Las rutinas positivas deben darse desde los primeros años de vida. Enseñar hábitos de limpieza y responsabilidad, requiere tiempo, esfuerzo y constancia por parte de los padres. Cuando se trata de los niños, se debe empezar por enseñarles prácticas de higiene personal y de aseo de sus habitaciones.
Como todos los buenos hábitos, se aprenden mucho más fácil con un modelo positivo. Todos en casa deben tener las mismas reglas y responsabilidades en lo que se refiere a la limpieza para volverla una premisa familiar. Estas son algunas claves para enseñar rutinas de aseo.
Comienza por lo más sencillo. Lavarse las manos es una de las prácticas más sencillas e importantes que se pueden enseñar a los hijos pequeños. Enséñales que deben lavar sus manos después de usar el baño, antes de comer y luego de haber tocado un objeto o superficie sucia para evitar que las bacterias vayan al organismo.
La salud humana es un reflejo de la salud de la tierra.
-Heráclito de Efeso-
5 Consejos para construir hábitos de limpieza
1. Haz de los hábitos de limpieza un momento de diversión. Ni la higiene corporal ni la limpieza del hogar tienen que ser momentos aburridos.
Si las conviertes en juego, los niños no tendrán problema en ponerlas en práctica. Inventa un circuito de misiones en los que cada base sea una pequeña tarea de limpieza y lleva un cuadro de progreso para recompensar a quien más limpio esté y mejor haya limpiado su habitación.
2. Justifica la importancia de los hábitos de limpieza. El momento de cepillar los dientes, lavar las manos y limpiar los platos, es ideal para empezar a introducir conceptos como el de salud, bienestar y enfermedad.
Sabiendo qué significa cada una de estas palabras, puedes enseñarle a prevenir enfermedades a través de los hábitos saludables.
3. Usa recursos audiovisuales. A los niños, especialmente cuando son pequeños, les encantan los libros y objetos interactivos de colores vivos. Aprovecha sus períodos de atención para explicarles con un video, unas fichas, una canción o una imagen, lo importante que es estar limpio y ser ordenado.
4. Muéstrales cómo limpiar su habitación. Además de la higiene del propio cuerpo, tus hijos deben aprender a mantener limpios los espacios en los que viven. Desde que son muy pequeños puedes asignarles lugares en la habitación para cada objeto. Haz la cama con su ayuda para que después dejes que lo haga por sus propios medios.
5. Impulsa hábitos de limpieza a la hora de comer. A la hora de comer, puedes sugerirles comportamientos que son adecuados en la mesa y otros que deben corregirse.
Con el paso del tiempo realizará cada acción de forma natural, sin que tengas que decirlo. También pídeles que lleven el plato sucio al lugar indicado y que usen la servilleta para mantenerse limpios.
Para tener en cuenta…
- Enséñales a recoger sus cosas a medida que las usan. Después de terminar la hora de juego, no deberás encontrar objetos fuera de sus sitios.
- Pídeles que tengan el hábito de la higiene oral después de cada comida y antes de dormir. Para facilitar esta tarea, puedes usar un cronómetro e indicarles por cuánto tiempo y cómo deben cepillar sus dientes.
- Con los niños más pequeños, deberás encargarte de la higiene y el cuidado de sus uñas, pero a medida que crecen, puedes conseguir instrumentos seguros que puedan usar por sus propios medios.
- Haz del momento del baño un ritual de diversión que deje huella positiva en tus hijos desde que son bebés para que posteriormente asocien el baño con una acción positiva.
- Si hay una mascota en casa, practica con tus hijos una rutina de limpieza. Pueden bañar juntos al animalito, limpiar sus desechos y mantener limpia su cama. Esta es otra forma de modelar la importancia de tener un entorno saludable, ordenado y libre de suciedad.
Enséñales a mantener limpio el entorno, incluso fuera de casa. Como miembros de una sociedad, necesitamos convivir de una forma saludable. Limpia con ellos los alrededores de tu casa y explícales que nunca deben arrojar basuras en la calle para evitar las graves consecuencias ambientales de esta acción.
Ten en cuenta que para que un hábito se fije en la conducta de un niño o adolescente, debes incluirlo en la rutina familiar, todos los días, sin excepción. De esto dependerá que se convierta en constante y que lo realicen por iniciativa propia.
Bibliografía
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Diaz Tarazona, J. (2015). Formación de hábitos de orden y limpieza en niños del grado jardín (Bachelor's thesis, Universidad de La Sabana.). https://intellectum.unisabana.edu.co/handle/10818/15421
- Quiroz Chávez, J. E. (2018). Experiencia directa y modelado para desarrollar habilidades de autonomía de orden y limpieza del hogar en estudiantes de primaria con discapacidad del Centro de Educación Básica Especial “Dejad que los niños vengan a mí”-UGEL Pacasmayo-distrito Guadalupe-Región La Libertad. http://repositorio.ipnm.edu.pe/bitstream/ipnm/1496/1/QUIROZ%20CHÁVEZ%2C%20Judith%20Esther.pdf