¿Qué es la crianza en brazos?

La crianza en brazos favorece el vínculo de apego, que es una de las claves para el establecimiento de las relaciones saludables.
¿Qué es la crianza en brazos?
Maria Fátima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fátima Seppi Vinuales.

Última actualización: 16 diciembre, 2022

«Si lo llevas tanto tiempo en brazos, acabarás por acostumbrarlo y luego no podrás despegártelo». Esta es una de las primeras sentencias que escuchan las madres respecto de la crianza en brazos y que los hace dudar sobre sus elecciones. Por el contrario, se trata de una práctica recomendada por profesionales y que tiene beneficios tanto a nivel del desarrollo físico, como cognitivo y emocional. Veamos cómo realizarla de la mejor manera.

Conoce de qué se trata la crianza en brazos

La crianza en brazos es una práctica que buscar acompañar el desarrollo del bebé desde la proximidad del contacto físico. De esta manera, se trata de fomentar un vínculo de afecto y seguridad que también favorece el apego.

Escuchar el latido del corazón de la mamá, sentir su calor y reconocer su aroma es muy importante para el bebé. No se trata únicamente de una cuestión de estímulos, sino de señales que pronto adquieren un sentido para el pequeño: «estoy con mi mamá, estoy a salvo». 

El vínculo de apego es de crucial importancia. Si bien se establece en la temprana infancia, no es exclusivo de esta etapa, sino que nos acompaña a lo largo de la vida. Sentirnos confiados, tranquilos y valorados son algunos de los factores protectores para un desarrollo saludable. Así es como podremos explorar el mundo que nos rodea y desarrollar nuestro potencial.


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Se recomienda que la crianza en brazos se realice desde los primeros minutos de vida del bebé hasta que empiece a dar sus primeros pasos.

Beneficios de la crianza en brazos

Algunos de los beneficios de la crianza en brazos son los siguientes:

  • Favorece el establecimiento del vínculo de cercanía. También, ayuda a tranquilizar al bebé y a reducir el llanto.
  • Facilita la lactancia materna.
  • Disminuye los cólicos.
  • Mejora la calidad del sueño del bebé y, por lo tanto, también el descanso de los adultos.
  • Contribuye con el desarrollo físico y el confort del bebé, ya que se encuentra en una posición más natural y evita el aplanamiento de la cabeza por mantenerse durante un tiempo prolongado en la misma posición.

Sobre los argumentos en contra de la crianza en brazos

También vale la pena aclarar algunos argumentos detractores de este tipo de propuesta. Los principales hacen referencia a la sobreprotección y a la falta de independencia, tanto del niño como del adulto.

Respecto de la sobre protección, la idea es regular esta práctica. Los extremos no son buenos. Una vez que el bebé comienza a caminar, debemos enfocarnos en la conquista de su próximo logro, que será la autonomía. De allí que las técnicas y recomendaciones cambian con el tiempo y de acuerdo con las necesidades del niño.

La crianza en brazos, bajo sus diferentes modalidades (porteo, fular o uso de la mochila, entre otras) favorece la independencia de los adultos. El porteo es muy recomendado, ya que permite el contacto piel a piel, al mismo tiempo que mantiene las manos liberadas para poder continuar con algunas actividades.



La técnica del porteo cuida la ergonomía del bebé, acompaña el desarrollo de la cadera y permite una distribución pareja del peso, entre otros aspectos.

Recomendaciones sobre el porteo

Existen diferentes maneras de practicar la crianza en brazos. Una de ellas es mediante el porteo. Para ello, es importante leer y preguntar sobre cómo hacerlo para evitar una mala posición que perjudique al bebé o al adulto.

Según la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria, algunas claves para un porteo seguro entre los 0 y los 4 meses son las siguientes:

  • Dejar la cara del bebé descubierta.
  • Garantizar la tensión del portabebés. Si el niño se ladea, se debe acomodar y reajustar.
  • Mantener una altura ideal de «a un beso de distancia».
  • Procurar que la cabeza esté alineada con la espalda y el cuello sin flexión. La posición de referencia es mantener las rodillas elevadas y la espalda redondeada.
  • La posición del bebé debe estar orientada hacia quien portea.
  • Observar el buen estado del portabebés.

La crianza en brazos es una sugerencia, no un nuevo mandato

La crianza en brazos es una práctica sugerida y recomendada para quienes acompañan la crianza de los niños. Ahora bien, no siempre es posible por diferentes factores: desde la diversidad funcional, los dolores o los malestares físicos, hasta el tiempo que podemos dedicar a este tipo de práctica. Lo importante es conocer sus fundamentos y cuál es el sentido de hacerlo para encontrar las alternativas que les resulten viables a cada familia.

También, debemos conocer las condiciones y el contexto. Por ejemplo, en países en donde las licencias por maternidad son reducidas, es difícil la conciliación entre la vida familiar y laboral. Por lo cual, la dinámica atenta contra aquello mismo que recomiendan las instituciones y organismos.

En todo caso, siempre los familiares y amigos pueden ayudar con la crianza en brazos. Puede ser al colaborar con la organización y el orden del hogar o bien, al sustituir a la figura de apego del bebé cuando necesite descansar o dedicarse a sus actividades.

Por eso, se trata de conocer y explorar las distintas recomendaciones de acuerdo con lo que te toca vivir. Solo así evitaremos hacer de la maternidad una competencia.


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  • Hunziker UA, Barr RG. Increased carrying reduces infant crying: a randomized controlled trial. Pediatrics. 1986 May;77(5):641-8. PMID: 3517799.

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