No hay varitas mágicas que te ayuden a conseguir que tus hijos hagan las cosas tal y cómo tu quieres que las hagan, porque ellos tienen su propia personalidad y su forma de hacer las cosas. Si tu hijo no coopera lo mejor que puedes hacer sin dudarlo es darle opciones.
Las opciones son las herramientas más útiles para poder gestionar la vida con niños pequeños y para que también, aprendan a cooperar en casa. Dar alternativas a los pequeños de la casa es casi como tener una varita mágica.
Un ejemplo muy fácil de entender para dar opciones a los niños puede ser: ¿Quieres ir a la cama ahora o en cinco minutos? ¿En cinco minutos? Vale, pero tendrás que ir a la cama en cinco minutos sin importar nada más”. (En este ejemplo el niño obviamente decide en cinco minutos).
Dar opciones siempre es la mejor solución
Es posible que ahora mismo te estés preguntando cómo es posible que este truco funcione tan bien, ¡parece demasiado bueno para ser verdad! Esta opción es la mejor solución porque es un ganar-ganar. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que ninguna de las dos partes sale perdiendo, el niño no siente que se le está imponiendo nada y le das opciones para que todo esté bien y todos estéis felices.
Así si tu hijo escoge una de las dos opciones todos salen contentos de la situación, las luchas de poder quedarán en el pasado y no estarás obligando a tu hijo/a que haga algo, sino que tu hijo/a será el que tome la elección de hacerlo o no hacerlo (estarás evitando problemas de conducta).
Es necesario que sepas que un niño cuando no coopera es porque no le gusta sentirse obligado a hacer algo, cuando cambias esta perspectiva y se da cuenta que él es protagonista de la elección la cooperación llegará sola. Pero para que esta técnica funcione, es necesario hacerlo bien, pero… ¿cómo se hace bien?
Establece unas opciones limitadas
Nunca más de dos o tres y que sean lo más apetecibles para tu hijo y que no sea algo que pueda ser considerado inaceptable para ti. Para los niños pequeños es necesario que las opciones sean entre dos y fáciles de entender, por ejemplo: “¿Quieres ponerte la chaqueta tú solo o te la pongo yo?”.
Pero a medida que los niños van haciéndose mayores, entonces las opciones pueden complicarse algo más y adaptarlas a ellos, por ejemplo: “Si no quieres hacer fútbol me parece bien, pero deberás elegir una actividad física de las que puedes realizar”. Así se sentirán más independientes y dueños de sus propias decisiones.
Los niños deben entender que son su responsabilidad
Es necesario que las opciones que se utilizan en un niño que no coopera y que el objetivo es que sí coopere, es darles opciones que ellos pueden realizar correctamente. Por ejemplo, puedes decirle a tu hijo que cuando acabe la tarea escolar, podréis salir a pasear o hacer manualidades. Así, tu hijo podrá escoger la opción que más le interese sin sentir que ha sido una imposición.
En cambio, si le dices: “Después de que hagas la tarea haremos manualidades” es posible que tu hijo no quiera hacer ni deberes ni manualidades, solo porque siente que le estás obligando a ello.
Siempre existirán las consecuencias
Algo importante que los niños deben aprender con esta técnica es que toda acción tiene consecuencia (positiva o negativa). Por ejemplo, si tu hijo tiene un examen le puedes decir que es su elección estudiar para sacar buena nota y estar seguro, pero si no lo hace tendrá consecuencias negativas… que pasarlas también habrá sido su elección.
Es necesario que las opciones que ofreces a tus hijos sean opciones que puedas soportar, por ejemplo si no quieres que suspenda bajo ningún concepto deberás ayudarle a aprender técnicas de estudio, a tener motivación y a que sea mejor estudiante.
Todos estos consejos son adecuados para cualquier niño que no coopera en las actividades diarias de casa, pero no puedes olvidar que la empatía es lo más importante para que tu hijo entienda que las cosas pueden ir bien. Tu hijo necesita sentirse comprendido y así podrá tomar una decisión más acertada. Deja de lado las luchas de poder y sé consecuente con las consecuencias que establezcas, porque un niño que coopera más es mucho más feliz en casa.