A veces no se aprecia la importancia del diálogo en la familia, pero es una de las costumbres que no debe perderse nunca. Hay que intentar fomentarlo y promoverlo todos los días; ya que el diálogo favorece grandes valores como la comunicación, la tolerancia hacia los demás y la capacidad de admitir errores.
Mediante el diálogo, los padres y los hijos tienen la oportunidad de conocerse mejor. Pueden intercambiar opiniones y verbalizar sus problemas. Si hablamos con nuestros hijos, ellos nos podrán contar lo que les preocupa; también nosotros podemos intentar ayudarles.
Fomentar el diálogo en familia
Con nuestra actitud, ellos notan si queremos conocer sus problemas o no. Una actitud de escucha es básica en una familia; para los hijos, esta es el centro de toda su vida, su ejemplo y su referencia. Por eso, lo primero que tenemos que ofrecer los padres es nuestra escucha constante.
El ensalzamiento del individualismo e instrumentalismo del ser humano, entre otros aspectos, han derivado en un empobrecimiento de los valores, en una crisis de la humanización y del diálogo.
Si en ese momento estamos trabajando o haciendo alguna cosa importante, tenemos que emplazarlas para más tarde. Es necesario intentar que los niños sientan que siempre tenemos tiempo para comunicarnos con ellos.
Problemas con el diálogo
Aunque parece fácil, muchas veces es complicado propiciar un ambiente de diálogo en la familia. El primer motivo es la falta de tiempo; hoy en día tenemos pocos momentos al día para conversar y dialogar. Sin embargo, como bien corrobora un estudio desarrollado en 2015 por la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, debe ser totalmente necesario.
Lo importante es intentar que el diálogo no se convierta en un monólogo de padres a hijos. Ellos también tienen que exponer sus opiniones e ideas. Si están en contra de lo que les estamos contando, deben tener la oportunidad de respondernos en un clima de libertad y tranquilidad.
Consejos para fomentar el diálogo en familia
A continuación, te damos algunas pautas que pueden guiarte para mantener una comunicación fluida y de calidad con tus hijos. ¡Apunta!
1. Autoridad no es lo mismo que poner límites
Si los padres comenzamos el diálogo desde una posición de autoridad, este seguro que no funcionará. Por el contrario, los mayores deben ponerse en el papel de los hijos; ellos han de comprender sus sentimientos y problemas.
No obstante, también hay que dejar claros los límites. No están hablando con sus amigos; no pueden tratarnos como si fuéramos sus colegas. Somos sus padres y queremos dialogar con ellos, pero eso no significa que se olviden de sus modales y educación.
2. Respetar el turno de las dos partes
En el diálogo, tienen que participar las dos partes. Los padres tienen que permanecer en silencio cuando intervienen los niños. Si les soltamos un discurso o una regañina cada vez que ellos confían en nosotros, al final solo nos darán la razón. Según vayan creciendo, los niños tenderán a callarse lo que creen que puede fomentar una polémica.
Con esa actitud contraproducente, los niños creerán que los padres solo quieren imponer sus ideas y no escuchan sus opiniones. En ese momento, lo más seguro es que el diálogo esté roto. Seguramente hemos cometido el error de no escuchar a nuestros hijos.
3. Aprender a escuchar
Por más que en las conversaciones tengamos una finalidad, no debemos imponer nuestra idea desde el principio. Tenemos que escucharles, darles ejemplos y conocer sus opiniones desde una posición de diálogo.
Todos los niños necesitan que sus padres les hablen y también que les escuchen.
4. Dejar hablar para conseguir seguridad
El primer valor que tienen que adquirir los niños es la seguridad en sus propias opiniones. Aunque al final cambien su argumentación, tienen que saber en todo momento la razón por la que lo han hecho.
Ser consecuente con lo que uno piensa generará una mayor estabilidad emocional. En este sentido, permitirá no solo tener una buena retórica, sino que también será determinante para aprender a ser tolerante y a asumir otros puntos de vista.
5. Buscar el momento oportuno
Los miembros de la familia estamos casi todo el día trabajando o en el colegio, pero es primordial buscar también un momento para el diálogo. Por ejemplo, puede ser la cena u otro momento en el que estáis todos juntos. Podéis hablar de cómo ha ido la jornada y establecer un diálogo sobre algún tema de relevancia.
Tampoco hay que ser pesados y estar preguntando todo el día a los hijos si tienen algún problema. Solo tenéis que mantener siempre esa actitud de escucha. Si todos los días fomentamos un tiempo para el diálogo, seguro que los jóvenes buscarán ese momento diario para contar sus problemas en familia.
La importancia del diálogo en familia para crear lazos fuertes y duraderos
No lo olvides: el diálogo es muy importante para cualquier familia. Supone la posibilidad de fomentar valores como la capacidad de escucha, la tolerancia o la confianza. Requiere, también, que todos los días lo practiquemos juntos buscando un momento idóneo para hablar y escuchar.
Por tanto, ahora que ya sabes cuál es la importancia del diálogo en familia, es el momento de ponerlo en práctica. Para ello, te recomendamos agendar un momento a la semana y tener una rutina. ¿Te animas a empezar a reforzar los lazos de la confianza?
Bibliografía
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- Ruiz Hernandez, S. M., Lame Chantre, M. C., Orozco Soto, M., Benítez Mejía, M. M., & Meza Gómez, T. D. C. (2015). Falta de Diálogo familiar. https://repository.unad.edu.co/handle/10596/3772
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- Hernández Prados, M. Ángeles, & Vidal Dimas, N. El diálogo como valor. Padres Y Maestros / Journal of Parents and Teachers, (365), 66-70. https://doi.org/10.14422/pym.i365.y2016.010