Que los adolescentes trabajen en verano no es una acción reprochable. Si son menores de 16 años no podrán hacerlo de manera formal, pues las leyes no lo permiten. Pero hay tareas sencillas que les permitirán reunir algo de dinero mientras adquieren también independencia y sentido de responsabilidad.
Las vacaciones representan un largo período de ocio que puede aprovecharse para madurar y crecer. Fuera de las clases y las paredes del hogar hay un gran abanico de oportunidades para quienes deseen empezar a trabajar.
Si los padres están de acuerdo, lo primero es enfocarse en las opciones anteponiendo los intereses del niño y sus afinidades. Si le gusta lo que vaya a hacer, la experiencia será grata y estará encaminada al éxito.
En cuanto al empleo indicado, cada provincia tiene leyes o normas que regulan el trabajo de los adolescentes. Es conveniente revisarlas, así como el horario y los pagos establecidos para cada edad; hay que tener en cuenta que los jóvenes merecen recibir la mejor recompensa por su esfuerzo.
Consejos para que los adolescentes trabajen en verano
No hay nada de malo en que los adolescentes trabajen en verano. No obstante, si es la primera vez que lo hacen, deben estar preparados para enfrentarse a la fase de selección.
Cuando el empleador les pregunte: “¿Por qué quieres el puesto?”, quizás lo primero que salte a su mente sea el dinero. Sin embargo, hay otras razones que argumentar y que le darán ventaja frente al resto. Antes de inclinarse ante cualquier oferta, es importante que entiendan que, con el trabajo, conseguirán múltiples ventajas. Estas son algunas de ellas:
Crecimiento personal
En un empleo de verano, el joven aprenderá a socializar, reforzará la seguridad y su autoestima; en definitiva, entenderá que puede ser libre e independiente de sus padres. Comenzará a valorar su empeño y el de otros y sustituirá tiempo de ocio por actividades productivas.
Experiencia laboral
Los trabajos de verano ayudan a aclarar qué se quiere para el futuro; además, que los adolescentes trabajen en verano les permite tener su primera visión sobre el terreno laboral. Puede que cuenten con horarios más flexibles o menos responsabilidades que las asumidas por los adultos, pero adquirirán compromiso y disciplina.
Currículum vitae
El adolescente aprenderá nuevas habilidades y ejercerá un oficio que puede servirle para su desarrollo profesional. Muchos empleos llevan integrados una fase de adiestramiento y certificación. Y aunque se trate de una tarea temporal, una vez finalizada puede solicitarse una carta de referencia, que se anexará a su currículum.
Recompensa monetaria
Aparte de evitar el aburrimiento y las actividades insanas, los trabajos de verano ofrecen beneficios económicos y enseñan a organizar las finanzas. Los jóvenes serán conscientes de lo que cuesta ganarse el dinero y se asegurarán de no malgastarlo. Algunos adolescentes solicitan empleo para sostener sus caprichos y también para contribuir con sus estudios.
“En un empleo de verano, el joven aprenderá a socializar, reforzará la seguridad y su autoestima; en definitiva, entenderá que puede ser libre e independiente de sus padres”
¿Cómo buscar trabajo para los meses de vacaciones?
Aunque se dice que el verano es para descansar de los deberes escolares o divertirse, nada de eso es incompatible con el empleo. Es cuestión de saber buscar y organizarse; la decisión de trabajar debe ser voluntaria y las labores que se desempeñarán deben ser acordes a la vocación del adolescente.
Los trabajos más comunes y más recomendados pasan por cuidar niños, pasear perros, impartir clases de inglés o matemáticas, lavar coches, limpiar jardines, etcétera. Generalmente, se ofrecen en el entorno inmediato del hogar y con personas conocidas; también se podría ocupar un puesto de recepcionista o archivador en una oficina.
Otras opciones, como salvavidas de piscinas o monitores en campamentos requieren mayores responsabilidades. Pero siempre que exista la disposición del adolescente y de los padres, podrán asumirse los retos.
Tal vez haya que hacer un curso especializado, pero valdrá la pena. Repartir folletos o hacer compras por encargo son otras alternativas viables.
¿Interfieren los trabajos de verano en el desarrollo?
A medida que el adolescente va adquiriendo un criterio propio del trabajo y los beneficios que le trae, aspirará a cada vez más: más trabajo, mayores ingresos. Es aquí donde recae el principal temor de los padres a la hora de conceder el permiso; sin embargo, son ellos quienes deben recordarle su obligación con los estudios.
Un miedo recurrente de los padres es que el hijo se haga tan independiente que se plantee abandonar la casa o los estudios. Sin embargo, las estadísticas nos aseguran que, seguramente, no lo hará.
En esta etapa, el joven apenas ha comenzado a ver cuánto cuesta la vida y aún no puede emprenderla en solitario. Teniendo en cuenta todo esto, vale la pena darle la posibilidad de vivir una experiencia tan gratificante.