más comerciales que inundan las pantallas televisivas en esta época y que tanto les llaman la atención.
  • El cuarto regalo será algo que ellos necesiten de verdad.

La regla de los cuatro regalos trata de ponerle sensatez a la noche de Reyes, así como evitar que se desvirtúe la educación que queremos brindarle a los niños. Estamos tan acostumbrados a la típica de imagen de un mar de regalos bajo un árbol, mientras que a su alrededor niños sonrientes abren y abren paquetes uno detrás de otro.

No nos percatamos de que haciendo regalando sin control estamos perjudicando a nuestros pequeños. Así, con la regla de los cuatro regalos navideños no solo estaremos cuidando su ilusión, sino que estaremos fomentando valores y responsabilidad en nuestros hijos.

Regalos navideños

No por tener más regalos reciben más amor

El cariño es el mismo con cuatro que con veinte regalos. Debemos procurar evitar el exceso y en vez de regalarles decenas de nuevos juguetes, regalarles tiempo y dedicación para ayudarles a fomentar su creatividad e imaginación.

De esta manera los niños serán capaces de jugar de verdad con un juguete, de ilusionarse y de dar versatilidad e identidad a sus pertenencias. ¿O no hacíamos eso cuando nosotros éramos niños y crecimos felices?

Un niño se pone inmensamente contento con una caja de cartón a modo de caseta, cueva o barco pirata, un palo que tan pronto es un avión como que se convierte en una batuta, unas pinturas para colorear o una cáscara de nuez que se convierte en barco.

Niña con un regalo bajo el árbol de navidad

Si privamos a nuestros niños de esto estamos haciéndoles víctimas de la sociedad consumista. Demasiados regalos desvirtúan no solo el sentido de estas fechas, sino que penalizan la labor pedagógica que intentamos realizar con ellos el resto del año.

Sin embargo, si atendemos y nos ajustamos a la regla de los cuatro regalos navideños y si fomentamos que se diviertan con lo natural, nuestros hijos se explorarán a sí mismos, disfrutarán mucho más de sus ratos de juego y guardarán en su memoria un bello recuerdo cargado de ilusión de cada una de sus pertenencias.

Solo así podremos ponerle el broche de oro a un año en el que cada día hemos procurado cargar nuestras enseñanzas de valores, emociones positivas y responsabilidad intentando que sean felices y le sonrían a la vida.


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