¿Cuándo preocuparse por la digestión y las heces de tu bebé?

Las heces de tu bebé pueden decir más de lo que imaginas. Cuando eres mamá primeriza, cada cambio en sus deposiciones suele generar preocupación. ¿Es normal que tenga ese color? ¿Por qué hoy hizo menos? ¿Le está cayendo mal la comida? Aunque la digestión de los bebés evoluciona rápido y las variaciones en la deposición suelen ser normales, es importante saber cuándo buscar ayuda.
Las heces de tu bebé pueden pasar del negro del meconio al amarillo mostaza, y luego cambiar acorde a la alimentación que reciba. Sin embargo, hay ciertos signos que conviene conocer para saber cuándo todo está dentro de lo esperado y cuándo es momento de consultar con un pediatra.
Cada bebé tiene su propio ritmo intestinal
Como padres, es normal preocuparnos por la digestión de nuestros pequeños. Pero debemos recordar que durante los primeros meses de vida, el sistema digestivo del bebé todavía está madurando. Eso hace que el número de deposiciones y la consistencia varíen mucho de un niño a otro. Algunos hacen varias veces al día, otros pueden hacerlo menos.
El ritmo intestinal en bebés (0-6 meses) depende de múltiples factores: su tipo de alimentación, la madurez de su sistema digestivo y hasta su nivel de actividad. Por eso, observar los cambios en sus heces e informarnos sobre qué esperar en cada etapa es clave para entender cómo se adapta su organismo y reconocer si todo avanza con normalidad.
Los expertos explican que los bebés alimentados solo con leche materna suelen tener deposiciones más frecuentes, blandas y de color amarillo; mientas que los pequeños que toman fórmula tienden a hacer popó con menos frecuencia y una textura un poco más firme. Ambos casos son normales, siempre y cuando el niño goce de buena salud, esté alimentándose bien y ganando peso.
Señales que no deben pasarse por alto
Existen varios signos de que las cosas no marchan bien y en estos casos es necesario consultar a un pediatra de inmediato.
- Llanto intenso al evacuar: si tu hijo presenta un dolor evidente puede indicar estreñimiento o problemas mayores.
- Heces muy duras o con sangre: nunca deben pasarse por alto y debes acudir a consultar porque no es algo normal.
- Diarrea persistente: puede provocar deshidratación en poco tiempo, por lo que hay que controlarla para evitar complicaciones.
- Falta de apetito y fiebre: pueden surgir al cambiar la alimentación de tu bebé, si es el caso busca el consejo de tu pediatra.
- Ausencia total de evacuación por varios días: si tu bebé lleva más de dos días sin hacer popo, llévalo cuanto antes a que lo revise un profesional.
Dudas frecuentes de los padres
Es normal que surjan preguntas al notar cambios en las heces de tu bebé. Para ayudarte a diferenciar lo que hace parte normal del desarrollo digestivo de los pequeños y reducir la ansiedad, te compartimos algunas de las dudas que más se repiten entre los papás y mamás.
1. ¿Es normal que un bebé haga caca en cada toma?
Sí, algunos pequeñines tienen un tránsito muy activo, sobre todo si se alimentan exclusivamente de leche materna. Según un estudio de The Journal of Pediatrics, de las 0 a las 14 semanas las heces suelen ser muy frecuentes y blandas, en comparación con niños pequeños de 15 semanas a 4 años.
2. ¿Debo preocuparme si pasa dos o tres días sin evacuar?
Aunque pueda parecer extraño, si tu bebé sigue comiendo bien y no presenta dolor e hinchazón, en la mayoría de los casos no es motivo de alarma. Pero luego de este tiempo, si aún no hay deposiciones, lo mejor es llevarlo al pediatra.
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3. ¿El color del popó debe ser el mismo?
No, las heces de tu bebé pueden variar dependiendo de la dieta y la digestión. Algunos estudios han resaltado que al nacer, lo más común es que el meconio les dé un tono negro o verde oscuro. Luego, con la leche materna o de fórmula la caca se torna de color verde, amarillo mostaza o marrón y esto es normal. Lo que sí preocupa son las heces blancas, negras persistentes o con sangre.
Consejos prácticos para favorecer un tránsito intestinal saludable en bebés
Como padres, podemos aplicar pequeñas rutinas diarias que favorecen el bienestar digestivo de nuestros hijos. Por ejemplo, darles un masaje abdominal con movimientos suaves y circulares alrededor del ombligo, en sentido de las agujas del reloj, estimula los intestinos y alivia los gases. Otro ejercicio efectivo es la bicicleta con las piernas para ayudar a facilitar el tránsito.
Recuerda que la leche materna es el alimento más fácil de digerir y el que mejor regula la flora intestinal de tu bebé. En el caso de darle fórmula, procura contar con el aval de un pediatra y preparar el biberón siguiendo las indicaciones exactas. Si notas estreñimiento recurrente, es necesario que acudas a consultar.
Ten presente que basta con darle a tu bebé leche materna o de fórmula para mantenerlo bien hidratado. No se recomienda darle agua, infusiones herbales ni remedios caseros sin indicación médica, ya que puede afectar su flora intestinal. Y el consejo más importante: confía en tu instinto. Si tu bebé tiene dolor de estómago persistente, lo mejor es buscar orientación profesional.
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¿Cuándo llamar al pediatra de inmediato?
Hay situaciones en las que la recomendación es clara: no esperes y consulta. Los pediatras prefieren que acudas aunque no sea nada grave, que dejar pasar un problema que puede complicarse sin atención médica. Así que visita a tu médico de confianza en caso de que tu hijo tenga:
- Heces con sangre o mucosidad persistente.
- Diarrea continua acompañada de fiebre.
- Vómitos constantes y rechazo al alimento.
- Hinchazón abdominal pronunciada.
- Falta de energía y respuesta habitual.
Ahora que tienes más claro que es normal y qué no al hablar de las heces de tu bebé, puedes reaccionar con más calma ante los cambios digestivos que pueden presentarse. Y si sientes que algo anda mal, confía en tu instinto materno y busca información confiable y apoyo médico. A veces, un simple chequeo puede despejar muchas dudas y devolverte la calma.
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