Dieta para aliviar el estreñimiento infantil
¿Sabías que del 0,7 al 30 % de los niños tiene estreñimiento? ¿O que el 95 % de todos los casos son de tipo funcional? Eso quiere decir que no existe ninguna causa aparente que lo justifique, por lo que su diagnóstico se estable acorde a los criterios Roma IV que mencionaremos más adelante. Además, entre los múltiples tratamientos, destaca la alimentación. Por ello, vamos a contarte cómo ha de ser la dieta para aliviar el estreñimiento infantil.
Pero antes, ¿sabrías detectar el estreñimiento en tu hijo? A pesar de que la idea habitual es la dificultad para ir al baño o que las heces sean duras, es necesario que ocurra durante al menos 3 veces por semana en un periodo de un mes. Incluso, puede acompañarse de incontinencia fecal, dolor e hinchazón abdominal.
Y, por último, ¿qué nutrientes crees que son necesarios para favorecer el tránsito intestinal? Vamos a verlos uno a uno de manera detallada.
El papel de la fibra en la dieta para aliviar el estreñimiento infantil
Sin duda, la fibra es el nutriente que siempre se tiene en cuenta a pesar de que en niños su consumo es bajo. ¿Por qué? Apenas comen frutas, verduras, hortalizas y legumbres. Además, los acostumbramos a la versión refinada del arroz, la pasta y el pan.
La recomendación diaria es de 10-19 gramos diarios a partir de los 12 meses hasta los 13 años. Sin embargo, apenas consumen 8-12 gramos, tal y como se refleja en el siguiente estudio acerca del consumo de fibra en Europa.
Por lo tanto, el objetivo es alcanzar el rango normal mediante el consumo de frutas enteras, verduras y hortalizas (1-2 veces al día), legumbres (3 veces a la semana como mínimo), frutos secos e intentar, en la medida de la posible, incorporar la versión integral del pan, el arroz y la pasta.
Sin embargo, ten en cuenta que la ESPGHAN/NASPGHAN (Sociedad Europea de Gastroenterología Pediátrica, Hepatología y Nutrición) consideran que superar la ingesta diaria recomendada no resulta beneficioso.
Ingesta de líquidos para prevenir el estreñimiento en niños
Junto a la fibra, beber suficiente agua (1,5-2 litros al día) es la primera intervención para combatir el estreñimiento en cualquier etapa de la vida. Su función es aumentar la consistencia de las heces y que estén bien lubricadas para circular a lo largo del intestino. Como consecuencia, disminuye el esfuerzo para evacuarlas.
Ocurre lo mismo con el aceite que también logra lubricar la mucosa, a pesar de que no suele mencionarse demasiado. En niños, se recomienda un mínimo de 2 cucharadas soperas para cocinar y aliñar las comidas. Normalmente, se tiende a añadir menos cantidad por temor a ganar peso cuando las grasas son imprescindibles para generar hormonas y vitamina D.
Asimismo, se recomienda darles zumos de manzana, ciruela o pera, ya que tienen un efecto laxante por ser frutas ricas en sorbitol.
¿Por qué y cuándo se aconseja evitar la leche de vaca?
Evitar la leche de vaca es una estrategia útil en los casos en los que el manejo convencional es inefectivo, especialmente en niños con alergia a la proteína de leche de vaca. Parece ser que es un síntoma secundario a causa de la inflamación de la mucosa del colon, cuya mejora se observa en el 28-78 % de los casos.
¿Resultan efectivos los probióticos y los prebióticos en la dieta para aliviar el estreñimiento infantil?
En primer lugar, los probióticos son microorganismos vivos que colonizan el intestino para favorecer la digestión, la absorción de nutrientes, etc. En cambio, los prebióticos son su alimento, que se encuentra en los vegetales, el arroz y la patata.
Pero, a pesar de que algunas especies como las Bifidobacterium y Lactobacillus aumentan la frecuencia de defecación y el tránsito intestinal, la heterogeneidad de los estudios por la dosis, especies y duración de su uso dificulta que haya un consenso para recomendarlos.
Otras estrategias complementarias a la dieta para aliviar el estreñimiento infantil
Aunque nos hayamos centrado en la dieta, los laxantes sirven para desimpactar las heces y evitar que se genere un tapón. El tipo dependerá del cuadro clínico y los efectos secundarios que se derivan, aunque los más utilizados son los enemas orales, las sales de magnesia o el aceite mineral. También se aconseja que los pequeños hagan ejercicio físico a diario para estimular el movimiento intestinal.
Por último, todos los profesionales insistimos en empezar por el estilo de vida, potenciar el consumo de verduras y frutas a diario, beber agua tanto con las comidas como entre horas y usar aceite. Si no observas ninguna mejora, es importante acudir a un médico para que valore la situación y prescriba el fármaco que crea conveniente.
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