Depresión en las madres que se quedan en casa

La depresión de las amas de casa es real, pero es importante entenderla para superarla y vivir una vida plena.
Depresión en las madres que se quedan en casa
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 20 septiembre, 2020

No es fácil ser ama de casa, aunque en la sociedad no se valore lo suficiente. Además, existe, y cada vez está más en alza, la depresión en las madres que se quedan en casa. Esto es así porque sienten soledad, aislamiento y pérdida de propósito en la vida. Este fenómeno afecta a más de una cuarta parte de las madres (y padres) que no trabajan fuera del hogar de manera remunerada.

La depresión de las madres que se quedan en casa

Antes de ser madre es posible que estuvieras trabajando en algún campo que te gustase o que llenases tu tiempo con actividades que nada tenían que ver con poner lavadoras todo el tiempo o cocinar. Tu pasión y tu trabajo eran reconocidos en el mundo “real”, fuera de tu casa.

Aunque, en el momento en que te convertiste en madre, pasaste a quedarte en casa para cuidar a tu pequeño bebé. Esto puede haber hecho que sientas que tu identidad haya cambiado por completo por una palabra: “mamá”. Puede que te sientas confundida, enfadada, triste… y sola.

Mujer con depresión sentada en el sofá.

Es posible que sientas que cada día te esfuerzas para descubrir dónde encajas en el mundo ahora mismo. Tus sueños y metas se siguen cumpliendo en tu mente, pero no en tu realidad. Por eso, quizá sigas pensando en formas en las que puedes hacer que funcione al mismo tiempo que crias a tus hijos, pero no es fácil.

Ser ama de casa es agotador

Por si fuera poco, ser ama de casa es agotador. Te pasas los días preparando almuerzos, llevando a los niños a la escuela o a las actividades extraescolares, entreteniendo y cuidando a tu bebé, haciendo la colada, preparando la comida, limpiando la casa… La lista es interminable, pero la sientes insatisfactoria.

Según un estudio de Gallup de 2012, que incluyó a más de 60000 mujeres estadounidenses, las madres que se quedaron en casa informaron sentir más tristeza, estrés, ira, preocupación y depresión que las madres empleadas.

La encuesta también concluyó que las madres que se quedan en casa no sienten tantas emociones felices. Sonríen menos, aprenden menos cosas y experimentan una disminución del disfrute de la vida en general.

El estigma en torno a la depresión de las madres que se quedan en casa

Las madres (y padres) que se quedan en casa no quieren compartir sus quejas porque sienten que la sociedad les acusará de desagradecidos. Para muchos, quedarse en casa es como un “regalo” para tan solo unos pocos afortunados que se pueden quedar en el hogar todo el día sin tener que ir a trabajar porque pueden conseguir ingresos de otra manera para la familia, como el trabajo de la pareja, una herencia, ingresos por alquileres, etc.

Hay gente puede incluso afirmar que tiene una vida “fácil” y “libre de estrés”, ya que su cónyuge tiene un sueldo lo suficientemente grande para mantenerlo y puede compartir cada pequeño hito con su hijo.

Las madres que salen en Instagram u otras redes sociales tampoco ayudan, porque muestran una realidad en sus imágenes que poco tiene que ver con la verdad.

Parece que estar en casa es fácil y divertido, pero muchas madres no lo sienten así. El estigma de las madres que se quedan en casa puede hacer que te sientas resentida e incomprendida. Incluso, puedes sentir culpa por los sentimientos negativos que tienes, pero no debe ser así.

Haz lo que te haga sentir mejor

Es importante que si sientes que debes acudir al trabajo, lo hagas, aunque sea a jornada parcial. No obstante, si quieres o necesitas quedarte en casa, hay maneras de superar esta depresión que te limita emocionalmente.

Mujer con su recién nacido en casa sufriendo depresión porque se queda en casa.

Puedes hablar con un amigo, escribir un diario, unirte a grupos de apoyo, programar citas con amigas, ir a cenas, trabajar para lograr objetivos (como hacer deporte para una maratón), etc. Haz aquello que te haga sentir bien contigo misma. Tener algo que esperar puede ayudarte a salir de la rutina.

Busca tiempo libre para ti

También te mereces un tiempo libre. Permite que tu pareja o una niñera cuide a tu hijo mientras disfrutas de un tiempo ininterrumpido para ti. Esto puede hacer que te sientas renovada, rejuvenecida y un poco más lista para abordar la maternidad y las tareas al ser ama de casa.

Si la depresión está afectando tu vida diaria o si sientes que es demasiado para controlarlo tú, no dudes en consultar a un profesional. Dependiendo de la gravedad de tus síntomas, es posible que te recomienden psicoterapia, grupos de apoyo o medicamentos antidepresivos. Recuerda la importancia que tiene cuidarte a ti misma para poder cuidar bien a tu familia e hijos.


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