Descubre el dolor que experimentamos las madres durante el parto

¿Te da curiosidad conocer cómo es el dolor de las madres durante el parto? A continuación te detallamos un poco su naturaleza y te brindamos información sobre cómo manejarlo.
Descubre el dolor que experimentamos las madres durante el parto

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 01 mayo, 2022

“Agonía pura”, así suelen definir muchos el dolor que experimentamos la mayoría de las madres durante el parto. Profundo, intenso, envolvente. Realmente es muy complejo intentar conceptualizarlo, o cuando menos describirlo. Inexplicable cómo el amor anestesia nuestro cuerpo para hacer tolerable este momento único.

Como pueden deducir, la ciencia se pronunció al respecto.

Incluso ofreció interesantes comparaciones que nos acercan a una somera aproximación de lo que siente toda madre el día más importante de su vida. “Del mismo dolor, vendrá un nuevo amanecer”, reza la poesía de una canción popular. Nada mejor para describir esa cita donde se conoce al verdadero amor de nuestras vidas.

El mundo exige resultados. No le cuentes a otros tus dolores del parto. Muéstrales al niño

-Indira Gandhi-

El dolor de las parturientas, en números

Según establecen en diversos estudios científicos, el cuerpo humano puede tolerar hasta 45 unidades de dolor. Sin embargo, las mujeres que dan a luz mediante un parto natural a sus bebés traspasan ampliamente tal valor promedio.

Pues durante el parto una madre puede llegar a experimentar hasta 57 unidades aproximadamente. Pero esto no es nada. Porque tanto si este dato te parece ínfimo o si estás profundamente sorprendida, no puedes ignorar sus equivalencias.

Según investigadores, el dolor que toda mamá experimenta durante el parto vaginal se equipara al de una quebradura simultánea de 20 huesos. Nada más ni nada menos que eso. Tan asombroso y curioso, como sinceramente admirable la valentía y fortaleza femenina en esta maravilloso acto de amor.



El dolor del parto 2

Dar a luz es el único dolor en la vida que vale la pena sufrir

-Anónimo-

Ahora bien, seguramente te estás preguntando “¿es posible medir el dolor ajeno?”. La realidad es que existe otro estudio. En él afirman que cuando hablamos de tal sufrimiento nos referimos a la respuesta de las células nerviosas (nociceptores), que captan el dolor o los estímulos dañinos.

Estas reaccionan a los dolores que superan un umbral determinado, enviando señales a la médula espinal y al cerebro. Ello concluye en el dolor, y en una reacción que intenta calmar esa incomodidad o malestar. Como conclusión del estudio, resulta muy complejo medir el dolor, dado que es subjetivo.

El dolor del parto es una experiencia única

Cada mujer experimenta el dolor de manera distinta y su grado dependerá de muchos factores:

  • El nivel de tolerancia.
  • La posición del bebé.
  • La fuerza de la contracciones.
  • La experiencia de otros partos.

El dolor del trabajo de parto tiene dos componentes: uno visceral generado por el útero y uno somático, en vagina y periné. Se da entonces una distención de las estructuras pelvianas y contracciones uterinas. A todo ello lo acompaña un dolor lumbar continuo.

El dolor activa una respuesta al estrés y altera los sistemas pulmonar y cardiovascular. La hiperventilación por su parte, afecta el bienestar fetal, por lo que se hace importante la preparación durante el embarazo y específicamente, el control analgésico en el parto.

En el embarazo

La preparación de las madres incluye rutinas de ejercicios, relajación corporal y mental, técnicas de ventilación y simulacros de trabajo de parto.

Las Técnicas de Relajación Progresiva de Jacobson se utilizan para reducir la ansiedad y el estrés. Mejoran el vínculo afectivo prenatal y en el parto disminuyen el dolor de las contracciones.

En el parto

En obstetricia, la analgesia epidural es la más utilizada, pero no por ello deja de ser inocua. Por eso muchas madres prefieren terapias analgésicas complementarias como la:

  • Termoterapia: la inmersión en agua tibia de la madre reduce el dolor y las contracciones.
  • Crioterapia: la aplicación de almohadillas de gel en la zona perineal, reduce el edema y los traumatismos. En forma de cinturón, reduce el dolor de la expulsión y alivia las contracciones.
  • Masoterapia: alivia la presión en la espalda, relaja física y emocionalmente, ayuda a eliminar líquidos y toxinas y mantiene la elasticidad y flexibilidad del cuerpo.
  • Acupuntura y acupresión: los puntos utilizados por esta técnica oriental para reducir el dolor en el parto son las orejas, manos y pies. Reduce el uso de analgésicos, de la epidural y el uso de ventosas o fórceps.
  • Inyección de agua estéril: provoca un alivio significativo del dolor continuo en la zona lumbar durante el parto.

Entre los métodos más conocidos para manejar el dolor se encuentra el Método Lamaze, que no evita el dolor, pero reduce la intensidad concentrando a la madre en un punto focal, en cosas como la respiración controlada, los movimientos y posiciones durante el parto y el masaje.

Este método incluye la presencia del padre o de un familiar durante la preparación del parto y en el alumbramiento.

Todo por el amor de madre a hijo

Sea como fuere, la gran mayoría de las madres que enfrentaron este -aún mágico- momento, entiende a la perfección de lo que hablamos. Por esto mismo, creerá totalmente ciertas las equivalencias establecidas. Pero aún así sabe muy bien que eso no es lo más importante, o lo que más recuerda de “su día especial”.

Porque en definitiva el amor de una madre por sus hijos es mucho más fuerte que cualquier padecimiento. Se trata de una fuerza motriz que nos empuja a lograr aquello que creíamos imposible. Nos dota de una valentía y una fortaleza que desconocíamos profundamente.

Nos empuja a seguir, a vencer todo obstáculo. A olvidar dolores, a derribar temores y a desechar dudas. Nuestros hijos, así, se convierten en esa debilidad que nos convierte en seres realmente poderosos. Nos llenan de energía, nos empujan a conseguir imposibles.



El dolor del parto 3

Hay lugares en el corazón que no descubres hasta que amas a un niño

-Anne Lamott-

Por eso y por mucho más estamos frente a una nueva oportunidad para agradecer a nuestras madres por darnos la vida. Guerreras del amor, artesanas de la vida, protectoras de sueños. Gracias a ellas llegamos a este mundo, y también debido a ellas somos lo que somos.

En definitiva, celebramos más que una cuestión meramente biológica sino también social. Pues qué más da si el niño llegó por parto natural o cesárea. Si después de todo, en el fondo se esconde ese mismo amor que no entiende de límites pero sí conoce de esfuerzo, sacrificio y dedicación.


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