Cuando un hermoso bebé llega a la vida de sus padres, ellos anhelan verlo evolucionar día a día. Pues, desean guardar en su mente cada uno de los cambios que atraviesa durante el crecimiento.
Además, tienen la intención de ayudarle a descubrir y a perfeccionar cada una de sus habilidades. Esto debido a que lo que más quieren es que su hijo tenga un desarrollo óptimo y adquiera todas las herramientas necesarias para saber desenvolverse día a día.
Sin embargo, los niños crecen muy rápido. Tanto así que llega un punto en el que los padres creen que todo el proceso aconteció en un simple abrir y cerrar de ojos.
Por lo tanto, es normal que los invadan una gran cantidad de sensaciones nostálgicas. Esto ya que son conscientes de que más pronto de lo que pensaban llega el fin de la hermosa etapa de la primera infancia.
Debido a ello, se pueden preguntar una y otra vez “¿cuándo creciste tanto, mi adorado bebé?” Pues, el proceso de la paternidad ha sido tan lindo que piensan que solo han pasado algunos pocos días desde que llegó a iluminar sus vidas.
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El momento de la nostalgia
Los padres conocen el amor puro cuando nacen sus hijos y sienten que comienzan a vivir los instantes más llenos de magia. A causa de ello, nunca llegan a imaginar que ese momento puede pasar tan rápido.
Pero, con el paso de los días se dan cuenta de que la realidad es diferente. Por lo tanto, los invade la nostalgia porque se alertan de que pronto dejarán de realizarse muchos planes a los que estaban acostumbrados.
Pues, el crecimiento le da al niño mucha más libertad. De esa manera, ya no pedirá los brazos con tanta frecuencia, sino que preferirá animarse a explorar nuevas experiencias.
Además, iniciará a dormir en su propio cuarto. Por lo tanto, ya no pedirá con la misma recurrencia el pecho de mamá para poder conciliar un sueño placentero y reparador.
De igual manera, los padres saben que en muy poco tiempo llegara el día en el que sus niños no estarán con ellos todo el tiempo. Pues, tendrán que afrontar otras obligaciones tales como la entrada al jardín.
A raíz de esos hechos, su mente se llena de un montón de recuerdos hermosos. Esto debido a que aprecian cada uno de los momentos que han podido vivir día tras día en compañía de su amado bebé.
Tanto así que en muchas ocasiones deciden guardar elementos que les recuerden la vivencia y el aroma de un momento determinado. Pues, la infancia de su bebé nunca volverá, pero quedará por siempre guardada en sus corazones.
Hijo, creciste y la felicidad también se hace presente
Aparte de la nostalgia, la felicidad también invade a los padres cuando son conscientes del crecimiento de sus hijos. Pues, se sienten orgullosos de cada una de las capacidades que han podido desarrollar con el paso del tiempo.
De igual manera, se llenan de alegría al ver que sus hijos pueden desenvolverse de la mejor manera en el día a día. Esto debido a que han perdido el miedo de relacionarse con las demás personas y pueden hacer una gran cantidad de actividades por su propia cuenta.
También, los padres son muy felices al saber que todos los días su hermoso bebé se ha llenado de aprendizajes que le servirán para el resto de la vida. Además, sienten satisfacción de saber que su hijo ha tenido un crecimiento sano y amoroso.
Lo mejor de todo es que se sienten tranquilos con ellos mismos. Pues, son conscientes de que disfrutaron cada una de las etapas de crecimiento de su bebé y en el futuro no tendrán que arrepentirse de ningún desplante.
Disfrutar es el mejor camino de todos
Es así como los padres no deben ahorrarse ningún momento durante la infancia de sus niños. Esto debido a que llegarán los días en los que es necesario dejarlos volar tanto como quieren.
Por eso, lo mejor que pueden hacer es abrazarlos, besarlos y expresarles su amor todo el tiempo. Pues, de esa manera, sentirán que disfrutaron sus primeros años al máximo y que siempre podrán recordarlos con amor a través de los recuerdos imborrables que guardaron en su mente.
Bibliografía
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- Altamirano-Bustamante, Nelly F., Altamirano-Bustamante, Myriam M, Valderrama-Hernández, Alejandro, & Montesinos-Correa, Hortencia. (2014). La evaluación del crecimiento. Acta pediátrica de México, 35(3), 238-248. Recuperado en 15 de marzo de 2022, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0186-23912014000300010&lng=es&tlng=es.