Ya cambiaste más de dos mil pañales al año y seguramente estás deseando que llegue el verano para ayudar a tu hijo a emprender un nuevo camino. Pues el momento más esperado por los padres en la etapa de desarrollo del bebé es la hora de enseñarle a ir al baño y dejar el pañal.
Sin embargo, el hecho de dejar el pañal plantea una serie de dudas para los padres: ¿en qué momento encaro el aprendizaje? ¿Cómo saber si el niño está listo? ¿Podremos lograr superar este nuevo conocimiento referido a la higiene personal?
Pocos padres están preparados para este proceso que insume mucho tiempo. Paralelamente, algunos niños aprenden en pocos días mientras que muchos otros pueden tardar meses. Incluso, contrariamente a lo que se piensa, mientras más temprano arranque el entrenamiento, más tardará el chico en aprender.
Por ello, es aconsejable que tengas en cuenta unos tips indicadores de que tu hijo está listo para dejar el pañal y aprender a ir al baño para luego poder completar con éxito los pasos básicos del entrenamiento. ¡Conócelos en este artículo!
¿Cuándo comenzamos a intentarlo?
No existe edad precisa en la que el niño esté listo para dejar el pañal. No obstante, la mayoría desarrolla las habilidades físicas y cognitivas necesarias entre los 18 y 24 meses. Aun así, muchos padres prefieren aguardar hasta los dos años y medio o tres.
La decisión de los padres que se toma su tiempo para emprender el aprendizaje del baño es acertada, puesto que si se empieza antes de que el pequeño esté preparado, el proceso suele tornarse más largo. Recuerda que antes del año el chico no controla esfínteres y que incluso quienes dan señas de estar listos, quizás no lo estén.
Asimismo, los padres suelen elegir generalmente el verano para empezar a dejar el pañal ya que es más práctico y cómodo para estos fines por cuanto el nene puede estar con las nalgas al aire, acelerando procesos urgentes y evitando la hecatombe que provoca una mínima fuga.
Señales a atender para dejar el pañal
Señales físicas
- Tiene suficiente equilibrio y coordinación para caminar, incluso cuenta con estabilidad al correr.
- Ya no orina de a ratitos, sino que lo hace en cantidad y de una sola vez.
- Comenzó a presentar deposiciones blandas pero, sobre todo, bien formadas.
- Logra mantenerse seco durante al menos tres o cuatro horas.
Señales de comportamiento
- Puede sentarse y mantener la posición entre dos y cinco minutos.
- Se molesta al tener sucio el pañal.
- Siente curiosidad y trata de imitar a los adultos cuando van al baño.
- Expresa desde lo corporal que está haciendo sus necesidades (hace ruidos, se agacha, o lo manifiesta).
Señales cognitivas
- Obedece instrucciones sencillas.
- Tiene palabras capaces de definir las evacuaciones y la orina.
- Reconoce el momento de ir al baño dado que percibe las señales físicas. De hecho, es capaz de anticiparse al hecho.
- Supera la prueba de los vasos. En pediatría se dice que si le das dos vasos al niño, uno de ellos con agua, y el niño puede pasar tranquilamente el líquido de un vaso al otro sin volcarlo, significa que los esfínteres están preparados para comenzar el proceso de aprendizaje.
Dejar el pañal, paso a paso.
Hazte de los elementos necesarios
El primer paso es elegir, de acuerdo a lo sugerido por el pediatra del niño, una buena pelela o bacinica, o algún asiento ajustable al inodoro de tu baño. Sea cual fuere la elección, chequea siempre que sea cómodo y seguro, así como también que el niño tenga contacto con el suelo.
En el caso del adaptador de inodoro, ten a bien comprar además un banquito para que tu hijo pueda apoyar sus pies en el piso, pues este pequeño gran detalle no solo lo ayudará a subir y bajar del inodoro fácilmente, sino que también le brindará firmeza y estabilidad, así como mayor capacidad para pujar al evacuar.
Esta etapa requiere de mucho tiempo, paciencia y concesiones para con el pequeño. Por ello, déjalo que decore su orinal con pegatinas o que juegue con él cuando lo desee. Y no olvides hacerte de ropa interior con las figuras animadas favoritas de tu hijo.
En el caso de la ropa interior, los padres suelen evaluar entre calzoncillitos o bombachitas de tela o los novedosos pañales desechables que se suben y bajan como si fueran ropa interior, dado que facilitan que el niño se los ponga y se los quite solito.
Explícale el proceso, muéstrale cómo se hace y dile adiós al pañal
Y ahora sí, ¡es hora de dar el puntapié inicial! Primeramente, ubica el orinal en un lugar accesible y cómodo, preferentemente en algún sitio donde el niño pase gran parte del día para que esté a mano, disponible para cuando el pequeño desee utilizarlo.
Explícale a tu hijo que los adultos no utilizan pañales sino que deben hacer sus necesidades en el baño, haciendo hincapié en la conexión que existe entre sus evacuaciones y el inodoro. Incluso, cuando ensucie el pañal, puedes llevarlo al orinal, sentarlo y recordarle que debe hacerlo allí.
No te preocupes o enfades si no quiere sentarse y bajo ningún punto lo fuerces a permanecer sentado ni lo presiones a apresurar un proceso que requiere tiempo y dedicación. Evita que el niño se sienta presionado, pues es un factor que tiende a ralentizar el proceso.
En esta etapa, explícale a tu hijo que le estás enseñando a hacer sus necesidades tal como lo hacen mami y papi. Recuerda que los niños aprenden imitando a los adultos, por lo cual la forma más efectiva de ayudarlos en esta lección es viéndote hacerlo.
Cuando le muestres al niño cómo usar el inodoro, es bueno que le expliques lo que haces y le muestres que te higienizas, vistes, tiras la cadena y finalmente te lavas las manos. Verte haciéndolo lo ayudará a entender el proceso.
Y ten en cuenta estos detalles, dependiendo del sexo de tu hijo: si tienes un varoncito, se recomienda que empiece a hacer pipí sentado y que luego se le enseñe a orinar de pie. Si se trata de una niña, asegúrate de que se limpie de adelante hacia atrás para reducir el riesgo de infecciones urinarias.
Motívalo a dejar el pañal
Deja en claro a tu niño que siempre que necesite tu ayuda para usar su pelela o el adaptador de inodoro o para subir y bajar pantalones o ropa interior, puede acudir a ti. Asimismo, recuérdale que puede hacer uso de sus elementos cuando él guste.
No olvides que cuanto más tiempo permanezca tu hijo sin pañal, más rápido aprenderá. Sí, aun teniendo que estar dispuesta a limpiar algún que otro accidente. Ten calma e invítalo a que se mantenga sentado durante al menos un minuto, haciéndole compañía y ofreciéndole libros de cuentos.
Por supuesto, no dudes en halagar y elogiar al chico cada vez que use correctamente el orinal. De esta manera, comprenderá que este aprendizaje conlleva todo un logro. No obstante, ten mesura y no exageres en tu celebración, pues puede que el nene empiece a ponerse nervioso o avergonzarse tras tanta atención.
Toma con calma y humor sus “accidentes”
No cualquier niño domina de buenas a primeras el arte de ir al baño solito sin sufrir previamente un que otro “accidente”. Ante cada desliz, no te enfades, no lo castigues ni regañes. Pues puede que tu hijo aún no haya desarrollado por completo sus músculos para contener orina y deposiciones.
Puedes reducir el riesgo de derrames vistiendo a tu hijo con ropa fácil y rápida de quitar. En caso de no poder evitar un accidente, mantén una actitud positiva y amorosa mientras limpias el charquito, recordándole que debe usar el bañito.
En definitiva, más temprano que tarde, tu niño aprenderá a dejar el pañal y a ir al baño solo, y toda esta abrumadora etapa no será más que el recuerdo de otra batalla ganada como una madre dedicada y exitosa.