La procrastinación es ese pesado hábito de dejar para mañana lo que se puede hacer hoy y prolongar las tareas que debemos hacer por haberlas relacionado, equivocadamente, con cambio, dolor, sacrificio o trabajo.
Todos hemos procrastinado algo en algún momento o somos procrastinadores de oficio. Más que vergüenza por nuestro comportamiento, debemos asumirlo como una debilidad de nuestro carácter y reemplazarlo por buenos hábitos para evitar que el holgazanear sin rumbo se transforme en regla en nuestros hogares y vidas.
Enseña a tu hijo a no procrastinar con el mejor de los maestros: el buen ejemplo. Por eso esta serie de tips si bien van dirigido a tus hijos, puedes también aplicarlos en ti.
Procrastinar es un mal en estos días del multitasking, entretenimiento, disfrute y goce instantáneo, por esa razón este post elaborado -luego de holgazanear por varios días- enseña cómo no prolongar las tareas y deberes y cumplir con los compromisos y las obligaciones que a largo plazo serán bien recompensadas.
¡Deja el cortoplacismo y manos a la obra por esos objetivos y sueños que merecemos alcanzar!
Enseña a tu hijo a no procrastinar
“No dejar para mañana lo que puedes hacer hoy”
Este dicho popularizado a lo largo del globo terráqueo nos dice una gran verdad. El presente es el único tiempo en el que tenemos control y podemos asumir actividades para mejorar nuestro futuro. Entonces, que mejor momento para hacer las tareas programadas que ahora. Enseña a tus hijos esta forma efectiva y productiva de asumir la vida.
Regla de los dos minutos
En línea con los preceptos del párrafo previo, la regla de los dos minutos acuñada por el programa GTD (en español Organízate con eficacia) y el escritor David Allen, nos invita a ponernos de pie e ir a hacer esas tareas que no nos quitan más de dos minutos de tiempo.
Tan simple como no posponer, para luego no rumiar nuestra cabeza con culpas por no hacer esa llamada importante que no demoraría más de dos minutos. Si las tareas acumuladas por tu hijo de manera individual no tardan más de dos minutos, junto a él, vayan y háganla ahora mismo.
Compromiso/recompensa
Obtén resultados positivos enseñando a no procrastinar a tu hijo con esta regla de recompensar lo bien hecho y en su tiempo. Aplica esta regla sobre todo a las tareas que demandan tiempo y esfuerzo de tu hijo. Luego de cumplir con la clase de matemáticas podrá jugar en la consola de videojuegos.
Además muéstrale que el logro del objetivo es en sí mismo un valioso premio a su esfuerzo y disciplina.
Ten en cuenta que si esa tarea o actividad impuesta a tu hijo comienza a molestarle quizá la razón es porque no le gusta o preferiría alguna actividad más alineada a sus intereses. Siempre es importante revisar, junto a tu hijo, sus sueños y compromisos para saber si estos están en sintonía con sus pasiones.
Establecer rutinas
Junto a tu hijo elabora cronogramas de actividades y establece rutinas. Las rutinas nos permiten estructurar nuestro tiempo y evitar el desgaste de este en actividades sin un propósito claro o el consumo ineficiente del tiempo.
Además, la rutina nos permite aplicar cierta inercia a las tareas diarias que las hará más fáciles de realizar.
Aprender a decir no
Cuando somos adultos, decir no no es un problema. Es una ventaja enseñarle a tu hijo a no comprometerse más allá de sus posibilidades y reconocer los contextos en los que un “no” sin culpa, es la mejor manera de salvarse de penosas tareas o compromisos que no sumarán a su crecimiento.
Dividir las grandes tareas
Por lo general, a veces evitamos iniciar una actividad porque tenemos miedo a asumir el reto y no nos creemos capaces de realizarlo. La ansiedad nos abruma y terminamos paralizados. Enseña a tu hijo que este tipo de tareas es mejor abarcarlas por etapas.
Dividir las grandes tareas e iniciarlas paso a paso nos ayudará a concluirlas con éxito y sin traumas asociados.
Evitar las distracciones
El multitasking (multitarea) y la distracción son enemigos de la concentración y aliados de la procrastinación. Cuando tu hijo tenga algún compromiso o tarea evita que se distraiga con la televisión, dispositivos móviles o juegos de vídeo.
Establece en la casa un lugar de trabajo libre de distracciones y comparte con él el horario de tareas y trabajo.
Para evitar la multitarea, que si bien en algunos casos es beneficioso, en otros es un derroche de tiempo y energía en múltiples actividades hechas sin objetivos claros. Enseña a tu hijo a realizar una actividad a la vez y después de que esta haya sido conquistada, ir a por la siguiente.
Bibliografía
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