Muchas familias se ven desbordadas por el hecho de tener un hijo con dificultados. ¿Es tu caso? ¡No te preocupes! Porque hoy en día hay multitud de profesionales que se dedican a la Atención Temprana en niños con necesidades especiales.
Para lograr un buen pronóstico y desarrollo evolutivo en estos niños, lo ideal es tratar sus dificultades desde bebés. Además, la familia requiere ayuda para solventar sus dudas y preocupaciones. También para aprender a sacar el máximo provecho a su hijo a través de acciones cotidianas y sencillas.
Estas necesidades las puede cubrir la Atención Temprana. Dicho servicio evalúa las características del niño y de su entorno. Una vez recogida la información, se plantea una intervención personalizada que permite evolucionar al pequeño y desarrollar sus habilidades.
¿Qué es la Atención Temprana?
La Atención Temprana consiste en llevar a cabo un conjunto de intervenciones con niños de 0 a 6 años que presentan ciertas necesidades transitorias o permanentes. Estas pueden ser explicadas por la presencia de algún trastorno en el desarrollo o por tener riesgo de padecerlo.
Dichas intervenciones han de ser planificadas por un equipo de profesionales de diferentes disciplinas especializados en:
- Psicoterapia y apoyo psicológico.
- Logopedia.
- Fisioterapia.
- Psicomotricidad.
- Estimulación Precoz.
Los especialistas deben trabajar en equipo para alcanzar las metas establecidas en las distintas áreas del desarrollo y conseguir la mejor atención posible en todos los ámbitos de la vida del niño.
En este sentido, hay que tener en cuenta que actualmente en Atención Temprana se siguen dos modelos o enfoques:
- Modelo ecológico. Se basa en la relación y la interacción del niño con su entorno. Por tanto, implica que la familia y el ambiente próximo (colegio, centro sanitario, etc.) participen en la intervención.
- Modelo biopsicosocial. Hace referencia a la importancia de desarrollar la integración del niño en el medio familiar, escolar y social, así como su autonomía personal.
La detección temprana en niños con necesidades especiales
La detección temprana es fundamental para comenzar la intervención terapéutica. Es importante fijarse y observar determinados signos de alerta que pueden indicar la presencia de algún trastorno del desarrollo infantil.
Ante las sospechas, hay que buscar la ayuda de profesionales para que puedan plantear un diagnóstico. En él deben valorarse aspectos biológicos, psicológicos, sociales y educativos. Por tanto, se debe llevar a cabo una evaluación en la que se considere:
- El desarrollo evolutivo del niño. Habilidades comunicativas, desarrollo socioemocional, procesos cognitivos, estilo de aprendizaje, desarrollo psicomotor, capacidad de respuesta al medio, habilidades de juego, etc.
- Las características de su contexto familiar y social. Nivel económico y sociocultural, riesgo de maltrato o negligencia, etc.
- La relación establecida con sus padres. Necesidad de información, malestar familiar, necesidades de recursos, nivel de confianza, etc.
Por tanto, no solo se valoran los aspectos y dificultades individuales del niño, si no que se tienen en cuenta cómo su entorno afecta en su desarrollo.
La intervención en Atención Temprana para niños con necesidades especiales
Una vez se ha establecido un diagnóstico, llega el momento de la intervención.
Para la realización de una buena intervención en Atención Temprana, los profesionales deben seguir el Libro Blanco de la Atención Temprana. Este documento fue elaborado por el Grupo de Atención Temprana (G.A.T.), con el fin de servir como referencia para las administraciones públicas, los profesionales, las asociaciones y las familias.
En líneas generales, para la intervención debe ponerse en marcha un programa individualizado para cada niño, considerando sus necesidades y posibilidades en cuatro áreas del desarrollo:
- Motora.
- Perceptivo-cognitiva.
- Socio-comunicativa
- Autonomía.
El programa debe incluir la temporalización de los objetivos, la metodología y la evaluación, y el seguimiento de los resultados que se van obteniendo.
La Atención Temprana para las familias y la escuela
Durante la intervención, los profesionales de Atención Temprana tienen que apoyar a las familias, enseñarles competencias para la educación e interpretación de las conductas de su hijo y ofrecerles información sobre todo lo relacionado con recursos específicos para el niño (reconocimiento de minusvalía, valoración de dependencia, ayudas individuales, prestaciones económicas, ayudas técnicas, etc.).
Por otro lado, también deben encargarse de informar a la escuela sobre la situación del niño y de la familia. De manera que puedan fijar espacios en los cuales se establezcan objetivos pedagógicos y estrategias de aprendizaje comunes.
En definitiva, la Atención Temprana debe centrarse en orientar y ayudar al niño, a su familia y a su entorno escolar. Se trata de considerar al niño en toda su globalidad, respondiendo a sus necesidades individuales, a las de su familia y a las de su entorno.
“Los niños son la combinación entre sus propias cualidades y las atribuidas por sus experiencias con el entorno.”
Bibliografía
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- Fortes, M. C. y Flores, A. (2003). Intervención Temprana en niños con discapacidad intelectual. En A. Gómez, P. Viguer y M.J. Cantero (Ed.) Intervención temprana: desarrollo óptimo de 0 a 6 años (pp. 241-272). Madrid: Ediciones Pirámide.
- Grupo de Atención Temprana. (2000). Libro Blanco de Atención Temprana. Madrid: Real Patronato de Prevención y de Atención a Personas con Minusvalía.
- Tamarit, J. (2009). Atención Temprana: avanzando hacia un modelo inclusivo orientado a la calidad de vida familiar y al desarrollo de competencias personales significativas tanto en los niños y niñas como en sus familias. Madrid: FEAPS.