¿Cómo identificar y tratar los tipos de mocos en los niños?

Los mocos en los niños suelen presentarse en las épocas de lluvias y algunos otros días del año. Esta mucosidad no es dañina pero puede impedir a los pequeños respirar, comer y dormir de forma apropiada.
¿Cómo identificar y tratar los tipos de mocos en los niños?

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 08 febrero, 2022

Los mocos en los niños son muy frecuentes en bebés y pequeños de hasta 5 años. La mucosidad es un mecanismo de defensa del organismo ante las infecciones. Cuando un virus entra en contacto con las vías respiratorias y las inflama, la respuesta es producir ese material gelatinoso. A su vez, este atrapa a los gérmenes para que sean expulsados al exterior.

Es importante que los padres se informen bien en cuanto a esta afección y sus tratamientos. De esta forma, sabrán qué hacer si el niño pierde el apetito, se fatiga y siente que se está ahogando. Aunque los mocos no representen un problema grave en sí mismos, sí podrían ser una señal de una posible enfermedad más compleja.

¿Cuáles son los tipos de mocos en los niños?

Entre los tipos de mocos en los niños se encuentran:

  • Moco claro y abundante. Este sube y baja por la garganta y algunos niños se lo tragan. Es signo de resfriado y va acompañado de estornudos constantes. Puede durar entre 2 y 4 días.
  • Espeso y abundante. Cuando no se quita el resfriado, la garganta empieza a luchar con este y hace que el moco baje con mayor espesor. Aunque en la nariz del niño no quede mucho moco, cuando se acuesta hace que empiece a toser frecuentemente.
  • Verdoso amarillento. Este color es el indicador de que los glóbulos blancos han empezado a luchar contra la infección.
  • Verdoso. Es espeso y comúnmente aparece en las mañanas. Suele aparecer también en los ojos y es un síntoma de que los glóbulos están guerreando con la infección.
  • Moco con tos persistente y sensación de ahogo. Si al niño le cuesta respirar en la noche y tose mucho, podría significar que tiene bronquitis.
  • Espeso con fiebre. Esto podría ser síntoma de que tiene una infección más grave, como una otitis o neumonía.
Eliminar los mocos en los niños es bueno para que pueda respirar y no se ahogue.

¿Se deben tratar los mocos en los niños?

La mayoría de los pediatras no prescriben medicamentos a los niños menores de 2 años para combatir los mocos. Se considera que es mejor hacerles frente con mecanismos sencillos para intentar que los expulsen.

Sin embargo, no se descarta el uso de medicamentos cuando son abundantes, no dejen respirar bien al niño o si este llega a presentar fiebre superior a 38º C.

La mucosidad es un mecanismo de defensa del organismo ante las infecciones. Cuando un virus entra en contacto con las vías respiratorias y las inflama, la respuesta es producir ese material gelatinoso.

¿Qué métodos se pueden utilizar?

Hay diversos tratamientos prácticos para eliminar los mocos de los niños.

Hidratación

Proporcionarle abundante agua hará que los mocos se hagan más líquidos y lo expulse por medio de la tos. Los mocos son 95 % agua, así que el mejor mucolítico es precisamente el agua o cualquier otro líquido que los fluidifique. Si el bebé es lactante, la madre entonces, debe tomar más agua de la acostumbrada.

Si toma leche de vaca vale recordar el debate sobre si esta actúa en la producción de moco o no. Lo que se sabe al respecto, es que la leche aumenta la viscosidad o espesor de la flema. Y en casos de inflamación de la mucosa intestinal, el lácteo estimula el moco en el tracto respiratorio. Sería aconsejable excluirla de la dieta mientras dura el evento.

Ventilar la habitación

Se debe ventilar bien la habitación, mantener una buena limpieza a fin de evitar que se formen hongos e impedir los cambios bruscos de temperatura. Otro aspecto esencial es la humidificación de la habitación considerando que la calefacción seca el aire; además, el cuarto del bebé ha de estar limpio, libre de polvo y lejos de humo de tabaco.

En algunas circunstancias, y pese a que no existe una evidencia científica una cebolla cortada en trozos cerca del niño lo ayudará a descongestionar su respiración.

Pinzas nasales

Se utilizan para retirar el moco seco en los bebés. No han de ser cualquier pinza sino especiales para esta sencilla, pero delicada tarea. De hecho, estas pinzas vienen con un tope de seguridad que impedirá que se hunda más allá de lo necesario, toda vez que si el niño está despierto, estará un tanto agitado. Los bastoncillos están contraindicados. Si no tenemos la pinza a mano, con un dedo y mucho cuidado será suficiente.

Lavados nasales

Se realizan colocando al bebé acostado con la cabeza de lado, para poder aplicarle suero con una jeringa en cada fosa nasal. Este suero puede ser fisiológico, hipertónico o agua de mar. Hasta cinco lavados diarios se practicarían si existe mucha congestión.

Hecho esto, algunos padres optan por limpiar las secreciones, bien con un aspirador nasal de cánula o bien con uno de perita. Acá se recomienda prudencia porque este procedimiento está asociado a la aparición de otitis y se corren riesgos de traumatismos por presión, que agravaría la inflamación de la mucosa nasal.

Si se deciden, el de cánula funciona así: se echan unas gotitas de suero fisiológico en las fosas nasales, se coloca un extremo de la cánula en la fosa nasal del niño y el otro en la boca de uno de los padres, luego este aspira para que el moco caiga en el recipiente que trae el tubo.

Si se trata de la perita, se aprieta el bulbo de goma, la punta se introduce en la fosa nasal y una vez adentro, se suelta poco a poco. Para que funciones no debe quedar espacio entre la extremo y la fosa nasal.

Aparte de estos, también son factibles de ser suministrados remedios caseros, tales como:

  • Infusión de malva con zumo de limón y miel.
  • Zumo de zanahoria con naranja todas las mañanas, por su alto poder de vitamina A y C.
  • Caldo de pollo, para desinflamar las vías respiratorias, por el compuesto de cisteína.

La mayoría de los pediatras no prescriben medicamentos a los niños menores de 2 años para combatir los mocos.

Cuando hay fiebre, el pediatra indicaría otros medicamentos, tales como:

Los mocos en los niños pueden tomar diferentes aspectos.

¿Cuándo es necesario llevar al niño al pediatra?

En caso de que el pequeño presente alguno de los siguientes síntomas, no dudes en llevarlo al médico:

  • Tos muy persistente que le provoque ahogos. Si esto ocurre, podría tener bronquitis.
  • Si presenta malestar general y la fiebre, esto sería una señal de otitis o neumonía.

En conclusión, los mocos en los niños son muy frecuentes y no siempre son dañinos, pues son un mecanismo de defensa ante las infecciones.

Sin embargo, si notas que tu niño tiene mucho moco, tose sin parar y su sueño es interrumpido, toma las medidas de prevención necesarias. Si ves que también presenta otros síntomas, llévalo inmediatamente al pediatra.


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