Cuando nuestro hijo está con sus abuelos, todo es diversión, ternura y obsequios. Es que la relación entre los adultos mayores y sus nietos suele estar impregnada de una magia muy especial. Eso sí, en ocasiones, el pequeño prefiere pasar tiempo con ellos en lugar de con sus padres. ¿Debiera ser esto una preocupación? Te lo contamos en esta nota.
Al día de hoy, los abuelos ocupan un papel relevante en cuanto a las tareas relacionadas con el cuidado y la educación de los nietos, pues nosotros, sus padres, los dejamos con ellos para irnos a trabajar. Es así como su vínculo cada vez se fortalece más y más. A tal punto que no resulta sorprendente que un hijo se angustie cuando debe despedirse de alguno de sus abuelos o que exprese su deseo de irse a vivir con ellos luego de haber discutido con nosotros.
La relación entre abuelos y nietos, un lazo de calidad
Una fuente de bienestar y de amor incondicional. Cómplices de travesuras, árbitros entre padres e hijos, compañeros de juegos, sabios consejeros y los mejores para preparar meriendas. Todo eso son los abuelos, o la mayoría de ellos, por lo que son una parte vital de la infancia.
Incluso, se ha investigado acerca de este vínculo. Un estudio realizado en 2011 determinó que uno de cada cuatro abuelos españoles cuida de sus nietos en un promedio de 7,1 horas diarias, incluyendo los fines de semana. Tanto el aumento de la esperanza de vida, como la incorporación de la mujer en el mundo laboral, ha dado lugar a un rol por parte de los abuelos más significativo, ya que ahora ellos pueden llegar a compartir unas cuántas décadas con sus nietos.
La actitud de los padres
Sin embargo, la actitud de los padres influye significativamente en la relación entre abuelos y nietos, pues son ellos quienes determinan la cantidad de tiempo que pasan juntos. En este sentido, en tanto el lazo de los abuelos con sus propios hijos sea estrecho, el vínculo con sus nietos tendrá mayor probabilidad de ser fuerte e íntimo.
Valores que transmiten los abuelos
Quienes hayan crecido cerca de sus abuelos, saben que su presencia les ha dejado grandes enseñanzas. Una de las funciones más importantes que ejercen, es la de la transmisión de valores. A través de la narración de sus historias de vida, ellos hablan de la bondad, el respeto y la perseverancia. Además, son los principales referentes a la hora de mitigar las tensiones familiares, especialmente cuando los nietos son adolescentes.
¿Qué tienen los abuelos, a diferencia de los padres?
Para empezar, los abuelos están exentos de una de las cuestiones más complejas de la paternidad: la puesta de límites. Los responsables de la crianza y de la educación de los chicos son los padres. Sabemos que esto incluye muchos no. “No puedes comer golosinas a diario”, “no puedes salir hasta la hora que se te dé la gana”, “no te compraré ese móvil”. Los no, son una parte fundamental para una crianza saludable.
“Toda generación se revela contra sus padres y hace amigos con sus abuelos”
– Lewis Mumford –
Pero los abuelos, están para otra cosa, ellos se llevan la mejor parte. No cargan con la presión de la enseñanza, por lo que su intervención es mucho más despreocupada. Esto facilita que los momentos compartidos sean casi siempre de puro disfrute. A costa de los padres, muchas veces consienten a los nietos.
Por qué los niños eligen a sus abuelos
Cualquier encuentro se convierte en un sinfín de entregas de amor en forma de abrazos, de comida y de regalos. Hay abuelos más permisivos que otros, pero nunca menos que los progenitores. Con total razón, no quieren saber nada sobre imponer reglas o prohibir conductas discutibles. Eso ya lo han hecho cuando ejercieron su rol de padres.
Este asunto podría explicar el motivo por el cual tu hijo a menudo prefiere pasar tiempo con sus abuelos, antes que contigo. Es válido que sientas enojo, celos o tristeza. Sin embargo, ten presente que es natural que esto ocurra y que de ninguna manera eso significa que no te amen.
Cada vínculo con sus particularidades
Es tentador actuar como abuelos cuando somos padres, ¿cierto? Así nos ahorraríamos fuertes discusiones que suelen traer aparejada esa dolorosa sensación de sentirse rechazado por los propios hijos. Podríamos imaginar que así todo se mantendría armónico. Sin embargo, tomar la tolerancia que los abuelos tienen con nuestros hijos y hacerla propia no es precisamente la mejor alternativa.
Al contrario, nuestros hijos necesitan de nuestros “no” y de los “sí” de sus abuelos (u otros adultos significativos) para crecer saludablemente.
Buscar el equilibrio perfecto
Mientras aprende a tolerar la frustración y a sobreponerse ante los obstáculos, el chico descubre el valor del disfrute y de la complicidad. Por supuesto que los roles de los padres y de los abuelos pueden fluctuar. En ocasiones, los progenitores serán más permisivos y por momentos los más mayores establecerán límites. Pero, al ser padres, no deberíamos dejarnos seducir por las características de los abuelos.
Bibliografía
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