El estrés en la infancia puede modificar el cerebro de los niños y adolescentes

Sufrir estrés en etapas tempranas de la vida no solo genera daños en la salud física y emocional. También puede dejar secuelas en el cerebro en desarrollo.
El estrés en la infancia puede modificar el cerebro de los niños y adolescentes
Elena Sanz Martín

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Escrito por Elena Sanz Martín

Última actualización: 27 julio, 2022

El estrés puede causar estragos en la salud física y emocional a cualquier edad; sin embargo, durante los primeros años de la vida sus efectos son aún más perjudiciales. La ciencia ha descubierto que padecer estrés en la infancia puede generar daños en el cerebro en desarrollo. En consecuencia, el niño podría presentar problemas emocionales y conductuales a futuro.

Podemos pensar que la vida de los pequeños es sencilla y que la ansiedad y la tensión no forman parte de su rutina. Sin embargo, muchos menores enfrentan situaciones estresantes de distinta envergadura. Problemas escolares, familiares o de salud pueden impactar negativamente en sus vidas. Y si bien ellos tienen una alta capacidad de adaptación, a la larga las secuelas se hacen notar.

Queremos transmitirte la importancia de prevenir las consecuencias del estrés en la infancia. ¡No dejes de leer este artículo!

“Las mujeres sufren más”

En la revista Neurobiology of Stress se publicó uno de los estudios más trascendentes sobre los efectos del estrés en la infancia. Dentro de sus resultados, se establece una asociación directa entre las experiencias aversivas en edades tempranas de la vida y cambios en la estructura del cerebro en desarrollo.

Las efectos descriptos se localizan a nivel de la corteza prefrontal y se traducen en alteraciones en las conexiones neuronales y en el funcionamiento de esta área cerebral.

Otro de los hallazgos sugiere que las mujeres son más vulnerables a los efectos del estrés en edades tempranas. Impresiona que esto podría volverlas más propensas a desarrollar trastornos psiquiátricos a futuro.

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El estrés es malo para la salud de niños y adolescentes

Que el estrés es perjudicial para la salud es algo que todos sabemos. Sin embargo, quizá no somos del todo conscientes de la magnitud del impacto, especialmente en los más pequeños.

Uno de los principales efectos directos del estrés es el aumento en la producción de cortisol. Esta es una hormona clave en el metabolismo y participa de múltiples procesos vitales.

Su aumento excesivo y sostenido puede provocar el incremento en los niveles de glucosa en sangre (hiperglucemia) y causar algunas enfermedades, como la diabetes. Además, es causa de hipertensión arterial y esto incrementa el riesgo de enfermedad cardiovascular.

A nivel neurológico, el estrés se relaciona con dificultades para dormir, ya sea para conciliar o para mantener el sueño y el descanso nocturno.

El estrés crónico también afecta a la memoria y al aprendizaje, dos procesos básicos durante la infancia. Esto puede generar dificultades en el rendimiento escolar y otras limitaciones cognitivas.

Finalmente, el estrés mantiene al individuo en un estado de alerta permanente, durante un tiempo prolongado. Todo esto conduce al debilitamiento muscular y a la aparición de enfermedades gastrointestinales, psicológicas (como la ansiedad o la depresión) y problemas a nivel del sistema inmunitario.

Pero a pesar de todo lo anterior, el daño en los niños y los adolescentes es aún mayor, ya que estas etapas son clave para la construcción del individuo. Durante estos años, los niños aprenden a interpretar el mundo y de esta forma establecen sus patrones de pensamiento, sentimiento y conducta.

Por este motivo, las experiencias estresantes en edades tempranas pueden condicionar todas las respuestas futuras ante los sucesos de la vida cotidiana.

Puedes conseguir que tus hijos no se estresen demasiado

A la vista de las importantes consecuencias del estrés en la infancia, es importante evitar que tus hijos tengan este tipo de experiencias. Como esto no va a ser posible el 100 % de las veces, es importante implementar una serie de pautas para reducir su impacto.

Procura ofrecerle un ambiente saludable, tanto en la escuela como en el hogar

Estos espacios son muy importantes para los niños y donde pasan la mayor parte de sus vidas. Por este motivo, es importante que sean entornos seguros, donde los pequeños reciban amor, respeto y orientación.

Si notas que estas condiciones no se están dando, entonces realiza los cambios que sean necesarios. El abuso familiar o el bullying son dos de los mayores estresores de la niñez.

Evita sobrecargarlo de responsabilidades

Revisa con tu hijo su agenda y analiza si es necesario reducir o modificar alguna de las actividades. Muchas veces los niños cargan con más responsabilidades de las adecuadas para su edad y su nivel de madurez. Esto puede generarles angustias o presiones totalmente evitables.

La formación, el deporte o el arte son importantes, pero es imprescindible destinar tiempo suficiente al ocio y al descanso.

Enséñale a tu hijo a gestionar el estrés

Los conflictos y la adversidad llegarán tarde o temprano a la vida de tu pequeño. Por lo tanto, es importante que seas su guía para que pueda enfrentarse a ellos sin padecerlos. De este modo, logrará ser una persona resiliente, capaz de superar los retos y aprender de las circunstancias difíciles.

Para ello debes potenciar su autoestima, trabajar la inteligencia emocional y enseñarle algunas técnicas para reducir la reactividad.

Madre haciendo yoga mientras sus hijos la imitan debido al aprendizaje observacional.

Acerca del estrés en las edades tempranas de la vida

En definitiva, las experiencias de la infancia moldean el cerebro de los niños, así como su personalidad y su comportamiento. Si estas vivencias son estresantes y se sostienen en el tiempo, entonces el efecto puede ser muy negativo para ellos.

Por este motivo, intenta ofrecerle a tu hijo una infancia tranquila y enseñarle los recursos adecuados para enfrentar la adversidad. De esta forma evitarás que el estrés haga mella en su desarrollo.


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