Los niños deben desarrollar la capacidad de distinguir lo correcto de lo incorrecto. Ellos necesitan aprender a tener conciencia moral, y son los padres los encargados de transmitir en sus hijos valores que los preparen para vivir en la sociedad. Por consiguiente, es vital enseñar a tu hijo a ser educado para formar una persona de bien, capaz de integrarse a la sociedad.
El hogar: la primera escuela de la vida
Es dentro del núcleo familiar donde se imparten las primeras lecciones de buenos modales. En esta instancia, es fundamental que los padres prediquen con el ejemplo.
Por lo general, para los niños es más sencillo imitar el comportamiento que los miembros de su familia practican, antes que hacer lo que les piden. Entonces, si tus hijos ven que tratas con educación a todas las personas de tu entorno, comprenderán mejor el mensaje.
En este sentido, en el colegio o en el hogar, debe existir una explicación razonable para las reglas impuestas; siempre ha de haber un valor que le de solidez a cada regla.
Es mejor darle al niño una orden explicándole por qué esta lo beneficia, antes que dar una instrucción sin dar un fundamento válido para ella. El niño entenderá que, si acata la orden que se le da, su acción será recompensada de alguna manera.
Enseñar a tu hijo a ser educado para vivir en sociedad
Los buenos modales son un requisito imprescindible, ya sea que te encuentres en tu casa o lejos de ella. Las normas de cortesía permiten convivir normalmente con las personas que te rodean.
Una prueba de ello es el gran número de reglas de convivencia que se imponen en distintos ámbitos donde convergen las personas. Básicamente, para vivir en sociedad, son necesarias leyes, normas y reglas, debido a que son los códigos de comportamiento que se espera de cada individuo.
Por lo tanto, no esperes que tu hijo se comporte de forma educada si no has cultivado en él determinadas normas de convivencia. Para que un niño tenga buenas relaciones interpersonales, es necesario que sea cortés, educado y respetuoso con todos.
Se puede concluir, entonces, que el proceso de socializar con los demás exige conocer y saber utilizar las normas de comportamiento apropiadamente.
Llevando a la práctica la enseñanza de los buenos modales
La clave para educar a tu hijo está en la constancia, por más resistencia que ponga el pequeño. Por esa razón, deberás ser firme y consecuente con los límites que establezcas.
Probablemente, el niño llegue a sentirse frustrado, pero esto contribuirá a su desarrollo. Por supuesto, ambos padres deben estar de acuerdo y convencidos de lo que enseñarán; el trabajo en equipo es más que necesario.
“La paciencia es la madre de todas las virtudes”
—William Shakespeare—
Táctica para reforzar el aprendizaje de los buenos modales
Algo importante que se debe tener en cuenta es que, si tu hijo se equivoca, debes darle oportunidad y no reprenderlo de inmediato. Tienes que ser paciente cuando comiences a ver los resultados, encómialo y refuerza el buen comportamiento del niño. Esta acción se grabará en su mente y lo incentivará a tener una buena conducta, incluso en tu ausencia.
Importancia de la educación en tus hijos
Es posible que el niño tenga buena retención y memorice todas las normas y los valores que le enseñes, pero no se trata de eso. En realidad, es cuestión de que el niño pueda reconocer o diferenciar lo bueno de lo malo al interactuar con otros. De esta forma, se estará capacitando para socializar con los demás con seguridad y autoestima.
El infante debe entender que, si le da atención a las demás personas, esto será recíproco de parte de ellos. Enseñar a tu hijo a ser educado le da las bases para un correcto desarrollo social. Es por medio del buen comportamiento y el buen trato que un niño puede establecer lazos con sus compañeros con más facilidad.
Padres, cuidado con los extremos
Ser demasiado estricto a la hora de poner reglas puede crear conflictos en la conducta del niño. Los excesos siempre son negativos, incluso al hablar de los buenos modales del niño.
Incluso podría llegarse al extremo de que el pequeño se limite a obedecer las reglas sin razonar si son para su bien o no. En tal caso, estaríamos en presencia de un niño inseguro y sumiso, incapaz de reforzar su autoestima.
En conclusión, el propósito de enseñar a tu hijo a ser educado es otorgarle normas de convivencia que le permitan tener éxito en su vida social. Un niño cortés se convertirá en un adulto sano socialmente y con excelentes relaciones interpersonales.