¿La genética influye en las caries de mi hijo?

Las caries de tu hijo pueden estar asociadas a la genética familiar. De todos modos, son varios factores los que determinan la aparición y la severidad de la enfermedad. Te lo explicamos.

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 16 mayo, 2023

Es de conocimiento popular que comer dulces y no limpiarse los dientes de manera adecuada es un factor de riesgo para sufrir daños en la dentadura. Pero ¿te has preguntado qué tanto influye la genética en el desarrollo de caries en tu hijo? En este artículo, te contamos lo que la ciencia dice al respecto.

Las caries infantiles son una de las enfermedades más frecuentes durante la infancia. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2017, más de 530 millones de niños de todo el mundo tenían caries en sus dientes de leche.

Las conductas y los hábitos son los factores más importantes a la hora de que aparezca la enfermedad. Sin embargo, también existe un componente genético al que se le debe prestar atención. Muchos padres que han padecido caries desde edades tempranas, se preguntan si le transmitirán esta patología a sus hijos. Veamos en detalle el papel de la genética en el desarrollo de esta enfermedad.

¿Cómo se forman las caries en los niños?

Las caries dentales se consideran una enfermedad crónica y multifactorial. Se trata del deterioro de los dientes debido a la desmineralización que ocurre cuando el medio oral se vuelve muy ácido. Este ácido proviene de las bacterias en la boca que procesan los carbohidratos en nuestra dieta.

Cuando la higiene bucal es nula o deficiente, o la dieta incluye un alto contenido de azúcares simples, hay una mayor proliferación de gérmenes. Esto aumenta la producción de ácidos y, con ello, los dientes pierden más minerales y las caries avanzan.

Según estudios realizados por la Revista Científica Odontológica, la enfermedad es el resultado de un desequilibrio ecológico del biofilm, que son un grupo de microorganismos que se adhieren a un tejido vivo y su reproducción es provocada por la ingesta excesiva de azúcar.

De todos modos, también intervienen otras situaciones, como la persistencia de este desbalance en el tiempo y las características propias del huésped. Respecto a este último, algunas características dependen de factores que se heredan:

• La cantidad de saliva.
• El pH de la boca.
• La anatomía de los dientes.

La relación entre las caries de tu hijo y la genética

Como te contamos, las caries infantiles se producen debido a un desequilibrio del medio bucal. Esto se relaciona con una alta ingesta de azúcares y una deficiente higiene oral. Sin embargo, aunque no sea un factor determinante, la genética puede influir en la mayor predisposición a padecer esta patología.

El papel que poseen los factores genéticos en la aparición y desarrollo de las caries dental es un tema que aún se sigue investigando. Según una revisión de la literatura de la Universidad Central de Ecuador, la genética podría contribuir en el desarrollo de las caries a través de 4 grupos de genes principales:

1. Los que actúan en el desarrollo morfológico del esmalte dental, debido a que un esmalte de menor calidad favorece la colonización de los microrganismos y la destrucción. Asimismo, la rugosidad de las superficies dentarias o el número y la forma de las cúspides, aumentan la retención de placa bacteriana y predisponen el desarrollo de caries.
2. Los que intervienen en la preferencia de ciertos sabores, ya que provocan el consumo excesivo de carbohidratos y azúcares, lo que favorece el desarrollo de la enfermedad.
3. Los genes que influyen en la secreción o en la calidad de la saliva, afectando su función protectora.
4. Las secuencias genómicas que afectan la respuesta inmunitaria y favorecen la proliferación de los gérmenes patógenos.

La transmisión de estos genes entre generaciones explica la tendencia de varios miembros de una familia a padecer caries. De todos modos, lo que se hereda es la mayor predisposición, no la enfermedad en sí misma. Pues, como te comentamos, son necesarios otros factores para que ocurra la desmineralización de los dientes.

Según la Revista Universitas Odontológica, estos genes están bien identificados. Pero a menos que se realicen estudios de genética específicos, no es posible saber si tu hijo es portador de las secuencias que lo predisponen a tener más caries. Por este motivo, es importante controlar los factores ambientales sobre los que sí es posible actuar.

Si yo tengo caries, ¿mi hijo también las tendrá?

Para responder esta pregunta no solo es necesario evaluar si la genética influye en las caries de los hijos. También es preciso analizar el estado de salud bucal de los padres, las costumbres familiares, la dieta y los hábitos de higiene.

Es cierto que los niños pueden heredar ciertas características orales que los predisponen a tener caries. Pero son varios los factores necesarios para que desarrollen la enfermedad.

Si los padres tienen su boca en malas condiciones (con caries, sarro o enfermedades periodontales activas y sin tratar) pueden transmitir las bacterias patógenas de sus bocas a sus hijos. En este caso, sus pequeños pueden desarrollar lesiones en los dientes de manera temprana a causa de sus progenitores, pero no por herencia.

Probar los alimentos de los hijos, soplar su comida, limpiar los chupetes con la propia saliva o darles besos en la boca son acciones que contribuyen a la transmisión de los gérmenes.

Además, si en la familia se consumen alimentos ricos en azúcar, el riesgo se incrementa. Dar a los pequeños bebidas o comidas muy dulces favorece la multiplicación de las bacterias y la producción de los ácidos que dañan los dientes.

Asimismo, la falta de atención a los hábitos de higiene oral es otra situación que puede poner en riesgo la dentadura de los más chicos. Los padres pueden tener caries porque no se cepillan sus dientes con la técnica o la frecuencia indicada. Si repiten esta conducta dañina con sus hijos, lo mas probable es que los pequeños también padezcan las consecuencias de la falta de higiene.

Estudios aclaradores

Los factores externos como los comportamientos, las enseñanzas y los hábitos influyen en la salud bucal de los niños. Así lo explica un estudio publicado en la revista australiana Pediatrics.

Para la investigación se reclutaron 250 embarazos de gemelos (idénticos y no idénticos). Se recopilaron datos demográficos, de salud y fenotípicos durante la gestación, el nacimiento, a los 18 meses y a los 6 años de edad. Al analizar el desarrollo de caries en los niños, el estudio arrojó que uno de cada tres de los gemelos estudiados (32,2 %) tenía la enfermedad y un 24 % tenía lesiones en estadios avanzados.

En sus observaciones, los investigadores notaron que al comparar la salud oral de los gemelos idénticos, esta no era más similar que la de los gemelos fraternos. Así concluyeron que el riesgo de caries está relacionado con factores ambientales y no genéticos. El estudio encontró una estrecha relación entre la salud bucal de los niños con el estilo de vida, las conductas y la salud de la madre durante el embarazo.

La genética y el ambiente en el desarrollo de las caries

Por otro lado, un estudio publicado en la National Library of Medicine, evaluó los factores genéticos y ambientales que contribuyen al desarrollo de las caries de la infancia temprana.

Luego de evaluar a 259 niños no emparentados, determinaron que existen situaciones externas e interacciones genéticas capaces de actuar como factores protectores o como situaciones de riesgo para la caries de la primera infancia.

La genética, entonces, puede predisponer a la aparición de las caries, o bien prevenir su aparición. Los factores hereditarios y los ambientales, juntos, contribuyen a que la enfermedad se desarrolle o no.

Prevenir las caries de tu hijo más allá de la genética

Que hayas sufrido problemas en los dientes durante toda tu vida, no quiere decir que tu descendencia deba repetir tu historia. Más allá de la genética, serán los cuidados que pongas en la salud bucal de tu hijo lo que ayudará a prevenir las caries.

Ofrecer a tus niños una dieta saludable y con poca azúcar, es fundamental para evitar los daños en los dientes. Además, deberás encargarte de higienizar la boca de tus hijos de manera adecuada desde edades tempranas. Y no olvides que las visitas regulares al odontopediatra completan los cuidados.