Hoy en día, los niños están habituados a recibir muchos regalos que los hacen sentir felices, pero esa felicidad es muy fugaz. Muy poco después de recibirlos, ya desean otros nuevos y dejan de querer los que tenían. “La lista feliz” es un método que ayuda a los pequeños a valorar las cosas sencillas de la vida.
Estaréis de acuerdo conmigo en que hay miles de cosas maravillosas alrededor de los niños que no son cosas materiales y que pueden hacerlos muy felices, aunque ellos no las tengan en cuenta.
Es por eso que nosotros, los padres, debemos enseñarles a apreciar esas pequeñas cosas que nos pueden hacer muy felices. ¿Cómo podemos hacer que nuestros hijos aprecien las cosas sencillas? Con la técnica de “la lista feliz”.
¿En qué consiste “la lista feliz”?
Seguro que si le preguntamos a nuestro hijo qué le hace feliz, su respuesta inicial será su deseo por algo material, pero, si seguimos indagando y lo dejamos pensar, encontrará cosas sencillas de su día a día que lo hacen también feliz, desde que inicia el día hasta que se va a la cama.
Si le decimos a nuestro pequeño que haga su “lista feliz”, va a ser muy gratificante descubrir que hay muchas cosas a su alrededor que le pueden hacer inmensamente feliz y que pueden resultar más divertidas. Y, ¿por qué no hacemos los padres también nuestra “lista feliz”?
Lo bueno de esta técnica es que podemos ir añadiendo cosas a nuestra lista conforme se nos vayan ocurriendo, y podemos dedicar un día a la semana para actualizar la lista de cada uno de nosotros y, así, contribuir a la felicidad de toda la familia.
¿Cómo podemos elaborar “la lista feliz”?
Aquí te ponemos un ejemplo de cómo puede ser “la lista feliz”, pero puedes adaptarla, añadir o quitar cosas… Cada uno puede hacerla según sus gustos y preferencias.
Lo primero de todo es hacerse la siguiente pregunta: “¿Qué es lo que me hace feliz?”. O, en el caso de que queramos que sean nuestro hijo quien elabore su “lista feliz”: “¿Qué es lo que te hace feliz?”.
Fuera de casa
- Ir al campo a pasar el día con la familia.
- Disfrutar de un amanecer en la playa.
- Ver la lluvia caer un día lluvioso.
- Jugar con mi perro.
- Ir al parque y jugar con mis amigos.
- Tumbarnos en el campo o la playa y ver las estrellas, sobre todo en verano.
- Observar las formas divertidas que tienen algunas nubes.
- Caminar descalzo por la arena de la playa.
- Escuchar y ver volar a los pajaritos.
En casa
- Darme un baño de agua caliente con mis juguetes de baño favoritos.
- Abrazar a mis peluches.
- Disfrutar del calorcito de mi cama mientras fuera hace un mal día.
- Disfrutar del agua y la luz (muchos niños no cuentan con esas comodidades).
Con la familia
- Comer mi comida favorita, que hace mamá tan rica.
- Escuchar los cuentos e historias que me cuentan mis papás o abuelos.
- Hacer palomitas y disfrutar en familia viendo una película,
- Jugar con papá y mamá.
- Disfrutar de una tarde de juegos de mesa en familia.
Individual
- Hacer un puzzle o rompecabezas.
- Bailar.
- Dibujar y pintar un dibujo que me guste.
- Leer uno de mis cuentos favoritos.
- Hacer figuras con plastilina.
- Escuchar mis canciones favoritas.
- Organizar mis juguetes por colores o categorías.
- Comer un helado.
Esta lista es infinita y es solo un ejemplos, pues se pueden añadir cosas, cambiar unas por otras, etc. Cada día podemos descubrir nuevas cosas sencillas y que nos hacen sentir bien. Así que, vamos a ponernos todos en marcha y a elaborar nuestra “lista feliz”.
¿Qué beneficios tiene la técnica de “la lista feliz”?
- Esta técnica ayuda no solo a los niños, sino también a los jóvenes y adultos a comenzar a ver y a apreciar aquellas cosas que les causan alegría, bienestar, satisfacción, calma o cualquier otro sentimiento positivo que haga sentirse bien.
- También ayuda a los niños a conocerse mejor a ellos mismos, descubrir sus gustos individuales y, así, aumentar su autoestima y seguridad en sí mismos.
- Esta estrategia también es muy útil cuando los niños se sienten tristes, enfadados o frustrados. Esta lista les ofrece opciones para que se sientan mejor en esos momentos.
- El apreciar las cosas sencillas capaces de hacernos sentir bien nos vuelve más humanos. Con estas cosas, estamos enseñando a los pequeños a ser agradecidos, menos materialistas, más sencillos, más generosos, menos egoístas y más compasivos.
En definitiva, ahora que sabes lo útil que es y todos los beneficios que tiene “la lista feliz”, es hora de ponerla en práctica y descubrir todas las cosas maravillosas que puede ofrecernos la vida, sin tener que recurrir a las cosas materiales. ¿A qué esperas para poner en marcha esta estrategia? Tanto a los niños como a los padres les proporcionará grandes beneficios.